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lunes, 17 de diciembre de 2007

MAMÁ...


(Ña Nilda, mi mamá, rodeada de sus nietos y nietas, celebrando su cumple).
Hay tantas cosas que te podría decir sobre mamá...
Mamá… es la primera palabra que los seres humanos pronuncian en la vida… ¡y dicen que también suele ser la última!
Mamá… es la primera palabra que uno grita en momentos de peligro, cuando algo te asusta y te amenaza, cuando buscás instintivamente ayuda y protección.
Mamá es la primera palabra que llega hasta tu corazón, cuando te sentís solo y abandonado, cuando buscás desesperadamente un poco de calor humano y de cariño.
Mamá es el origen de la vida.
Mamá es el instrumento de la creación.
Mamá es el nombre del amor.
Hay veces en que también te enojás con ella. Cuando te parece que se equivoca. Cuando creés que te impone por la fuerza sus criterios. Cuando creés que te niega la libertad. Cuando considerás que no respeta tu forma diferente de pensar, no te quiere escuchar o no te quiere entender. ¿No se te ocurrió que en realidad sos vos quien no respeta su forma de pensar, quien no busca escucharla o entenderla?
Sea como sea, ya verás por más conflictos o desentendimientos que aparezcan entre vos y ella, el amor de mamá siempre estará allí, por encima de todas las cosas, compartiendo quizás los momentos más lindos, pero sobre todo apoyándote en los momentos más duros y difíciles. Porque nada puede empañar el sublime amor que una madre siente hacia sus hijos y sus hijas.

Hay tantas cosas que te podría decir sobre mamá…
Decirte, por ejemplo, que no todos y todas tienen la suerte de tener a su mamá cerca, en forma física. Quienes por motivos personales, de trabajo o de estudio, han tenido que salir fuera del hogar, saben muy bien lo que significa estar lejos de la mujer que es la guía constante y la mejor protección.
Lejos del abrazo cariñoso al comenzar o al terminar el día.
Lejos de la mano que te tapa con una frazada en las noches de frío.
Lejos de la mano que te prepara el plato de comida que más te gusta, o que te acerca el remedio cuando estás enfermo.
Lejos de la cálida voz que te pregunta por tus problemas, que te reconforta cuando estás tristes, y que te felicita por tus pequeños éxitos cotidianos.
Hay quienes sienten una distancia todavía más grande. Quienes ya no tienen la fortuna de tener a su mamá sobre esta tierra, pero tienen el consuelo de saber que el amor de una madre vence todas las fronteras, incluso las de la muerte. Y que estas madres siguen vivas en la memoria y en el corazón de cada uno de sus hijos. Que su amor es una estrella que brilla en la oscuridad y sigue iluminando el camino.

Hay tantas cosas que les podría decir también a las mamás...
Decirles que también nosotros las queremos mucho. Y que a veces nuestra aparente rebeldía y desobediencia, que tanto les suele molestar, es también una forma de expresarles nuestro amor, porque es la manera en que afirmamos nuestra propia identidad, la manera en que rompemos el cascarón para vivir nuestras propias vidas, la manera en que conquistamos nuestra libertad en este difícil pero apasionante mundo.
Y aunque nos cueste mucho, aunque nos equivoquemos tantas veces, todas las cosas que estamos haciendo y por las que estamos luchando, son las cosas en las que creemos. Son las cosas que le dan sentido a la vida que ellas tan generosamente nos han regalado.

Sí, hay tantas cosas que te podría decir sobre mamá...
Pero bien sé que las palabras no son suficientes para expresar todos nuestros sentimientos, toda nuestra gratitud.
Por eso, lo mejor es acercarse tiernamente a darles un beso cariñoso y profundo, estrecharlas en un cálido abrazo filial, y decirles desde el fondo del corazón: ¡Gracias por todo, querida mamá!

(Partes de un texto que escribí hace muchos años, a pedido de una bella niñita que quería regalarle palabras a su mamá en un acto escolar).

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