Andrés Colmán Gutiérrez / Textos literarios, de periodismo narrativo, de investigación y de opinión en Paraguay
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martes, 16 de junio de 2009
El regreso de Soledad Barret
La historia de la guerrillera paraguaya Soledad Barret es rescatada por el escritor brasileño Urariano Mota, en su libro "Soledad en Recife", que aparece en julio.
Era tan dulce y hermosa que hubiera llegado a ser “Mis Paraguay, carátula, almanaque”, dice el poeta Mario Benedetti. Pero la sangre de su abuelo, el gran periodista, escritor y luchador anarquista Rafael Barret, la tironeaba desde la sangre, conduciéndola a un destino de entrega a la lucha social y política, que forjó su corta, heroica y trágica historia.
Poco se sabe de Soledad Barret Viedma, nacida el 6 de enero de 1945, hija de Alejandro Rafael Barret López, único hijo del recordado autor de “El dolor paraguayo”. En Sao Paulo hay una escuela y en Río de Janeiro una calle que llevan su nombre, pero en el Paraguay su historia es aún desconocida, apenas fragmentos filtrados a través del clásico poema de Benedetti y la canción de su compatriota uruguayo Daniel Viglietti.
Ahora, Soledad Barret es rescatada por el novelista brasileño Urariano Mota, quien la conoció personalmente en su Recife natal, y vivió de cerca su trágico fin, cuando luego de haber militado en organizaciones de la izquierda uruguaya, llegó hasta el nordeste del Brasil en 1971, para unirse a filas de la Vanguardia Popular Revolucionaria (VPR), la legendaria guerrilla brasileña liderada por el capitán Carlos Lamarca, en la lucha por derrocar a la dictadura militar del vecino país.
“Soledad en Recife” es el título del libro que publicará la Editorial Boitempo, en julio. Se trata de una novela de no-ficción o reportaje novelado, que recrea la valiente entrega de la joven paraguaya a la lucha revolucionaria, y como acabó entregada a los represores por su propio amante, el supuesto guerrillero Daniel, quien en realidad era “el cabo Anselmo”, un doble agente de la dictadura.
Urariano Mota, nacido en Recife y residente en Olinda, es autor de la consagrada novela “Os coraçoes futuristas”, que retrata los sombríos años de la dictadura Médici en el nordesde brasileño, en los años 70.
“Soledad Barret marcó profundamente mi juventud, cuando la vi en mi ciudad, en 1973. Después de su muerte, tomé conocimiento de tres grandes crímenes: a) su propia y vil ejecución; b) la traición del Cabo Anselmo, su propio esposo; c) la muerte de un amigo mío entre los seis ‘terroristas” que fueron exterminados con ella”, relata el escritor a El Correo Semanal.
La herencia de Barret
“Yo tengo por Soledad Barret amor y admiración, como el libro lo narra en voz más alta que esta declaración”, afirma Urariano Mota, acerca de su nueva obra.
“Esta admiración se extiende a su abuelo, el gran Rafael Barret, escritor olvidado fuera del Paraguay. Así como lo menciono en el libro, Rafael Barret transmitió a Soledad no solamente la sangre, la herencia de caracteres, sino que él fue su inspiración y su influencia hasta la trágica muerte”, declara el novelista.
Eran años de dictadura y terror. También de lucha revolucionaria y amor. Soledad tenía 25 años de edad cuando perdió a su esposo, el brasileño José María Ferreira de Araujo, capturado y asesinado por los militares, en 1970.
En el fragor de la lucha se reencontró con Daniel, antiguo compañero de José María, a quien había conocido en Cuba. Era un militar que lideró la “revuelta de los marineros” en 1964, contra el Gobierno de Joao Goulart, y se había convertido en héroe para los guerrilleros. Pero la dictadura lo había captado como agente y tenía la misión de delatar a sus compañeros.
Soledad halló en él a un nuevo compañero, sin desconfiar que lo iba a traicionar. La paraguaya estaba embaraza de 5 meses, cuando el padre de su bebé la entregó a los militares, junto con otros cinco miembros de la VPR, el 8 de enero de 1973. Fueron secuestrados y salvajemente torturados hasta la muerte en una granja de las afueras de Recife, en el caso conocido como “A masacre da chácara de Sao Bento”.
A pocos días de haber cumplido 28 años de edad, la revolucionaria nieta del gran Rafael Barret acabó su vida de manera violenta, para ser recordada por los versos de Mario Benedetti: “Soledad, no moriste en soledad, por eso tu muerte no se llora, simplemente la izamos en el aire…”.
Treinta y seis años después, la guerrillera paraguaya Soledad Barret vuelve a vivir, gracias a la pluma de un apasionado escritor brasileño.
Salve, companheiro de ofício e de jornada. Salve, Andrés Colmán Gutiérrez! As coisas que fazemos por paixão têm consequências práticas, pero os pragmáticos não sabem. Este primeiro texto, de um escritor e periodista do teu nível, é o primeiro fruto de "Soledad no Recife" no mundo paraguaio.
ResponderEliminarÉ mais um milagre da brava e bela Soledad: unir dois escritores que antes não se conheciam, pero que agora e sempre seão e seremos amigos. Que as nossas gentes também se deem as mãos. O novo mundo que está nascendo nos merece.
Gracias.
Abrazos.
Cumprimento-os, meus caros escritores e não me ombreio, porque se escrevo não é de ofício é só de amor.
ResponderEliminarEmocionaram-me profundamente as palavras que esboçam um pouco da história trágica e da vida mártir de Soledad Barret. Andrés Colmán Gutiérez, em algumas linhas escritas com a alma, nos trouxe para bem perto de Soledad, a ponto de sentirmos dela as dores da tristeza e da nefanda traição.
Julho já aí está e nos será dado conhecer um pouco mais, por quem viveu mais de perto e conviveu com esta personalidade que marcou presença firme em um momento triste da história do meu Brasil. Este é mais um livro de Urariano Mota, que eu quero ler.
Que bueno saber que podré conocer un poco más de la vida de esta mujer que tiene un poco de la sagre paraguaya. Un par de años atrás encontré en una librería de usados los tres tomos de la obra del abuelo de Soledad em São Paulo. Ahora espero el libro de Uraniano. Gracias a Andrés Colmán Gutiérez por este acercamiento.
ResponderEliminarExcelente! siempre me fascinó la historia de Soledad, sobre todo porque le tengo una gran admiración a su abuelo, el gran Rafael Barret, siempre me conmueve escucharlo a Benedetti y Viglietti...
ResponderEliminarEs una lastima que en su país muy poca gente sepa de ella
Hola Andrés,tenes idea de si aqui en Paraguay ya se puede conseguir el libro del que hablas en el artículo?Saludos y gracias desde ya por la información que puedas darme
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