Fidel Zavala, mantenido secuestrado en el monte, octubre de 2009. |
En 1992
se decidió crear una organización guerrillera como brazo armado clandestino de
Patria Libre. La primera acción fue el intento de robo a un banco en 1997. El
nombre EPP se adoptó en 2008. Se les
adjudican 4 secuestros, 28 asesinatos y una veintena de ataques con destrucción
de propiedad estatal y privada. El Gobierno actual los califica de “criminales
terroristas”.
#CrónicasDeLaMemoria
#CrónicasDeLaMemoria
Por Andrés Colmán Gutiérrez
Twitter: @andrescolman
"El
BNF de Choré se salvó de una gavilla de topos", rezaba el título de una
noticia publicada en la página 86 del diario Última Hora, en su edición del
martes 16 de diciembre de 1997, enviada por el entonces corresponsal en San
Pedro, Cristino Peralta, desde la ciudad de Choré, a 230 kilómetros al norte de
Asunción.
La
información pasaba casi desapercibida entre las muchas noticias y narraba que
agentes de la Policía habían logrado "desarticular una banda de
asaltantes, que tenían por objetivo robar dentro de la sucursal del Banco
Nacional de Fomento de Choré".
Habían
alquilado una vivienda frente al local del banco, por un millón de guaraníes.
"Dentro de una de las habitaciones, comenzaron a cavar un túnel que ya
estaba llegando a la muralla que rodea al edificio bancario", decía el
reporte periodístico.
Detuvieron
a una mujer, Carmen María Villalba Ayala, de 26 años, y a Alcides Omar Oviedo
Brítez, Gustavo Lezcano, Lucio Silva y Pedro Maciel Cardozo. Antes habían
capturado en las afueras del pueblo a Gilberto Chamil Setrini, cuando
transportaba en auto las bolsas con tierra extraída del pozo.
"En la vivienda se encontró todo un
arsenal. Se cuentan dos pistolas 9 milímetros, con 24 cartuchos; una escopeta
Winchester calibre 12, con 50 cartuchos, además de pelucas, extractores de aire
y luz a batería", agregaba, con el dato de que ese fin de semana el Banco
iba a recibir 700 millones de guaraníes para pagar sueldo a jubilados,
excombatientes y maestros.
Luego
se pudo precisar que el túnel cavado ya tenía 60 metros de largo, 1,75 de diámetro,
con caños conectados a un extractor de aire y reflectores. "Una verdadera
obra de ingeniería, algo que hasta ahora no habíamos visto", lo definió el
comisario de Choré, Álvaro Ramírez.
Ni el
corresponsal, ni los policías, sabían entonces que los detenidos no eran parte
de una banda de asaltantes comunes, sino de una pretendida organización
guerrillera clandestina que comenzó a formarse cinco años antes, en una reunión
secreta en Asunción, y que con aquel frustrado primer golpe buscaban recaudar
fondos "para financiar la lucha armada".
Menos
podían imaginar que de aquel grupo inicial surgiría la banda armada más esquiva
y mortífera, que a partir de 2008 se haría llamar Ejército del Pueblo Paraguayo
(EPP), manteniendo en jaque a las fuerzas de seguridad durante al menos cuatro
gobiernos sucesivos, hasta la actualidad, en medio de una cíclica discusión
mediática acerca de su verdadera identidad, sus fines y objetivos, mientras
iban dejando a su paso un largo reguero de sangre y pólvora.
La primera noticia sobre el grupo armado, en una edición de ÚH, diciembre de 1997. |
ORÍGENES. "El EPP es un
desprendimiento de Patria Libre. Nos iniciamos allí y formamos el brazo armado.
Siempre fuimos de Patria Libre, por más que fuimos negados públicamente por los
dirigentes del partido", admitió una de las fundadoras y principal
dirigente del grupo armado, Carmen Villalba, en una entrevista que concedió a
Mina Feliciángeli, directora de Radio 1000, en enero de 2012.
