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jueves, 18 de diciembre de 2014

El desafío de salvar a una paraguaya condenada a muerte




Amnistía Internacional Paraguay inicia una campaña solidaria para buscar impedir que la Justicia china ejecute a la paraguaya Rosalía Amarilla, detenida con tres kilos y medio de cocaína. La historia de la mujer, atrapada en una red de trata de personas y narcotráfico que une Ñemby con Beijing, es conmovedora.

Por Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

El 14 julio de 2012, Rosalía Amarilla, entonces de 31 años de edad, técnica en administración de empresas, dejó sorpresivamente su trabajo en una fábrica de confección de prendas de vestir, en su ciudad Ñemby, cercana a la capital paraguaya Asunción, aceptando la "tentadora oferta" que le habían hecho algunas personas, de poder viajar para tener un mejor porvenir para ella y para su único hijo varón, de 3 años de edad.
Rosalía trabajaba mucho y ganaba muy poco en aquel oficio casi doméstico, en donde también se empleaba su mamá, Arminda Escobar. Esa dura realidad cotidiana en la que ella se manejaba, fue la que utilizaron los "captadores" para interesarla en aquel viaje que iba a "cambiar su vida".
No se conocen muchos detalles acerca de cómo fue aquel primer viaje, similar al que han emprendido –y siguen emprendiendo- muchas humildes mujeres paraguayas, principalmente en la zona de la Triple Frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina, hacia mercados latinoamericanos, europeos o asiáticos de la trata de personas, casi siempre ligados también al narcotráfico.
Su mamá Arminda y sus demás familiares solo recuerdan que ella desapareció repentinamente y recién cuatro días después, el 18 de julio, ella llamó por teléfono, explicando que estaba en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, “con una señora” y que regresaría al Paraguay en una semana.
La reconstrucción del viaje, en una posterior investigación, apunta a que ella fue engañada por otras personas (principalmente una mujer) para viajar a Sao Paulo a comprar prendas de vestir y traerlas al Paraguay para revenderlas, con lo cual ganaría “buen dinero” para poder ayudar a su madre y a la mantención de su hijo pequeño.
Los investigadores de la Fiscalía y la Cancillería tienen datos de que ella fue llevada primero a Ciudad del Este y a Foz de Yguazú, en la zona de la Triple Frontera, y desde allí a Sao Paulo.
Hugo Morel, de la Dirección de Atención a Connacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo en un primer reportaje que Última Hora publicó en setiembre pasado: “En principio, tomamos el caso como trata de personas, porque ella (Rosalía) fue engañada. Fue captada en Ciudad del Este, de ahí fue a trabajar a Foz de Yguazú, de ahí la llevaron a São Paulo (Brasil) y de ahí la embarcaron a China, llevando 3 kilos 600 gramos de cocaína”.
Los familiares habían perdido todo contacto con ella, hasta que, cinco meses después, mientras estaba en su trabajo, en la fábrica de prendas de vestir, su mamá Arminda recibió una llamada telefónica de larga distancia, en donde la voz de un hombre con acento colombiano le contó que su hija había sido detenida en el aeropuerto de Beijing, República Popular China, y se encontraba en la cárcel.
Como no podía entender muy bien lo que le decían desde el otro lado del teléfono, Arminda pidió que el hombre la vuelva a llamar. Mientras tanto presentó una denuncia ante la Fiscalía, donde dice que no la tomaron muy en serio.
Quince días después, ya en su casa, el colombiano volvió a llamar y ella grabó la conversación que se prolongó durante 20 minutos. Allí supo que el hombre era un familiar de otra chica colombiana que también estaba presa en el lugar, y que le estaba dando el aviso como un favor, a pedido de Rosalía.
Así se pudo saber que la mujer paraguaya fue embarcada desde Sao Paulo hasta Beijing, llevando adherido a su cuerpo 3 kilos 600 gramos de cocaína. En el aeropuerto del país asiático le esperaban tres hombres, pero el nerviosismo de la muchacha en los puestos de control llamó la atención de los guardias chinos, quienes la condujeron a un interrogatorio privado. Al verse descubierta, Rosalía admitió que llevaba “algo ilegal” adherido a su cuerpo.
Ella fue rápidamente procesada y, en base a la estricta legislación china, fue sentenciada a ser ejecutada.

El calvario ante la “justicia roja”.

