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lunes, 19 de septiembre de 2016

Un desaparecido está vivo y fue informante de la dictadura

El nombre de Mario Perdomo sigue apareciendo en los avisos de la campaña Jajoheka Jajotopa.

Mario Perdomo figura en la lista de la Comisión de Verdad y Justicia. En realidad es Mario Píriz Budes, un ex tupamaro e informante de la dictadura. Se ocultó en Paraguay y fue líder scout en el San José.


#CrónicasDeLaMemoria

Por Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Mario Andrés Perdomo, uruguayo, desaparecido.
El nombre apareció en el Archivo del Terror, en diciembre de 1992, con datos de haber sido detenido por la policía paraguaya y luego haberse perdido su rastro.
Cuando la Comisión de Verdad y Justicia se instaló en 2004 para revisar los casos de víctimas de la dictadura, se incluyó a Perdomo en la lista de las personas registradas como desaparecidas y se le asignó el legajo CVJ D0309.
"Mario Perdomo era uruguayo, habría sido desaparecido a través del Operativo Cóndor, según archivo de publicaciones de 1993 del diario ABC Color, de fecha 7 de enero. A la fecha, la CVJ no ha recibido información respecto de su paradero o el destino final de sus restos", dice el legajo oficial.
El diario lo presentaba así: "El uruguayo Mario Perdomo, capturado en 1976, acusado de ser terrorista. No dejó rastros después de ser capturado por la policía política".
Su caso fue reiterado en noviembre de 2015, cuando la Campaña Nacional Para la Identificación de las Personas Desaparecidas inició el operativo Jajoheka Jajotopa, para identificar a los restos desenterrados por el equipo del doctor Rogelio Goiburú.
Solo que Mario Perdomo no se llamaba realmente Mario Perdomo ni tampoco estaba realmente desaparecido.
Su nombre real es Mario Arquímedes Píriz Budes, también conocido como El Tino, quien continúa vivo en su país, Uruguay, donde enfrenta un proceso judicial por casos de torturas.
Tras vivir varios años oculto con un nombre falso en Paraguay, con su esposa chilena, Ana María Gómez, y sus hijos en una casa sobre la calle Paraíso, en Lambaré, Píriz fue descubierto por el periodista uruguayo Samuel Blixen, del semanario Brecha, quien reveló su paradero en un libro, Fugas, historias de hombres libres en cautiverio, publicado en 2004.
Píriz Budes es considerado uno de los grandes "traidores" del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, al cual perteneció el ex presidente uruguayo Pepe Mujica.
Hector Amodio Pérez, saliendo de un juzgado en Montevideo.
En la misma causa está procesado Mario Píriz Budes.
Nacido en Durazno, Uruguay, creció en Rivera (donde ahora reside nuevamente). En 1968, con 21 años de edad, ingresó al movimiento guerrillero y en dos años estaba al frente de una de las principales columnas de combate.
A finales de abril de 1972, Píriz Budes cayó preso en manos de los militares.
"Llegó a un acuerdo con el coronel Trabal, jefe del Servicio de Inteligencia Militar, y puso en su conocimiento el organigrama completo de la organización, entregó los locales y a los militantes que conocía", relata Héctor Amodio Pérez, uno de sus ex compañeros en el MLN.

Escondido en el Paraguay.

Tras pactar con los militares uruguayos y entregar a sus ex compañeros, Píriz Budes se refugió en Paraguay con su familia, donde adoptó la nueva identidad de Mario Andrés Perdomo. Aparentemente contó con la protección de personeros de la dictadura stronista, como pago de favores a sus colegas represores uruguayos.
El trabajador social Roberto Stark, hermano de Manfred Stark (mártir del Marzo Paraguayo), recuerda que conoció a Mario Perdomo cuando él estudiaba en el Colegio Apostólico San José, sobre Calle Última, donde integraba un grupo Scout.
"Un día, un señor uruguayo llegó al grupo scout en el colegio. Porte bonachón, tez blanca, cabello negro y gran bigote. Le parecía a Mario Bross", recuerda Roberto.
A Perdomo le dieron el cargo de jefe de los "Rovers" o "Pioneros", scouts de entre 16 a 18 años. "Todos quedamos encantados con este señor, su forma pausada y tranquila de hablar, su infinita paciencia", describe Stark.
"Don Perdomo" se volvió un líder muy apreciado del scoutismo local durante varios años, hasta que un día dejó de venir. Roberto supo que lo echaron "por ser socialista". Luego se enteró de que Perdomo integraba la lista oficial de los desaparecidos.
Tras mucho investigar, conoció la verdadera historia: no estaba desaparecido, sino que había sido un colaborador de la dictadura. "Me sentí muy mal, muy indignado", destaca el ex alumno de "Don Perdomo".

Píriz vendía libros y se afilió al Partido Febrerista

Samuel Blixen, periodista e investigador uruguayo.
"Durante los años en que vivía en Paraguay, El Tino Píriz Budes vendía libros y repartía publicaciones de izquierda. Llegó a afiliarse al Partido Febrerista", relata Samuel Blixen, el periodista uruguayo que siguió su pista y reveló su identidad.
Blixen dice que cuando estuvo en Asunción, a principios de los 90, lo llevaron a la casa de Mario Perdomo y allí desconfió que era El Tino, pero no estaba seguro. Volvió a Montevideo, consiguió una foto vieja de Píriz Budes y entonces tuvo certeza.
"Hablamos con una periodista alemana (Gaby Weber) que iba a Paraguay y le dijimos que fuera a verlo. Llegó a su casa (en abril de 1993) y le dijo: '¿Vos sos Píriz Budes?'. Sí, le dijo el tipo", narra Blixen en una entrevista.
Tras verse descubierto, Píriz decidió dejar de ser Mario Perdomo, volvió a ser El Tino y regresó al Uruguay, donde vive en Concordia, mantiene un perfil muy bajo y no se deja fotografiar.
La jueza uruguaya Julia Staricco lo incluyó en un proceso judicial que investiga el caso de 28 mujeres torturadas durante la dictadura.

Responsabilidad de la dictadura

"Esto no cambia el hecho de que la dictadura es responsable de arrestos ilegales, secuestros, asesinatos y desapariciones. Por el contrario, nos muestra el lado B, lo truculento que era todo, cómo los Estados cooperaban de manera ilegal en su guerra sucia", dice Roberto Stark, el investigador paraguayo que ayudó a que esta historia salga a la luz.
"Espero que Mario Perdomo deje de estar en las listas de desaparecidos pronto, ya que ofende a los que realmente sufrieron y murieron por pensar distinto", reclama.

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