El
hallazgo de una serie de artículos periodísticos de época sobre una querella
judicial de 1957, en el que un sobrino de la ilustre primer abogada paraguaya y
líder feminista Serafina Dávalos acusa a la excompañera de esta de haberla
dejado morir, produjo sorpresas y controversias, tras su publicación en el
diario Última Hora. Este es un resumen de las notas, a pedido de lectores del
blog.
#CrónicasDeLaMemoria
#CrónicasDeLaMemoria
Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman
En
setiembre de 1957, una mujer llegó al Sanatorio Leriche, sobre Perú y Ana Díaz,
en la zona del Mercado 4 de Asunción, a pedir medicamentos "para una mujer
pobre, que estaba gravemente enferma".
El
médico que la atendió, Óscar Acuña Torres, se mostró intrigado y explicó que no
podía recetar medicinas sin inspeccionar a la enferma. Tras insistir, la mujer
aceptó llevarlo hasta una vivienda sobre la calle Rodríguez de Francia.
Al
ingresar a la residencia, el médico quedó sorprendido ante lo que describió
como "un cuadro macabro".
En el
interior de una habitación se hallaba una mujer de edad avanzada,
"totalmente desnutrida, presa del hambre, tendida sobre un catre de lona,
sin colchón, con los pies fuera de la cama".
El
doctor Acuña Torres, –quien llegó a ser presidente del Partido Revolucionario
Febrerista, fallecido en el 2003–, quedó impactado al reconocer que la enferma
no era otra que Serafina Dávalos. La que había ido a pedir medicamentos era
Honoria Balirán, secretaria y "dama de compañía" de Serafina, pero en
realidad su pareja sentimental, en una época en que las relaciones de personas
del mismo sexo resultaban aún inconfesables.
Dos
años después, en su declaración ante un Juzgado en Asunción, Acuña Torres contó
que hizo lo posible por intentar curar a Serafina, pero el daño a su organismo
estaba muy avanzado y falleció irremediablemente el 27 de setiembre de 1957.
ACUSACIÓN. El abogado Nicasio
Dávalos, hijo de un hermano de Serafina, presentó querella criminal contra
Honoria Balirán ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Criminal de
Asunción, a cargo del juez Ernesto Giménez, acusándola de ser autora de
"la muerte lenta y horrorosa de la doctora en Derecho".
En el
relato se describe que Balirán vivía con Serafina Dávalos desde 1915, como
"dama de compañía". Nicasio afirma que la mujer empezó a ejercer
sobre su tía "una influencia morbosa, encaminada a quedarse con todo lo
que acumulaba de fortuna, por su gran capacidad de trabajo".
Así la
mujer logró que Serafina la nombre su heredera universal, quedándose con la
propiedad del Palacete en que vivían, sobre la calle Herrera casi Tacuarí, que
luego vendió al Estado y también procedió a vender los coches de la abogada y
un establecimiento ganadero en Itacurubí de la Cordillera, quedándose con el
importe de las ventas.
"Allí
empezó el viacrucis de la doctora, que fue sometida por su secretaria, quien le
negó los alimentos indispensables para su subsistencia, la castigó brutalmente
en todas las ocasiones en que reclamaba alimentos, teniéndola secuestrada por
largo tiempo hasta su muerte, incomunicándola para que no se entere
nadie...", relata el sobrino Nicasio Dávalos, en la querella.
***
Los
testimonios más consistentes que se revelan sobre la forma en que murió la
ilustre abogada y pionera feminista Serafina Dávalos son los brindados por dos
médicos que aseguraron haberla asistido en sus últimos días y la encontraron en
un grave estado de desnutrición, ante la falta de cuidados.
El principal
testigo, que brindó su declaración ante el proceso judicial iniciado en 1957
ante el juez de Primera Instancia en lo Criminal de Asunción, Ernesto Giménez,
fue el doctor Óscar Acuña Torres, médico del Sanatorio Leriche. Reconocido
dirigente del Partido Revolucionario Febrerista (PRF), llegó a ser presidente
de dicha organización política en dos periodos y falleció en un accidente
automovilístico, el 14 de enero de 2003, en las afueras de la ciudad de Coronel
Bogado.
En su
declaración testifical, en el marco de la querella promovida por el abogado
Nicasio Adriano Dávalos, sobrino de Serafina, contra la ex compañera
sentimental de la misma, Honoria Balirán, reproducida por varias publicaciones
del diario El País de Asunción, en octubre de 1959, el doctor Acuña Torres
relata que fue a visitar a Serafina, a la casa en que la tenían, sobre la calle
Rodríguez de Francia, donde la encontró "en un cuadro terminal" y
"totalmente desnutrida".
