sábado, 20 de agosto de 2022

A 15 años del asesinato de Tito Palma: el testimonio de su hermana Marcela


Alberto Tito Palma Godoy era un periodista chileno radicado en Paraguay con su familia, que ejercía su labor en una emisora comunitaria de Mayor Otaño, Itapúa, en la frontera con Argentina, y se desempeñaba además como corresponsal de Radio Chaco Boreal, de Asunción. Denunciaba con frecuencia en sus programas el crimen organizado, el tráfico de combustible y la corrupción. Recibía amenazas de muerte y fue asesinado a balazos el 22 de agosto de 2007. Es uno de los 19 periodistas asesinados en Paraguay desde la caída de la dictadura, la mayoría de ellos siguen sin esclarecimiento judicial. A quince años, su hermana Marcela Palma nos envía una carta desde Coyhaique, Chile, lamentando la impunidad en que sigue el caso.

Reproducimos la carta:


Coyhaique, agosto de 2022

Les escribe Marcela Palma Godoy, desde Coyhaique, Chile. Un 22 de agosto más de impunidad: hoy se cumplen 15 años del asesinato de mi hermano Tito Alberto Palma en Mayor Otaño, en el año 2007.

En el año 2010, fui a Paraguay para reclamar justicia. Una autoridad me recibió, el entonces ministro del Interior, Rafael Filizzola. Otras autoridades solo permitieron que les deje una carta explicativa, como el fiscal General del Estado, Rubén Candia Amarilla (nunca supe que sucedió con los fiscales que actuaron al principio, Daniel Vergara y Nelson Ramos) y los ministros de la Corte Suprema de Justicia. Fui atendida también por la organización de la sociedad civil Comité de Iglesias.

Todos me prometieron dar seguimiento al proceso de legal de búsqueda de los autores materiales e intelectuales. Sin embargo, el silencio y la impunidad es la única respuesta obtenida hasta el día de hoy.

En estos años de acercamiento al Paraguay, país que mi hermano eligió como “su segunda patria”, supe que, cuando una adolescente cumple 15 años, es motivo de celebraciones especiales y festejo familiar.

Entonces, pienso que, en mi familia, estos 15 años sin Tito han sido un velorio eterno. Que nuestra madre pronto cumplirá 85 y los últimos 15 años fueron de intenso dolor y sufrimiento, sin explicarse porqué mataron a su hijo.

No se avanzó en la búsqueda de los autores materiales e intelectuales del crimen cobarde. Pareciera que gran parte de la sociedad paraguaya olvidó este crimen y por eso cada año sigo escribiendo, para ayudar a recordar. Es también cierto que, entre los escasos recuerdos, son algunos humildes vecinos de Mayor Otaño, oyentes de su radio, quienes me escriben palabras sobre la vida de Tito, cuando se acerca la fecha de aquella fatídica noche de 22 de agosto.

No podemos olvidar a Tito, su amor a la justicia, a la verdad, a involucrarse con valentía en su país de adopción, denunciando el contrabando y la corrupción.

La vida ha hecho que nos vayamos resignando a su ausencia física, pero no así al silencio, al ocultamiento de la verdad. No vamos a descansar mientras no sepamos quienes fueron los autores materiales e intelectuales de su asesinato. Ante tanta oscuridad, en los últimos meses descubrimos una lucecita de esperanza, gracias al avance de la familia de Santiago Leguizamón (asesinado en 1991), quienes lograron llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la búsqueda de verdad y justicia. El estado paraguayo, en este caso, se allanó a reconocer su responsabilidad por lo que, aunque sea tarde, deberán crear una Comisión de Verdad que investigue los asesinatos de los periodistas durante el periodo mencionado. Quizás ahí podamos saber que pasó.

Quizás es una tenue luz de esperanza que se asoma, en estos largos años de dolor y transcurridos en la absoluta impunidad. Sin embargo, queremos confiar que lograremos conocer a los sicarios y a los autores intelectuales del cobarde asesinato, por eso seguiremos reclamando verdad y justicia para Tito.

Marcela Palma Godoy - Coyhaique, Chile.

Marcela Palma, junto al entonces ministro del Interior, Rafael Filizzola, durante un viaje al Paraguay en 2010, reclamando justicia por el asesinato de su hermano periodista.