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miércoles, 20 de diciembre de 2017

Adiós mante, Ña Rosa...


Llegaba puntualmente cada fin de mes a la Redacción del diario, cargando a pulso su enorme bolso y unas cajas, junto a alguna de sus hijas. Venía en ómnibus desde Itá y caminaba las calles ardientes de la ciudad para llegar a instalarse en la recepción, cuyos sillones y mesas de visitas ocupaba desplegando sus artísticas figuras como si fuera un improvisado museo de obras de cerámica.
-Mirá, este hice para vos, nemba'erâite -me decía, mostrándome alguna de sus nuevas esculturas en barro, a veces un sapo con una máquina de escribir, a veces una luna melancólica, a veces una mujer con una enorme panza abierta que a la vez era como una cálida cueva en donde guardar los afectos…
Ella era morena, campesina, dicharachera, pícara, eterna niña juguetona, mentirosa impenitente y por sobre todo una creativa creadora que supo proyectar el humilde y sacrificado oficio de la artesanía popular a un nivel universal, para ganarse el mote mediático que portaba con orgullo marketinero.
-¡Buen día, che ha’e Rosa Britez, la Ceramista de América…! –se presentaba con su peculiar encanto, cada vez que llegábamos a su pintoresco hogar taller, en Itá, acompañando a algún visitante extranjero, atraído por su leyenda.
La conocí en los años 80, cuando yo era un joven novato periodista cazador de historias y ella empezaba a escandalizar al pacato ambiente de los fabricantes de artesanía for export, con sus creaciones irreverentes, principalmente con sus figuras eróticas que vendrían a conformar el peculiar kamasutra paraguayo.
-¿Cómo te inspiraste para crear tantas posiciones amatorias, Ña Rosa…? –le preguntábamos entonces.
-E’a, yo practiqué cada una de las más de 80 posiciones con mi marido, para poder hacer las figuras bien reales –contestaba… y luego se mataba de risa.
En octubre de 2013, cuando Última Hora cumplió 40 años, hicimos un homenaje a 40 personalidades que se destacaron por sus aportes a la sociedad en esas cuatro décadas del Paraguay, y ella figuraba como una de las más votadas por los compañeros y compañeras del diario. Acudió radiante y feliz al homenaje, a recibir su premio. De entonces es esta foto que una compañera nos sacó, luego de compartir algunas copas de champan e intercambiar muchas anécdotas.
Esa noche nos volvió a contar por milésima vez su historia de cuando viajó sola y por primera vez en avión a Estados Unidos para exponer sus obras, y el gran Michael Jackson le compró una de sus colecciones.
En los últimos años empezaron a disminuir sus visitas al diario. Hace poco menos de un año vino por última vez, ya con su salud muy deteriorada y la tuvimos que ayudar a subir las escaleras. Una vez más tuvimos que convocar a la solidaridad ciudadana para ayudarle a pagar su tratamiento. Lo que cobraba por sus obras nunca le alcanzaba…
Esta madrugada ella cerró sus ojos, por última vez. Prefiero recordarla así como era, con su pícara y eterna sonrisa, y sobre todo por esas manos pequeñas y morenas, rugosas, juguetonas, que cuando tocaban el barro húmedo eran capaces de crear maravillas…
Que descanses en paz mante, querida ña Rosa…  



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