Fue la
primera (y hasta ahora única) vez en que Villalba, presa en el Penal de Mujeres
del Buen Pastor, condenada a 18 años de prisión por el secuestro de María Edith
de Debernardi, ocurrido en 2001- aceptó dar detalles sobre los orígenes del
grupo armado. Para lograr la entrevista, Feliciángeli tuvo que librar una larga
batalla judicial, hasta obtener la autorización de un juez.
La
versión brindada por Carmen coincide con testimonios que ÚLTIMA HORA recogió de
otros fundadores, entre ellos Pedro Maciel Cardozo, quien participó del intento
de robo al Banco de Choré y, tras salir de la cárcel, se separó del grupo.
Maciel,
junto con Alcides Oviedo y Gilberto Setrini, habían ingresado al Seminario de
la Congregación del Verbo Divino, siendo aún adolescentes, provenientes de
familias campesinas, a mediados de los años 80. "En Encarnación los tres
formábamos un grupo muy inquieto. Nos íbamos a predicar la Biblia, pero veíamos
la gran pobreza que había, y eso nos conmovía", relató Maciel.
En
1990, los tres (Oviedo, Setrini y Maciel) fueron trasladados al Seminario Mayor
de Asunción, para cursar teología y prepararse en la etapa final para ser
sacerdotes, pero en 1992 fueron expulsados junto con otros compañeros, por
participar de actividades políticas.
"Hablaban
de reivindicar los valores del marxismo. Ya no estaban en una actitud de fe. Se
politizaron a través del contacto con Juan Arrom y otros compañeros de este,
que militaban en la izquierda y frecuentaban el seminario", dijo el
entonces obispo auxiliar de Asunción, monseñor Jorge Livieres Banks.
Juan
Arrom era un conocido joven dirigente universitario, con una trayectoria de
lucha contra la dictadura de Stroesner, que liderada la Corriente Patria Libre,
movimiento político de izquierda que luego se convertiría en partido.
Alcides
Oviedo conoció a Arrom en el seminario y se sumó a las reuniones políticas,
donde también conoció a quien sería su compañera y luego su esposa: la
concepcionera Carmen Villalba.
Carmen
provenía de una familia numerosa, vinculada al ala progresista de la Iglesia
Católica en la Diócesis de Concepción, con el obispo Aníbal Maricevich, donde
ella empezó a activar a los 16 años de edad. "Mi paso por la Iglesia Católica
no me marcó tanto, como sí la formación en el materialismo científico, ya en
Asunción, a donde vine a estudiar y a trabajar", relató Carmen.
En
aquellas reuniones se estableció que Patria Libre sería un partido
revolucionario con existencia legal y participación plena en el sistema
electoral, pero con un brazo armado clandestino. "Patria libre siempre se
propuso la conformación de una guerrilla", sostiene Carmen.
La
Fiscalía tiene registros de que Alcides Oviedo y Carmen Villalba realizaron
viajes de incógnito a Chile, en 1995 y 1996, presuntamente para tomar contacto
con combatientes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, con quienes habrían
realizado su primer entrenamiento en técnicas de guerrilla urbana y rural,
incluyendo secuestros de personas, construcción de escondites, ataques a
puestos policiales, manejo de armas y explosivos.
Para
recaudar fondos, se planificó el robo a la sucursal del Banco Nacional de
Fomento, en Choré, en 1997, pero el operativo fue descubierto por la policía y
seis de los miembros terminaron presos durante dos años, entre ellos Alcides
Oviedo y Carmen Villalba, los principales líderes.
Carmen Vilalba, detenida por tercera vez, tras su fuga del Buen Pastor, en 2003. |
SECUESTROS. Tras
salir de la cárcel, los miembros del grupo llevaron a cabo su primer golpe
exitoso: el secuestro de María Edith Bordón, esposa del ingeniero Antonio
Debernardi, hijo de uno de los hombres más acaudalados y poderosos durante la
dictadura stronista y el posterior periodo de transición.
