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La
ficha policial de Mario Schaerer Prono, tras ser detenido y muerto bajo
torturas en Investigaciones.
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En abril de 1976, el intento más serio de
crear una resistencia armada en la segunda mitad del gobierno de Alfredo
Stroessner, fue desmantelado en pocos días, sin que sus miembros hayan podido
llegar a realizar una sola acción. A 40 años de la caída de la OPM, el
asesinato de Mario Schaerer Prono y la Pascua Dolorosa contra los campesinos de
Misiones, esta es la historia de lo que sucedió.
#CrónicasDeLaMemoria
Por Andrés Colmán Gutiérrez -
@andrescolman
El
estudiante paraguayo Carlos Brañas, quien cursaba la carrera universitaria de
medicina en la ciudad argentina de Corrientes regresaba a su país el 3 de abril
de 1976, cuando fue apresado por la policía paraguaya al cruzar en lancha el
río Paraná, en la fronteriza ciudad de Encarnación, Itapúa.
Al ser
sometido a la revisión, se le encontraron varios panfletos críticos contra la
dictadura y unos papeles que hablaban de la formación de un grupo político
clandestino, que se planteaba derrocar a la dictadura del general Alfredo
Stroessner, a través de la lucha armada.
Gracias
a la detención de Brañas, el régimen pudo enterarse de un nuevo proyecto de
organización guerrillera que se había empezado a articular en la década de los
70, retomando el proyecto trunco y totalmente aniquilado de los movimientos 14
de Mayo y FULNA.
"El
intento más serio de crear una resistencia armada en la segunda mitad del
gobierno de Stroessner fue el del grupo clandestino denominado OPM, siglas de
la Organización Político Militar. Aunque su existencia fue descubierta antes de
que estuviera en condiciones de realizar algún operativo de envergadura, la
represión que siguió a la captura de sus principales jefes fue de una enorme
magnitud y se extendió durante muchos meses a distintas regiones del país
afectando a colectivos sociales y políticos que no tenían relación con la OPM.
En muchos aspectos, el Paraguay ya no fue el mismo después de esta dolorosa
escalada represiva que dejó al régimen más omnipotente que nunca y a la
oposición descreída de la posibilidad de un cambio político a corto plazo",
destaca el investigador Alfredo Boccia Paz.
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Juan Carlos Da Costa |
Un sueño guerrillero, nacido en Chile
Dirigente
universitario y conocido intelectual de izquierda, Juan Carlos Da Costa fue el
principal líder del nuevo proyecto guerrillero que encontró a entusiastas
seguidores en otros jóvenes líderes de movimientos estudiantiles, intelectuales
y principalmente en algunos dirigentes de las Ligas Agrarias Cristianas (LAC),
organizaciones campesinas que habían nacido en los años 60, estimulados por
sectores progresistas de la Iglesia Católica, los que luego serían conocidos
como partidarios de la Teología de la Liberación.
La OPM
empezó a gestarse en 1971, en Santiago de Chile, donde se encontraban
estudiando varios universitarios paraguayos, viviendo la atrayente experiencia
de estar presentes en un país que iniciaba la experiencia de un gobierno
socialista, el del presidente Salvador Allende.
Entre
ellos Juan Carlos Da Costa, entonces de 27 años, quien "perseguía
tenazmente la idea de crear un núcleo revolucionario que fuera capaz de
construir una alianza obrero-campesina que asumiera la concepción de la guerra
revolucionaria popular y prolongada. Su vida estaba dedicada integralmente a la
construcción de un movimiento revolucionario. Acababa de sobrevivir a una larga
pasantía en las cárceles de la dictadura donde fue bestialmente torturado y se reintegraba
con más ímpetu a su lucha", narra Boccia.
De los
primeros contactos participaron José Félix Bogado Tabacman, Víctor Hugo Ramos,
Diego Abente y José Luis Simón, entre otros.
Completamente
descreídos de las posibilidades de la oposición tradicional, veían como único
camino el de establecer en el Paraguay una estructura organizativa mínima que
cree las condiciones de una organización no visible para la represión.
El
casco de la ex cárcel de Abraham Cué, donde se encarceló y torturó a los
campesinos de las Ligas Agrarias, en Misiones.
El
casco de la ex cárcel de Abraham Cué, donde se encarceló y torturó a los
campesinos de las Ligas Agrarias, en Misiones.
"Da
Costa se movía entre Santiago y la ciudad argentina de Corrientes, mientras
intensificaba sus contactos con los Montoneros. Corrientes le interesaba
particularmente. Cercana a Asunción, la ciudad albergaba una nutrida colonia de
paraguayos y tenía una agitada vida política y universitaria. Más de mil
estudiantes paraguayos poblaban las facultades", agrega Boccia.