"Le
suministró en esa oportunidad remedios y cuando fue la segunda vez, dos o tres
días después, acababa de morir", precisa la publicación.
Acuña
Torres también declaró que Honoria Balirán le pidió "reserva sobre su
estado", porque "no quería que se comentara con nadie el estado en
que se encontraba" Serafina Dávalos.
OTRO MÉDICO. En el
mismo proceso judicial declaró además el médico Telmo Aquino, también
integrante del equipo del Sanatorio Leriche, quien "corroboró plenamente
lo afirmado por su colega, por haber presenciado también ese mismo
cuadro".
LA CRIADA. Otro testimonio
brindado ante el juez Giménez fue el de Cecilia Vázquez, quien fue presentada
como la criada que prestaba servicio en la casa en que vivían Serafina Dávalos
y Honoria Balirán.
Vázquez
también sostuvo que Honoria Balirán "le ha hecho objeto de malos tratos a
la doctora Dávalos, castigándola, no proporcionándole los alimentos y
medicamentos que le hacían falta", según la publicación de El País.
Agregó
que la doctora Dávalos "presentaba en su cuerpo moretones que probaban
fehacientemente los malos tratos de que era objeto".
La
criada contó que cuando Serafina se encontraba muy mal, le pedía a ella
"que fuera a llamar a la señora Zulma de Martínez", pero Honoria
Balirán le prohibía hacerlo, cerrando las puertas con llave.
Cuando
murió Serafina, Honoria "no quiso que se diera la noticia a nadie",
indicó Cecilia Vázquez.
AMIGA. Zulma Llano de
Martínez, amiga de Serafina Dávalos, también declaró en el proceso judicial,
alegando que la visitó en varias oportunidades, comprobando personalmente el
estado de abandono en que la tenían.
"Le
negaba alimentos y se negaba a comprar medicamentos cuando ella
necesitaba", dijo la mujer, asegurando que en más de una oportunidad
encontró rastros de golpes físicos en el cuerpo de Serafina.
POLÉMICA. Los datos revelados por
ÚH sobre la presunta manera en que murió la ilustre abogada Serafina Dávalos
causó polémica en círculos intelectuales, feministas y de colectivos LGBT.
El
grupo Aireana, en nota publicada en su página de Facebook, sostiene que la
versión del sobrino Nicasio Dávalos es probablemente falsa. Sin embargo, hasta
ahora no aparece otra versión documentada sobre la muerte de Serafina Dávalos,
que refute la historia, ni los testimonios que han sido publicados.
¿Cómo
acabó el juicio? El historiador Fabián Chamorro señala que no se hallaron más
publicaciones. Rosemary Dávalos, sobrina nieta de Serafina, cree que la familia
le pidió a Nicasio que desista de la querella y que no existió un veredicto
final... pero todavía quedan muchos detalles por investigar.
Otra de las publicaciones de El País, que encendieron la polémica. |
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La tumba perdida de Serafina
¿Dónde
está la tumba de la primera mujer abogada paraguaya y admirada líder feminista
Serafina Dávalos?
Esta
fue la pregunta que motivó al historiador Fabián Chamorro a hurgar en antiguos
periódicos, donde halló las crónicas sobre una querella judicial entablada por
Nicasio Dávalos, sobrino de Serafina, en 1959, acusando a la ex compañera
sentimental de la abogada, Honoria Balirán, de haber provocado intencionalmente
su muerte, privándola de alimentos... y de haber ocultado sus restos, tal como
hemos consignado en la crónica anterior.
"Muerta
la doctora (Dávalos), la Balirán y su cómplice se apresuraron para asegurar el
botín y llevaron, con propósito de ocultar el crimen, el cadáver de la doctora,
con destino desconocido, pues ni siquiera figura con entrada en el Cementerio
de la Recoleta, como corresponde", aseguró Nicasio Dávalos en la querella,
según refiere una publicación del diario El País de Asunción, el 19 de octubre
de 1959.
Agrega
que "ni siquiera dieron aviso a los periódicos y parientes, y el ataúd que
se dice contiene el cadáver apareció después en la Recoleta".
