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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Sobre el famoso “apoyo” de los medios al #15Npy y la miopía de algunos “líderes progresistas”



No puedo evitar sonreírme cuando leo, una y otra vez, en las redes sociales, algunos posteos de conocidos “líderes progresistas” y referentes de algunos grupos de izquierda, insistiendo en que la marcha de los indignados del #15Npy solo pudo tener éxito porque recibió “un extraordinario apoyo artificial” de los grandes medios empresariales de comunicación, especialmente de los diarios ABC y Última Hora, porque sus poderosos y millonarios dueños empresarios tienen oscuros intereses comerciales y/o políticos por detrás, y nos manejan a todos como grandes titiriteros desde bambalinas, tanto a los periodistas que somos su empleados, como a toda la opinión pública.
Me sonrío, porque el reclamo que estábamos recibiendo hasta horas antes de la marcha, ese viernes 15, por parte de los organizadores, era justamente todo lo contrario: Que los medios y los periodistas no les estábamos haciendo caso, que todo lo que se publicaba acerca del anuncio de la marcha era muy pequeño, que estábamos censurando la movilización porque “no le convenía a los intereses de los dueños de los medios”, etc.
Por algo nos dedicaban estrofas de la canción Multiviral de Calle 13: “Si la prensa no habla/ nosotros damos los detalles/ pintando las paredes/ con aerosol en las calles…”.
En gran parte, tenían razón, en eso de que no les hacíamos mucho caso.
Fíjense en las fotos que acompaña a este posteo. Corresponden a las ediciones de los diarios ABC y Ultima Hora del día 15 de noviembre, el mismo día en que iba a realizarse la marcha.
ABC le dedica apenas 15 líneas a anunciar el acto, bajo el título “Indignados marcharán esta noche”, como material de tercera importancia en su página 6, Política, con una foto de archivo de otra marcha anterior, a tres columnas.
El anuncio en Última Hora pasa aún mucho más desapercibido. Apenas un recuadro grisado a dos columnas, al pie de la página 3, con el genérico título de “Manifestación en distintos puntos”, y no más de diez líneas de texto.
¿Ese era el “extraordinario apoyo artificial”?
Para quienes conocen la dinámica interna de los medios, este panorama es comprensible. Los editores y periodistas, personajes escépticos si los hay, no creían mucho en que la convocatoria del #15N iba a tener gran respuesta de la ciudadanía. Ya se habían hecho intentos similares desde las redes sociales, en los últimos meses, que apenas lograron juntar a algunas decenas de personas en las plazas, y que merecieron algunas coberturas que en la jerga periodística llamamos “de relleno”.
Aunque ese viernes había cierta expectativa, debido a que el tema del rechazo al desafuero a Victor Bogado era la noticia más leída del día en los sitios web… el espacio que se le estaba reservando a la marcha en los diarios no era muy grande. Además, el cielo se puso negro en horas de la tarde, se avecinaba una gran tormenta y lo más probable era que el acto se llegue a suspender. En el Paraguay, habitualmente, todo “se suspende por lluvia”.
Recién cuando los primeros reportes de los cronistas destacados a la cobertura indicaron que “mucha gente se está juntando en la Plaza Uruguaya”, los editores reprogramaron sus páginas.
Y en la medida en que la multitud crecía y se abría paso por las calles, también el espacio asignado a la noticia se iba ampliando. Para entonces ya estaba decidido que iba a ser tema de tapa, por una razón muy sencilla: lo que estaba sucediendo era la noticia más importante del día.
Por la dinámica de nuestro trabajo, los periodistas tratamos de desarrollar algunas habilidades, que nos ayuden a leer los signos de una realidad en constante cambio y adaptarnos rápidamente para tratar de reflejarlo.
Seguramente, muchas veces nos equivocamos, y no informamos adecuadamente acerca de todo lo que la gente más espera y valora. Casi siempre, la trascendencia o no trascendencia que se le da a un tema u otro en los medios, no necesariamente responde a un plan deliberado, ni a una conspiración político empresarial, sino simplemente a la dinámica del interés que la propia sociedad les otorga.
Personalmente, al igual que la mayoría de mis compañeros en la Redacción, hasta ahora no sé qué opinarán Vierci o Zuccolillo sobre la movida de los indignados. Muy pocas veces en la vida me tocó hablar con ellos. No recibimos sus instrucciones, sino la de nuestros jefes directos en la redacción, y tienen que  ver más con nuestro trabajo periodístico cotidiano. Un trabajo que hacemos de la manera que mejor (o peor) podemos, con nuestras humanas limitaciones, con nuestros aciertos y errores, y casi siempre los enfoques tienen más que ver con nuestra manera personal, profesional (y probablemente ideológica) de ver la realidad, que con la línea editorial del medio.
Probablemente, todo esto hace que muchos de los periodistas tengamos más “feeling” para entender lo que la gente está diciendo en la calle, que algunos de los “dirigentes populares” que hoy intentan desacreditar una de las más interesantes expresiones cívicas de un amplio sector de la sociedad… solo porque no responde a sus lineamientos ideológicos… o no pueden controlarlo.
Lástima, por ellos.
¡Sería tan bueno tenerlos al lado de la gente, aportando su valiosa trayectoria de lucha y su visión política… y no tirando piedras desde la gradería!
Como si pudieran detener la esencia y la naturaleza de las cosas.



1 comentario:

  1. La izquierda infantil o tilinga, en todas partes creen que son los unicos que pueden salvar al mundo, no se puede discutir ideas con ellos x q son fanaticos, de ahi que quieren desmeritar la movilizacion de la clase media ( que no es poca cosa)
    Ademas la mayoria de los que dicen ser de isquierda o progresistas en py, son oportunistas, demagogos y populistas sin ideologia

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