Maria
Edith fue secuestrada el 16 de noviembre de 2001, en el Parque Ñu Guasu, de
Asunción, a donde había ido con una amiga a practicar aerobismo. Fue mantenida
en cautiverio en el sótano de una vivienda, en el barrio Palomar, y liberada el
19 de enero de 2002, tras el pago de rescate de un millón de dólares, según la
versión oficial.
Fue
considerado el inicio de la llamada "industria del secuestro" en
Paraguay, ya que le seguirían varios otros. El de María Edith pasó a
transformarse de caso policial en escándalo político, cuando la Policía y la
Fiscalía revelaron que entre sus presuntos autores estaban los conocidos líderes
del Partido Patria Libre, Juan Arrom y Anuncio Martí, quienes fueron reportados
como desaparecidos cuando se decretó su captura el 19 de enero de 2012.
La
situación se volvió más compleja cuando Arrom y Martí fueron hallados 14 días
después, el 30 de enero, cautivos en una vivienda de Villa Elisa, retenidos
ilegalmente y sometidos a tortura por agentes policiales. Tras este episodio,
ambos salieron del país, a pesar de estar procesados, y lograron ser admitidos
como refugiados políticos en el Brasil, donde permanecen hasta la fecha.
El 28
de julio de 2003, cuando encabezaban un operativo policial para verificar una
denuncia sobre "movimientos sospechosos" en una granja rural, en
Sanguina Cué, en San Pedro, los fiscales Antonio Bernal Casco y Arnaldo Giuzzio
fueron repelidos a tiros por los moradores. Tras un enfrentamiento, abatieron a
uno de los que estaban en la casa, Germán Aguayo, mientras los demás lograron
escapar. Una mujer prefirió entregarse: era Carmen Villalba, quien decidió no
huir porque se hallaba con sus dos hijos pequeños. En el lugar se halló un
arsenal de guerra, con una lista de personas de la alta sociedad paraguaya,
sobre quienes se realizaban tareas de vigilancia con presuntos objetivos de
secuestro.
Carmen
Villalba se fugó de la Cárcel del Buen Pastor en la noche del 24 de junio de
2004, presuntamente por un boquete en el techo. Fue capturada nuevamente un mes
después, tras una persecución policial a balazos en la zona de Capilla del
Monte, San Lorenzo, a bordo de un auto en donde también estaba su marido,
Alcides Oviedo, quien resultó con heridas. Ambos fueron luego enjuiciados y
condenados por el secuestro de María Edith.
Al
atardecer del 21 de setiembre de 2004, otra noticia conmovió a la opinión pública,
cuando Cecilia Cubas, hija del ex presidente de la República, Raúl Cubas Grau, fue secuestrada al llegar a
su residencia, en el barrio Laguna Grande, de Fernando de la Mora. Sus
familiares realizaron un primer y único pago de rescate, de 300 mil dólares,
pero la mujer no fue liberada. El 16 de febrero de 2005, Cecilia fue hallada
muerta, enterrada en un sótano tapiado, en una vivienda del barrio Mbocayaty,
de Ñemby. Por este caso fueron capturados y enjuiciados varios altos dirigentes
de Patria Libre, como el entonces secretario general, Osmar Martínez, aunque
varios de los acusados continuaron prófugos.
ENTRENAMIENTO. A
fines de 2004, un grupo de aproximadamente 20 personas, incluyendo hombres y
mujeres, recibió entrenamiento guerrillero en los montes de Sidepar 3000,
Canindeyú, según el testimonio de Rubén Dario Bernal, un joven campesino que
asegura haber sido reclutado en esa fecha por el grupo armado, y que en abril
de 2006 desertó y se entregó a las autoridades.
Bernal
asegura que la columna armada, con uniforme militar tipo camuflaje (para'i) y
armamento de combate moderno (fusiles de asalto AK47, FAL, M16, AR15, pistolas
ametralladoras Uzi, pistolas 9 milímetros y lanzagranadas), se adiestró con el
asesoramiento de dos guerrilleros colombianos, miembros de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC). La Fiscalía cree que los miembros de las
FARC eran Osley Jurado Palomino y Rodrigo Granda, quienes ingresaron al país en
forma clandestina.