MISTERIO. "Hace tiempo que
vengo buscando la tumba de Serafina Dávalos, como parte de una investigación
para una obra de cuatro tomos sobre la historia del Cementerio de la Recoleta,
pero no existe ningún dato acerca de su ubicación, ni siquiera hay registros de
que la hayan enterrado allí", destaca el historiador Fabián Chamorro.
Tratando
de obtener los datos sobre el destino de sus restos, Fabián encontró algo más
terrible: la acusación de que la muerte de Serafina fue lenta y dolorosa,
presuntamente provocada por su ex compañera sentimental, para quedarse con sus
bienes.
"No
conocíamos esta parte oscura de la historia de Serafina y me sorprendió
mucho", admite Chamorro.
La
historiadora Ana Barreto Valinotti, quien incluyó la biografía de Serafina
Dávalos en su libro Mujeres que hicieron historia en el Paraguay, editado en
2011, también se muestra sorprendida. Ella escribió que "Serafina falleció
en 1957, en la pobreza, habiendo ejercido su profesión de abogada hasta el
final de sus días. A sus restos se les negaron funerales cristianos".
Barreto
cuenta que hace poco se enteró de nuevos datos sobre la pionera del feminismo.
"Por la investigación de su sobrina nieta Rosemary Dávalos, sabemos que la
fecha de su nacimiento es equivocada. Hay detalles de su biografía por
corregir, pero el relato de su trágica muerte resulta sorprendente para quienes
la admiramos", destaca.
Barreto
coincide en que el lugar donde está sepultada Serafina Dávalos sigue siendo un
misterio, que resulta un desafío para los historiadores.
SORPRESA. "No conocía los
detalles de esta lúgubre historia y me da mucha pena", dice la sicóloga
Rosemary Dávalos, sobrina nieta de Serafina, quien está trabajando en rescatar
y valorar la vida y obra de la gran luchadora feminista. Teme que esta
revelación periodística empañe la valiosa trayectoria de Serafina, aunque las
circunstancias de su muerte no pueden opacar el brillo de su vida.
El palacete sobre Herrera casi Tacuary, en Asunción, que perteneció a Serafina Dávalos. Foto: Andrés Colmán G. |
***
En defensa de Honoria Balirán
Tras
los datos de la querella de Nicasio Dávalos contra Honoria Balirán, el diario
El País publicó el 23 de octubre de 1959 una carta de Héctor Saturnino
Mendieta, paraguayo residente en Argentina, quien defiende a la ex compañera de
Serafina.
Este
relata que Serafina Dávalos nombró a Honoria Balirán como su heredera universal
en 1917, "en plena juventud y en la plenitud de sus medios", lo cual
contradice que pueda causar su muerte para quedarse con sus bienes.
Mendieta
acusa al sobrino de Serafina, Nicasio Dávalos, de tener "propósitos
oscuros" con la querella, probablemente el de quedarse con los bienes.
"Nunca hemos visto a los parientes de ella acercársele", destaca.
"Nadie
desconoce que la doctora Dávalos y la Balirán se trataban como hermanas y como
tales registraban también diferencias, que originaban discusiones. He sido
testigo de varias de estas discusiones", dice.
Relata,
además, que Honoria Balirán vendió al Estado paraguayo el Palacete de la calle
Herrera, que le dejó Serafina, por un valor de 3 millones de guaraníes, la
mitad de la oferta original que pensaba percibir.
***
Las huellas de la primera abogada
Según
la biografía oficial, Serafina Dávalos Alfonze nació en Ajos, la actual Coronel
Oviedo, el 9 de setiembre de 1883, pero nuevos datos hallados por su sobrina
nieta, Rosemary Dávalos, indican que en realidad nació algunos años antes.
"La
fecha de su nacimiento surgió de una obra del historiador Carlos R. Centurión,
pero tenemos documentos que refieren que fue en otra fecha. Estamos
comprobando, antes de dar a conocer", afirma Rosemary.
Tras
estudiar en la Escuela Graduada de Niñas, Serafina promueve con sus compañeras
la creación de la Escuela Normal de Maestras en 1896 y egresa como maestra en
1898. Ante la guerra civil de 1904, lleva adelante una movilización de mujeres
en busca de la paz.
Fue la
primera mujer abogada del Paraguay, egresada en 1907, con su revolucionaria
tesis Humanismo.
En 1908
se convierte en la primera mujer integrante del Superior Tribunal de Justicia.
En 1910
asiste como delegada oficial del Paraguay al Congreso Internacional Femenino en
Buenos Aires, Argentina.
Serafina Dávalos (Foto: Portal Guaraní). |
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