El busto de Domingo
Robledo, ex compadre de Stroessner, fue arrancado de la Terminal de Encarnación, pero volvió a
instalarse y se mantiene sin placa ni nombre. El escritor Robin Wood lo retrató como un
villano de historietas.
#CrónicasDeLaMemoria
Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman
–¡Ha caído la dictadura del general Alfredo
Stroessner...!
Fue la
inesperada noticia que el abogado encarnaceno Luis Eliézer Pocho Espinoza Ojeda oyó en una emisora argentina, en la madrugada
del 3 de febrero de 1989. Tras confirmar que no era una broma, salió a la calle
a respirar hondo. La capital de Itapúa amanecía envuelta en un sepulcral
silencio.
Pocho sintió que había llegado
el momento de cobrarse tanta injusticia, especialmente por la prisión y los
maltratos que le infligieron en 1972, cuando lo llevaron preso junto a otras 21
personas, a las que involucraron en el asesinato del intendente encarnaceno
Domingo Robledo, alias Sombrero Hũ,
cuando todos sabían que quien lo mató fue el director de Correos, Herminio
Palacios, quien además se suicidó tras cometer el crimen.
El
abogado buscó una larga cadena y la alzó en su camioneta. Manejó hasta la
Terminal de Ómnibus de Encarnación. Estacionó frente al busto dedicado a
Domingo Robledo. Rodeó un extremo de la cadena en torno a la cabeza y el cuello
del monumento y ató la otra punta a la carrocería del vehículo. Luego puso en
marcha el motor, aceleró con mucha fuerza y sonrió al sentir que el busto se
desprendía con un golpe seco, cayendo al suelo.
Entonces,
Pocho Espinoza recorrió con su camioneta las principales calles de Encarnación,
haciendo sonar la bocina y arrastrando el busto de Domingo Robledo, frente a
las miradas atónitas de sus conciudadanos, mientras gritaba:
–¡Al fin cayó también nuestro tirano...!
DE VUELTA. Veintiocho años
después, el busto de Domingo Robledo Valenzuela, el célebre Sombrero Hũ,
todavía permanece frente a la Terminal de Ómnibus de Encarnación.
Domingo Robledo (a la derecha) con su característico sombrero negro. |
Llamativamente,
no hay placa que revele la identidad del hombre del monumento.
–Señora, ¿sabe usted quién es este
personaje? –pregunto a la chipera Ña Felicia.
–No, che karai. Seguro es un héroe de la
guerra –dice.
En
1989, el busto de Sombrero Hũ fue abandonado en un vertedero por Eliézer
Espinoza. De allí lo recogieron las autoridades de la época y lo volvieron a
ubicar en la Terminal, aunque desde entonces hay como cierta vergüenza en
rendirle honores.
–La intendenta Élida Bartonchelo le puso
una placa nueva con su nombre, pero enseguida alguien sacó y escondió –dice
un funcionario de la Terminal de Ómnibus, que pide no ser identificado.
SEÑOR FEUDAL.
Nacido en Encarnación, el 20 de diciembre de 1911, de origen humilde, Domingo
Robledo fue amigo de infancia y compañero de estudios de su compueblano Alfredo
Stroessner, con quien fueron a la Guerra del Chaco en 1932.
"Robledo
protegió a Stroessner durante su exilio en Posadas, Argentina, en 1953. Por eso
el dictador lo nombró intendente de Encarnación en 1958, cargo que ejerció
hasta ser asesinado en 1972", destaca el historiador encarnaceno Julio
Sotelo.
Hay
quienes lo recuerdan con gratitud por sus obras, como la construcción del
estadio del club 22 de Setiembre o la creación del barrio IPVU, pero otros lo
hacen con rencor por su ínfulas de señor feudal, déspota y arbitrario,
acostumbrado a exigir dinero que luego ya no devolvía.
EL FIN. Fue uno de estos
préstamos sin devolución el que lo enemistó con su amigo y correligionario
Herminio Palacios, jefe de Correos.
"Cuentan
que Robledo pidió mucho dinero en préstamo a Palacios. Cuando este fue a
pedirle que devuelva, Robledo lo abofeteó y ofendió", narra Julio Sotelo.
El
lunes 18 de diciembre de 1972, Palacios vio pasar al intendente en su auto por
la avenida Caballero. El jefe de Correos tomó un cuchillo de cocina, subió a su
camioneta y lo alcanzó en el cruce con la ruta 1, donde lo embistió y lo tiró a
una cuneta. Luego bajó y lo apuñaló reiteradas veces. Enseguida, Palacios se
autoeliminó con el mismo cuchillo.
El caso
fue aprovechado por el delegado de Gobierno Juan Vicente Ricciardi para
encarcelar a 22 adversarios políticos, a quienes acusó del asesinato, a pesar
de que todos sabían que solo fue Palacios.
Hoy, el
busto de Sombrero Hũ sigue siendo un símbolo en el paisaje urbano de
Encarnación. Nadie más se animó a arrancarlo con cadenas.
***
Un villano de historietas
El gran
escritor paraguayo de historietas Robin Wood vivió durante su juventud en
Encarnación y conoció de cerca la leyenda de Sombrero Hũ. En los años 80 se
inspiró en el personaje, cambiando negro por blanco, para crear a un villano de
su serie Morten, dibujada por el
argentino Carlos Pedrazzini. El Sombrero Blanco es el alcalde de un pueblo sudamericano,
déspota y corrupto, que gobierna a través del terror, hasta que cae en
desgracia.
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