No
puedo evitar sonreírme cuando leo, una y otra vez, en las redes sociales, algunos
posteos de conocidos “líderes progresistas” y referentes de algunos grupos de
izquierda, insistiendo en que la marcha de los indignados del #15Npy solo pudo
tener éxito porque recibió “un extraordinario apoyo artificial” de los grandes
medios empresariales de comunicación, especialmente de los diarios ABC y Última
Hora, porque sus poderosos y millonarios dueños empresarios tienen oscuros intereses
comerciales y/o políticos por detrás, y nos manejan a todos como grandes
titiriteros desde bambalinas, tanto a los periodistas que somos su empleados,
como a toda la opinión pública.
Me
sonrío, porque el reclamo que estábamos recibiendo hasta horas antes de la
marcha, ese viernes 15, por parte de los organizadores, era justamente todo lo
contrario: Que los medios y los periodistas no les estábamos haciendo caso, que
todo lo que se publicaba acerca del anuncio de la marcha era muy pequeño, que
estábamos censurando la movilización porque “no le convenía a los intereses de
los dueños de los medios”, etc.
Por
algo nos dedicaban estrofas de la canción Multiviral de Calle 13: “Si la prensa
no habla/ nosotros damos los detalles/ pintando las paredes/ con aerosol en las
calles…”.
En gran
parte, tenían razón, en eso de que no les hacíamos mucho caso.
Fíjense
en las fotos que acompaña a este posteo. Corresponden a las ediciones de los
diarios ABC y Ultima Hora del día 15 de noviembre, el mismo día en que iba a
realizarse la marcha.
ABC le
dedica apenas 15 líneas a anunciar el acto, bajo el título “Indignados marcharán
esta noche”, como material de tercera importancia en su página 6, Política, con
una foto de archivo de otra marcha anterior, a tres columnas.
El
anuncio en Última Hora pasa aún mucho más desapercibido. Apenas un recuadro
grisado a dos columnas, al pie de la página 3, con el genérico título de “Manifestación
en distintos puntos”, y no más de diez líneas de texto.
¿Ese
era el “extraordinario apoyo artificial”?
Para
quienes conocen la dinámica interna de los medios, este panorama es
comprensible. Los editores y periodistas, personajes escépticos si los hay, no
creían mucho en que la convocatoria del #15N iba a tener gran respuesta de la
ciudadanía. Ya se habían hecho intentos similares desde las redes sociales, en
los últimos meses, que apenas lograron juntar a algunas decenas de personas en
las plazas, y que merecieron algunas coberturas que en la jerga periodística
llamamos “de relleno”.
Aunque ese
viernes había cierta expectativa, debido a que el tema del rechazo al desafuero
a Victor Bogado era la noticia más leída del día en los sitios web… el espacio
que se le estaba reservando a la marcha en los diarios no era muy grande. Además,
el cielo se puso negro en horas de la tarde, se avecinaba una gran tormenta y
lo más probable era que el acto se llegue a suspender. En el Paraguay, habitualmente,
todo “se suspende por lluvia”.
Recién
cuando los primeros reportes de los cronistas destacados a la cobertura indicaron
que “mucha gente se está juntando en la Plaza Uruguaya”, los editores
reprogramaron sus páginas.
Y en la
medida en que la multitud crecía y se abría paso por las calles, también el
espacio asignado a la noticia se iba ampliando. Para entonces ya estaba decidido
que iba a ser tema de tapa, por una razón muy sencilla: lo que estaba
sucediendo era la noticia más importante del día.
Por la
dinámica de nuestro trabajo, los periodistas tratamos de desarrollar algunas
habilidades, que nos ayuden a leer los signos de una realidad en constante
cambio y adaptarnos rápidamente para tratar de reflejarlo.
Seguramente,
muchas veces nos equivocamos, y no informamos adecuadamente acerca de todo lo
que la gente más espera y valora. Casi siempre, la trascendencia o no
trascendencia que se le da a un tema u otro en los medios, no necesariamente
responde a un plan deliberado, ni a una conspiración político empresarial, sino
simplemente a la dinámica del interés que la propia sociedad les otorga.
Personalmente,
al igual que la mayoría de mis compañeros en la Redacción, hasta ahora no sé
qué opinarán Vierci o Zuccolillo sobre la movida de los indignados. Muy pocas
veces en la vida me tocó hablar con ellos. No recibimos sus instrucciones, sino
la de nuestros jefes directos en la redacción, y tienen que ver más con nuestro trabajo periodístico
cotidiano. Un trabajo que hacemos de la manera que mejor (o peor) podemos, con nuestras
humanas limitaciones, con nuestros aciertos y errores, y casi siempre los
enfoques tienen más que ver con nuestra manera personal, profesional (y
probablemente ideológica) de ver la realidad, que con la línea editorial del
medio.
Probablemente,
todo esto hace que muchos de los periodistas tengamos más “feeling” para
entender lo que la gente está diciendo en la calle, que algunos de los “dirigentes
populares” que hoy intentan desacreditar una de las más interesantes expresiones
cívicas de un amplio sector de la sociedad… solo porque no responde a sus
lineamientos ideológicos… o no pueden controlarlo.
Lástima,
por ellos.
¡Sería
tan bueno tenerlos al lado de la gente, aportando su valiosa trayectoria de
lucha y su visión política… y no tirando piedras desde la gradería!
Como si
pudieran detener la esencia y la naturaleza de las cosas.
La izquierda infantil o tilinga, en todas partes creen que son los unicos que pueden salvar al mundo, no se puede discutir ideas con ellos x q son fanaticos, de ahi que quieren desmeritar la movilizacion de la clase media ( que no es poca cosa)
ResponderEliminarAdemas la mayoria de los que dicen ser de isquierda o progresistas en py, son oportunistas, demagogos y populistas sin ideologia