El
exmiembro también identificó a los principales líderes del grupo: Osvaldo Villalba (que entonces se hacía llamar comandante Alexander) y Manuel
Cristaldo Mieres (comandante Santiago), así como a otros integrantes en ese momento:
Leti (Magna Meza), Junior o Simón (Gabriel Zárate Cardozo), Julia (Liliana
Villalba, luego Anahí), Aníbal (Nimio Cardozo), Presi (Alcides Mereles), Mario
(Isax Burgos), entre otros.
Tras
concluir su entrenamiento, el grupo armado se puso en marcha hacia el norte. El
26 de agosto de 2005 tuvo un enfrentamiento con policías del puesto policial de
Nueva Durango, Canindeyú, ocasión en que asesinaron al suboficial Andrés
Ceferino Brítez, el primero de unos 11 uniformados cuyos asesinatos se atribuye
al EPP.
La
marcha de la columna llegó hasta la frontera con Brasil, en la zona de José Félix
López (Puentesiño), al norte de Concepción, donde se ocultó dentro del Parque
Nacional Paso Bravo. Una camioneta que les llevaba víveres y explosivos fue
capturada por la Policía, el día 6 de febrero de 2006 y los seis tripulantes
detenidos: Liliana Villalba, Rosa Villalba, Alejandro Ramos, Pablo Cristaldo
Mieres, Sebastián Zárate Cardozo e Isidoro Bazán, quienes meses después fueron liberados
"por falta de pruebas".
Al día
siguiente, 7 de febrero de 2006, dos de los miembros del grupo salieron de su
escondite y dieron muerto al suboficial Oscar Antonio Noceda, en un camino
rural en las afueras de Puentesiño.
INICIO DE LA ACCIÓN. Tras estos
episodios, el grupo armado se desplazó hacia el centro del departamento de
Concepción. El 18 de abril de 2006, sus miembros atacaron e incendiaron la
comisaría policial de Huguá Ñandú. Dejaron vivos a los dos agentes policiales,
con una advertencia del líder de los atacantes, Osvaldo Villalba, dirigida al
entonces presidente Nicanor Duarte Frutos: "¡Decile a tu Nicanor que
apenas estamos empezando!".
Tras más
de un año de silencio, el 12 de marzo de 2008 atacaron la estancia Santa
Herminia, en Kurusu de Hierro, Concepción, donde incendiaron tractores,
camiones y maquinarias, y dejaron un primer panfleto con su nuevo nombre
oficial, un escudo de armas, la figura del Mariscal López y la siguiente
leyenda: "Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Comando Germán Aguayo.
Tierra a los campesinos paraguayos. Quienes matan al pueblo con agrotóxicos
pagarán de esta manera".
En su
libro "Programa Político del Ejército el Pueblo Paraguayo", escrito
desde la prisión, el principal ideólogo Alcides Oviedo -a quienes los miembros
del grupo denominan como su "comandante en jefe"-, sostiene que el
EPP se fundó oficialmente con ese nombre el 1º de marzo de 2008, día de
aniversario de la muerte del Mariscal Francisco Solano López, a quien
consideran su principal héroe militar inspirador.
Desde
entonces, el grupo armado protagonizó otros dos sonados secuestros (Luis
Alberto Lindstron, ganadero y exintendente de Tacuatí, capturado el 31 de julio
de 2008; liberado el 12 de setiembre de 2008, tras el pago de 130 mil dólares;
y Fidel Zavala, ganadero, secuestrado en la estancia Mabel, en Paso Barreto, el
16 de octubre de 2009; liberado el 17 de enero de 2010, tras el pago de 550 mil
dólares). Además, se los acusa de haber asesinado a unas 28 personas (17
civiles y 11 policías), y de haber realizado más de una veintena de ataques y
quemar a propiedades de puestos policiales y militares, estancias y
establecimientos rurales.