Enfrentamientos en Lambaré y Barrio Herrera
El 3 de
abril de 1976, el mismo día en que fue capturado, Carlos Brañas fue llevado al
Departamento de Investigaciones de la Policía, en Asunción, donde fue golpeado
e interrogado. Esa noche la Policía obtuvo los primeros datos que la llevaron a
allanar una vivienda en Valle Apuá, Lambaré.
Luego
de un nutrido intercambio de balazos resultó muerto el dirigente de la OPM,
Martín Rolón. Su cadáver nunca fue entregado a sus familiares. Al mediodía
siguiente, 4 de abril, fueron capturados Carlos Casco y Ricardo Schmalko, a su
llegada de Corrientes.
A la
tarde, la Policía invadió la casa de Carlos Fontclara, en Asunción y también lo
apresó.
Esa
misma noche, una brigada policial asaltó la casa de Mario Schaerer Prono en el
barrio Herrera, a una cuadra del Hospital Universitario y muy cerca del Colegio
San Cristóbal.
Poco
antes se había realizado allí una reunión de los principales dirigentes de la
OPM que, increíblemente aún no estaban enterados de la sucesión de caídas de
cuadros de la organización, destaca Afredo Boccia.
"El
comando policial irrumpió a las dos de la mañana y en el intercambio de
disparos fue herido de muerte Juan Carlos Da Costa. Mario Schaerer Prono y su
esposa Guillermina Kanonnikoff lograron escapar por el patio de fondo y bajo
una lluvia de balas buscaron refugio en la casa de las monjas del Colegio San
Cristóbal. Mario fue herido superficialmente en el dorso del pie. En la
balacera también recibió un balazo en el abdomen el comisario Alberto
Cantero", precisa Boccia.
Diego
Abente, su esposa Stella Rojas y Miguel López Perito, que se encontraban en
otra casa del OPM, recibieron un confuso llamado telefónico que los advertía de
que había problemas en la casa de barrio Herrera.
Tomaron
entonces una decisión terriblemente equivocada: ir a verificar "in
situ" lo que sucedía. Con el archivo casi completo de OPM la furgoneta en
la que iban fue rodeada por la Policía y todos conducidos al Departamento de
Investigaciones. Esa misma madrugada en otro allanamiento realizado en San
Lorenzo fue gravemente herido Constantino Coronel, histórico dirigente de la
Ligas Agrarias.
El sacerdote que entregó a Mario Schaerer
Otro
grave error de apreciación lo cometió al amanecer el sacerdote Raimundo Roy,
del Colegio San Cristóbal, en el Barrio Herrera. Decidió entregar a la Policía
a la pareja que se había refugiado en su parroquia basado en la promesa de la
Policía de que no serían torturados.
Sin
embargo, una vez en Investigaciones, Mario Schaerer sería torturado hasta
morir.
"En
la mañana del lunes 5 de abril, la OPM vivía una insólita situación. Los
primeros caídos de la organización eran nada menos que sus principales jefes,
aquellos en conocimiento del mayor caudal de información reservada de la
organización", recuerda Boccia, quien escribió un libro sobre la historia
de la OPM, titulado "La década inconclusa".
El
investigador indica que "de sus tres jefes principales, uno había muerto
(Juan Carlos Da Costa), otro estaba herido y preso (Constantino Coronel) y la
tercera (Nidia González Talavera) era intensamente buscada. Buena parte de la
dirección ampliada estaba presa o ya había sido identificada. Y como si todo
este descalabro fuera poco, la Policía tenía en sus manos una enorme cantidad
de documentos que permitía conocer la estructura de las columnas, los nombres
de sus integrantes y hasta las fichas con las características personales de
algunos de ellos. A la Policía no le restaba más que 'unir con flechas' o
'llenar los espacios vacíos' en los papeles que tenía en sus manos",
señala el autor.
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Sobrevivientes
de la Pascua Dolorosa en Misiones.
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La "Pascua dolorosa", en Misiones
La
represión contra los campesinos de las Ligas Agrarias de Misiones fue conocida
particularmente como "La Pascua Dolorosa", debido a que ocurrió en
días de la Semana Santa.
El
comisario Camilo Almada Morel, alias Sapriza, uno de los más celebres
torturadores del stronismo, se encargó de la cacería humana en la región,
habilitando como campo de concentración la cárcel de Abraham Cué, en San Juan
Bautista de la Misiones, hasta donde fueron llevados centenares de campesinos
que habitaban compañías y pueblos vecinos.
Nueve
campesinos fueron ejecutados y muchísimos traídos en camiones a Asunción.
De esa
manera, "el intento más serio de crear una resistencia armada en la
segunda mitad del gobierno de Stroessner" fue desmantelado en muy pocos
días, sin que sus miembros hayan podido llegar a realizar una sola acción
armada.
El
régimen aprovechó el episodio para reprimir también a muchos opositores que no
estaban vinculados con la OPM.
Los
principales acusados permanecieron varios años detenidos en varias cárceles,
principalmente en el campo de concentración de Emboscada, a 30 kilómetros al
noreste de Asunción.