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viernes, 25 de enero de 2013

Los programas de verano en el país del vyrorei



Hace ya varios años atrás publiqué este artículo en ÚH. Lo rescato ahora desde el arcón de los recuerdos, para alimentar el blog. ¿Ustedes creen que hubo algún cambio sustancial entre lo que se describe aquí, y lo que ocurre actualmente, sobre todo en la televisión?

Ese Paraguay fashion, despreocupado y divertido, que difunden con tanto entusiasmo los conductores y conductoras de los programas de verano en la televisión, que transmiten a cada rato en algunas radios efe eme, o que reflejan con tanto colorido las páginas sociales de diarios y revistas... ¿en dónde demonios queda?
Debe ser el paraíso terrenal, ni más ni menos. Porque allí se los ve a todos muy felices y sonrientes, muy tiernos y bronceados, muy atléticos y esculturales, muy relajados y ganadores (winner totales, bolúo), como si ellos y ellas conocieran el secreto de la felicidad que al resto de los mortales se nos escapa.
O como si ellos y ellas no supieran absolutamente nada de este otro Paraguay de verano en crisis. De niños indígenas mendigando junto a un semáforo. De familias enteras revisando tachos de basura para encontrar algo que les permita subsistir. De hospitales públicos abandonados y vacíos. De trabajadores de salud reprimidos por exigir más presupuesto. De nostálgicos gorilas autoritarios que vuelven con impunidad a las calles para agredir cobardemente a un anciano defensor de los derechos humanos, como el profesor Luis Alfonso Resck.
¡Ah no...! En los deslumbrantes espacios que inundan las pantallas, el dial y las páginas, las preocupaciones más trascendentes –según las sesudas preguntas que los reporteros y reporteras de verano formulan a sus entrevistados–, no tienen nada que ver con la suba del costo de vida, el crimen ecológico en el río Tebicuary, o el alevoso despilfarro de recursos del Estado en las internas coloradas.
¡Nooo, por favor...! ¿Para qué preocuparse por esas trivialidades, cuando hay cosas más importantes que preguntarle a la gente? Por ejemplo: ¿Cuánto medís de cola? ¿Te pondrías silicona en las tetas? ¿Cuál es tu marca preferida de bronceador? ¿Cuánta cerveza sos capaz de beber en una noche? ¿Cuáles son las tres cosas que no deben faltar en una fiesta divertida?
¡Qué maravilla...! ¡Qué derroche de periodismo inteligente, creativo y comprometido con la realidad del país!
¿Dónde está ese país fashion que brilla en la tele casi todo el tiempo? ¿Cómo se llega a esas espectaculares playas y balnearios de tanto ruido y glamour, de top infartantes y péndex musculosos, de premios y concursos inacabables, de ríos de cerveza y fiestas que duran hasta el amanecer?
Debe quedar lejos, muy lejos, en alguna realidad alternativa. Porque si uno se fija en los últimos informes de la Senasa y la Seam, todas esas playas y esos balnearios que sirven de escenario a los programas televisivos y radiales, o a las producciones fotográficas, se encuentran absoluta y totalmente... ¡contaminados! Es decir, las aguas no son aptas para el baño, ni para el uso de la población, por contener un alto porcentaje de coliformes fecales (vulgo: caca), y constituyen un grave peligro para la salud pública.
¿No lo saben acaso los fashion que concurren a esas playas? ¿Por qué no dicen nada sobre el tema los conductores y conductoras de los programas de verano? ¿O es que acaso ellos tienen la vacuna contra la polución ambiental?
De todos modos, da gusto oír y ver esos programas con tanta "buena onda", porque nos hablan de otro país posible, el país sin problemas al que algunas vez todos quisiéramos llegar.
Por favor, chicos y chicas, estimados colegas comunicadores y comunicadoras superstars de los programas de verano en el país del vyrorei... ¿podrían hacer el favor de mostrarnos el camino?


1 comentario:

  1. Puede atestiguar que personalmente no veo mas desde hace mucho tiempo los programas de canal abierto porque es denigrante y con propagandas políticas vergonzosas y procuro que mis hijos apunten a lo mismo.

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