Primer panfleto dejado por el EPP, con esa denominación, en el ataque a una estancia en Concepción, marzo de 2008. |
FORMAS DE CONTROL. En los
seis años desde su presentación con el nombre EPP, el grupo armado mantuvo su
foco de acciones en un triángulo geográfico de no más de 300 kilómetros de
extensión, que cubre parte del Norte del Departamento de San Pedro y el Sur de
Concepción, centrando sus ataques principalmente en las localidades de Tacuatí,
Paso Itá, Tacuatí Poty, Kurusu de Hierro, Fortuna, Arroyito, Paso Tuyá, Azotey,
Horqueta, Paso Barreto y Huguá Ñandú.
Varios
testimonios indican que el grupo ejerce el control de su territorio a través de la adhesión de algunos dirigentes
de organizaciones campesinas y sociales de la región, grupos de pobladores
organizados en asentamientos y en varios casos a través del temor a represalias
violentas para quienes den informaciones a las autoridades sobre sus
movimientos en la región. Son varios los casos de presuntos delatores
ajusticiados en forma violenta.
Uno de
los hechos considerados más crueles, protagonizados por miembros del EPP, fue
el ajusticiamiento de Eusebia Maíz, moradora de Azotey, tía de Bernardo
"Coco" y Antonio Ramón Bernal Maíz, dos integrantes del grupo. El 4
de setiembre de 2012, hombres armados -entre quienes se encontraban
presuntamente sus propios sobrinos- dispararon y dieron muerte a la mujer, en
su propia casa y en cercanía de sus hijos, y luego le volaron la cabeza con
explosivos, presuntamente en castigo por haber dado informes a las autoridades.
En su
zona de influencia, el grupo también ha dictado algunas "leyes
revolucionarias", que principalmente prohíben las tareas de desmonte y el
uso de productos químicos o agrotóxicos
en los cultivos extensivos, con la amenaza de que los infractores serán
castigados con la "pena máxima" (asesinato). Ya son varios los
trabajadores de estancias, principalmente operadores de tractores, que han sido
ajusticiados por desobedecer dichas "leyes".
Otra
fuerte forma de presión es ejercida, obligando a los estancieros y grandes
productores de la región a contribuir con el pago de un "impuesto
revolucionario", establecido en entregas periódicas de sumas de dinero,
como de víveres y alimentos, permitiendo la faena de sus animales y el decomiso
de sus productos. Esta situación, conocida desde hace tiempo como un
"secreto a voces", pero nunca antes admitida por quienes son
obligados a pagarlo, fue finalmente reconocida públicamente por familiares del
ganadero y político colorado Luis Alberto Lindstron, luego de que el mismo fue
asesinado durante una emboscada en las afueras de Tacuatí, el 31de mayo de
2013. Lindstron ya había sido
secuestrado por el grupo en 2008 y, según sus familiares, seguía pagándoles un
"impuesto revolucionario", pero desobedeció las "leyes
revolucionarias" que le exigían no realizar desmontes.
Finalmente,
el caso considerado como la mayor masacre cometida por el EPP, fue el ocurrido
en la noche del sábado 17 de agosto último, en la estancia Lagunita de Cororó,
San Pedro, donde fueron ajusticiados cuatro guardias privados de seguridad y un
agente de policía, y se realizaron ataques armados contra camionetas
patrulleras policiales, circunstancias en que resultaron heridos otros 4 policías.
¿IDEOLOGÍA? Desde
que se conocieron los primeros golpes cometidos por el grupo armado, desde las
altas esferas de los sucesivos Gobiernos no hubo una postura clara acerca de cómo
caracterizar y enfrentar al autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
En la
primera caracterización hecha en 2002, tras el secuestro de María Edith de Debernardi, el entonces
jefe de Investigación de Delitos de la Policía Nacional, comisario Roberto González
Cuquejo, aseguró que el plagio de la mujer "se trató de un desenlace exitoso
de un plan de un grupo de izquierda, con intenciones de promover la
desestabilización del Gobierno".