Quienes hayan visto la película Justicia Roja, estrenada en 1997 bajo la dirección de Jon Avnet, protagonizada por Richard Gere y Ling Bai, se harán una idea de la manera implacable en que se aplica el sistema judicial en el régimen de la República Popular China, aunque aquella sea una historia de ficción.
Rosalía Amarilla.
Teresa Martínez, agente fiscal a cargo de la Unidad de Trata de Personas del Ministerio Público, relata que Rosalía “enseguida confesó que llevaba algo ilegal adherido a su cuerpo. Esa colaboración con las autoridades hizo que le tengan una mayor consideración”.
El caso de Rosalía (sin divulgar su nombre, a pedido de las autoridades, “para no entorpecer las acciones diplomátoicas”) fue expuesto inicialmente en un reportaje de Última Hora, que mencionaba la existencia de 3.000 paraguayos presos en el exterior, en su mayoría por tráfico de drogas, aunque el caso más grave era el de la compatriota detenida en China.
El primer gran obstáculo que se encontró fue que el Estado paraguayo no tiene relaciones diplomáticas con el país asiático, por lo cual se tuvo que acudir a la colaboración del Consulado argentino del país asiático, para prestar alguna asistencia jurídica a la compatriota.
Entre los logros obtenidos por la diplomacia argentina, se consiguió que Rosalía pueda comunicarse telefónicamente con sus familiares en Paraguay una vez al mes.
Se obtuvo que la paraguaya no sea ejecutada enseguida y que la fecha de condena sea postergada para el 20 de marzo de 2015. Se creía que en ese lapso se lograría obtener mayores beneficios para ella por vía diplomática, pero en realidad se hizo muy poco desde las esferas oficiales y la fecha de ejecución se acerca peligrosamente, por lo cual los familiares, desesperados, decidieron que se conozcan públicamente los detalles de la angustiosa situación en que se encuentra Rosalía.

Hubo mucha inacción del Estado paraguayo.

Esta semana, representantes de la organización Amnistía Internacional, capítulo paraguayo, y del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujeres (Cladem) mantuvieron una reunión con autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores del Paraguay, para evaluar la situación de Rosalía Amarilla.
Los activistas de derechos humanos salieron de la reunión “espantados”, según sus propias palabras, al advertir lo poco que el Estado paraguayo ha hecho hasta ahora por lograr que la compatriota detenida en China no sea ejecutada.
La situación de Rosalía es cada vez más grave, según sus familiares, porque ya ni siquiera la dejan comunicarse con su abogado, un defensor público nombrado por el mismo Estado chino.
Una de sus hermanas pudo hablar por teléfono con Rosalía y, a pesar de que le prohíben hablar en guaraní –ya que todas sus llamadas son controladas y grabadas-, ella pudo decirle en nuestro idioma nativo que no se había podido comunicar más con su abogado defensor. “Nda kuaavei mba’eve i chugui ("No sé más nada de él”), le confesó.
Ante esta situación, la organización Amnistía Internacional Paraguay, con apoyo de Cladem, iniciaron una campaña de solidaridad #RosalíaDebeVivir, para exigir al Gobierno y al Estado paraguayo que se movilicen todas las instituciones a nivel nacional e internacional, para impedir que Rosalía Amarilla sea ejecutada en marzo próximo.
Rosalía Vega, directora ejecutiva de la organización, destacó que buscan movilizar a la sociedad civil paraguaya para reclamar al presidente de la República, Horacio Cartes, y a todas las organizaciones del Estado, Cancillería, Fiscalía de Trata de Personas, que redoblen sus acciones para asistir a la paraguaya condenada a muerte y exigir su liberación, ya que la misma es, principalmente, una víctima de las redes internacionales de trata y narcotráfico.
“Estamos trabajando con la organización Cladem y con los familiares de Rosalía Amarilla, quienes están acompañando todos los procesos que realizamos. Hay abogados acompañando a una de las hermanas en el Poder Judicial para realizar el proceso de régimen de relacionamiento con el hijo de Rosalía, ya que, a causa de esta situación, se ha perdido el contacto con el niño”, explica Rosalía Vega.
La iniciativa consiste básicamente en tres pasos:

1-Firmar un petitorio a favor de Rosalía Amarilla en internet, en el siguiente enlace: http://amnesty.org.py/ciberaccion-detalle/?1, dirigido al presidente Horacio Cartes, con copia al canciller Eladio Loizaga

2-Enviar una postal de solidaridad a Rosalía. Dirección: Cárcel industrial: Beijing Women Prision, Nro 3 Runheixiang,Huifeng St, Quingfeng Rd, Tiantanghe, Daxing County. Postal Code: 102609 - Tel: 010-61276688

3- Invitar a 3 amigos o amigas para que realicen la misma acción.

El desafío es grande, pero es el mismo que Amnistía Internacional ha venido desarrollando en más de 70 años en todo el mundo: intentar salvar la vida de una víctima de una situación de injusticia, en este caso el de una mujer paraguaya condenada a muerte en la República Popular China.
¿Querés sumarte…?

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