Mucho
lectores y lectoras me preguntan cuál es mi posición sobre el decomiso -durante
un operativo gubernamental- de 160,5 toneladas de azúcar, presumiblemente
ingresadas de contrabando, en un depósito de la firma Retail SA, en Itauguá,
empresa perteneciente al Grupo Vierci, al cual también pertenece el diario ÚLTIMA
HORA, medio periodístico al cual estoy vinculado laboralmente desde que un 1º
de junio de 1979 ingresé como novato redactor aprendiz. En pocos meses se
cumplirán 35 años de mutua convivencia, aunque hubo periódicos divorcios y
alejamientos.
Por
eso, les comparto algunas expresiones del gran maestro colombiano Javier Darío
Restrepo, experto en ética periodística de la Fundación Nuevo Periodismo, de
Gabriel García Márquez:
-“Un
periodista les debe lealtad a sus lectores y a nadie más. Ni siquiera al dueño
del medio que le paga”.
-“Privilegiar
los intereses, afectos o desafectos de los dueños convierten al medio de
comunicación en caja de resonancia de una familia, o de una empresa, pero no de
una sociedad”.
-“Los
intereses de la fuente, los del propio periodista o de su medio, están
subordinados al servicio que se le debe prestar al lector”.
En la
medida de lo posible, estos principios guiaron mi trabajo en todos estos años
-al igual que el de muchos colegas hombres y mujeres con quienes me tocó
compartir en este medio-, desde la época de su primer director propietario,
Demetrio Papu Rojas, y no ha variado en la moderna época Vierci.
En
contra de lo que muchos anunciaban ayer en las redes sociales: (“Seguro que ÚLTIMA
HORA no va a publicar nada sobre este tema…”), hoy he visto con mucha
satisfacción que la edición impresa dedicó las dos principales páginas de su
sección Economía (incluso más páginas que la competencia) a brindar amplia
información sobre el tema, incluyendo tanto la versión oficial como la versión
de la empresa afectada, con un destacado título en portada: “Enorme contrabando
de azúcar burla todos los controles aduaneros”.
En lo
personal y profesional, admito que lo sucedido me produce dudas, preguntas e
incomodidad, al igual que a muchos de mis colegas. Por más que digamos que el
caso todavía está en fase de investigación, y que los periodistas no tenemos
responsabilidad en lo que eventualmente la Justicia pudiera determinar acerca
de lo que hayan cometido (o no) otras personas que pertenecen al mismo grupo
empresarial, la sospecha está instalada, y el daño a la imagen ya es
inevitable.
Aunque
mi olfato de viejo sabueso periodístico me dice que detrás de este tema hay
mucho más de lo que parece a simple vista, no voy a ponerme a defender a una
empresa que tiene demasiados recursos para defenderse a sí misma, y para
aclarar todo lo que deba ser aclarado, ni me voy a sumar al coro de quienes ya
condenan a priori, o buscan utilizar esta situación para tratar de poner en
cuestión la reputación de otros colegas periodistas. Hay en los códigos de ética
periodística también una cláusula de "conflicto de intereses", que
nos impide investigar los temas que nos tocan muy de cerca, ya que no hay
garantías de suficiente objetividad e imparcialidad. Lo preferible es dejar que
lo hagan otros colegas, de otros medios, con más distancia profesional.
Solo
espero que la verdad –sea cual sea- prevalezca, que las instituciones hagan
bien su trabajo (aún con toda la desconfianza que generan, y con la
vulnerabilidad que tienen a las presiones políticas y económicas en este país).
Y también que ÚLTIMA HORA lo siga informando todo, veraz y objetivamente, como
lo está haciendo, como una noticia más, aunque esta afecte a su propia empresa
propietaria.
En lo
personal, solo puedo comprometerme con ustedes a seguir haciendo mi trabajo,
como antes, como siempre. Soy periodista y hago periodismo, con la utópica
pretensión de que lo que hago les resulte útil, a los lectores y lectoras, a la
sociedad, al país.
Mientras
ÚLTIMA HORA me siga brindando las mismas condiciones de libertad, dignidad y
responsabilidad que me ha brindado en estos 35 años, lo seguiré haciendo aquí.
Y también en las redes, en los blogs, en los libros, en las paredes…
P.D.:
(Además soy diabético. No consumo azúcar).
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