Desde
entonces, voceros de la Fiscalía, el Ministerio del Interior y la Policía han
ensayado diversos rótulos, desde llamarlos "secuestradores", "delincuentes comunes", "criminales", hasta que en los últimos
años han comenzado a llamarlos también "terroristas", pero no
encontraban la misma denominación en los referentes del Poder Ejecutivo y en la
clase política. Durante el Gobierno de Fernando Lugo, el entonces ministro del
Interior, Carlos Filizzola, llegó a caracterizarlos como
"guerrilleros" y en igual denominación coincidió luego el presidente
Federico Franco, aunque posteriormente buscaron explicar que no les estaban
otorgando el estatus político de ser una guerrilla insurgente.
En sus
comunicados escritos y en sus mensajes grabados en videos, los líderes del
grupo armado se presentan a sí mismos como miembros de una guerrilla, aunque en
las imágenes que comparten en las redes sociales no se muestra en un número
grande de combatientes:
"El
EPP es una organización guerrillera, marxista leninista, nutrido con los
idearios de los padres de nuestra patria, el doctor José Gaspar Rodríguez de
Francia, y el mariscal Francisco Solano López. Es un ejército popular y
revolucionario de los pobres, para defenderse de los atropellos y asesinatos,
cometidos por los matones de ganaderos, sojeros y las fuerzas represivas del
Estado", dice Osvaldo Villalba, quien se presenta como el máximo
dirigente, con el actual alias de comandante Javier González, en un video
propagandístico grabado en el monte, que circula en internet.
Desde
sectores de la sociedad paraguaya y los medios de comunicación, las visiones y
posturas con respecto al EPP están muy divididas y a menudo se contraponen. Líderes
conservadores y voceros de grupos de derecha insisten en que el grupo armado es
una expresión que representa a toda la izquierda, y que el principal ideólogo
del EPP es el ex presidente de la República y actual senador del Frente Guazú,
Fernando Lugo, aunque no han podido exhibir ninguna evidencia sólida hasta el
momento.
Desde
los diversos sectores de izquierda, las posturas tampoco han sido asumidas con
claridad. No hubo hasta ahora ninguna crítica o autocrítica pública acerca de
la presunta participación del Partido Patria Libre en la creación inicial del
EPP. La reacción más frecuente de los dirigentes, e incluso de los pensadores
sociales, es que el EPP no existe, es un invento del Gobierno, es un invento de
los medios de comunicación, es una organización de policías o es una banda
creada por los mafiosos narcotraficantes.
"El
EPP es manejado por mafias y nada tiene que ver con la lucha campesina",
sostiene el sociólogo Ramón Fogel. Una postura distinta tiene el histórico
dirigente del Partido Comunista Paraguayo, Luis Casabianca, quien sin negar el
origen del EPP, sin embargo toma distancia con sus miembros: "Es un grupo
armado al que quieren presentar como un supuesto grupo radicalizado de
izquierda, pero cometer secuestros y asesinatos no es un acto revolucionario,
sino un acto terrorista, como los secuestros y desapariciones que cometía la
dictadura de Stroessner contra los luchadores populares".
Tras
sufrir el primer golpe del EPP, a solo dos días de haber asumido la
presidencia, Horacio Cartes y sus principales voceros, junto a las autoridades
de la Fiscalía y la Policía, parece haber acordado en forma unánime llamar
"criminales terroristas" a los miembros del grupo, y sobre esa figura
se opera incluso en la polémica modificación de la Ley de Defensa y Seguridad,
para emplear a las Fuerzas Armadas en esta nueva fase de la lucha ¿Será el
principio del fin del EPP, o solo una etapa de mayor confrontación?
(Reportaje elaborado para ÚLTIMAHORA.COM,
agosto de 2013).