La serie de reportajes “Festín de rubros
docentes en la UNA”, que empezó a publicarse en Última Hora el 8 de septiembre,
reveló un amplio esquema de presunta corrupción, dirigido por el rector Froilán
Peralta. Nadie esperó que la investigación periodística iba a despertar una
gran movilización estudiantil.
#CrónicasDeLaMemoria
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Por Andrés Colmán
Gutiérrez - @andrescolman
Todavía
no se apagaban los fuegos de la histórica investigación periodística que había
provocado el juicio político, la renuncia y el procesamiento del contralor
Óscar Velázquez y de la subcontralora Nancy Torreblanca, cuando la incansable
reportera Rossana Escobar, con apoyo de otros colegas del equipo de
investigación de Última Hora, ya tenía lista una nueva serie de reportajes,
esta vez sobre un esquema de presunta corrupción montado por el rector de la
Universidad Nacional de Asunción (UNA), Froilán Enrique Peralta.
Como es
procedimiento habitual -y lo establece el código de ética de ÚH-, antes de la
publicación Rossana buscó a Peralta y a las personas de su entorno afectadas
por la investigación, para comunicarles lo que iba a publicar y pedirles sus respectivas
versiones al respecto.
Al
parecer, en un aparente intento por desactivar la publicación, el rector
dispuso que una de las principales involucradas, su secretaria Tatiana
Cogliolo, una joven maestra parvularia que cobraba como profesora en la Facultad
de Veterinaria, facturando 12,6 millones de guaraníes mensuales, siendo además
pariente político del rector, renuncie a su cargo.
Probablemente
pensaba que al desvincularla del cargo la investigación periodística iba a
perder sustento y quizás ni llegaría a publicarse, pero los periodistas sabían
que el caso Tatiana era solamente la punta del ovillo de una serie de
irregularidades.
LA PRIMERA CHISPA
El martes 8 de septiembre, con un título a cuatro columnas al
pie de la portada, “Renuncia secretaria del rector de la UNA ante investigación
de ÚH”, el diario inició la publicación de la serie, que ocupaba toda la página
25, en la sección País, con el acápite “Festín de rubros docentes en la UNA”.
Si, era una acusación grave, pero afortunadamente la
principal denunciada ya había renunciado antes de que empiecen la
publicaciones. “¡Fiuuu…!”, habrán respirado aliviados.
Sin embargo, en la edición del día siguiente, miércoles 9 de
septiembre, el maldito diario volvía otra vez al ataque.
Esta vez publicaba dos páginas (22 y 23), agregando varios
otros casos: “Familiares de secretaria del rector cobran como profesoras fantasmas”.
El reporte revelaba que Froilán, además de haber nombrado a su
secretaria Tatiana como profesora de Veterinaria, también había dado rubros de
docente a la mamá y una prima de esta, sin que las mismas tengan títulos
universitarios.
El jueves 10 hubo otras revelaciones: “Rector nombró hasta a
la hermanita colegiala de su secretaria en la UNA”.
Y además se publicó un reporte que causó mucha indignación:
los representantes estudiantiles ante el Consejo Directivo de la UNA, Rodolfo
Antonio Brassel y José Enrique Osorio, tras ser requeridos por los periodistas
de ÚH, decidieron llamarse a silencio. Ambos también habían sido denunciados
por cobrar mensualmente millonarios rubros como docentes.
Desde entonces, día tras día, el diario fue dando a conocer
más y más revelaciones sobre el nivel de podredumbre en el Rectorado de la UNA,
sin que en principio se produzcan muchas reacciones, ni de las instituciones
encargadas de investigar y actuar, ni tampoco de docentes y alumnos.
Hasta que, casi una semana después, el lunes 14 de
setiembre, a pocos días de una anunciada marcha nacional de estudiantes
secundarios en reclamo de una mejor educación, la Fiscalía dispuso iniciar una
investigación en el rectorado de la UNA, en base a las publicaciones de ÚH.
Ese mismo día, también la Contraloría anunció que empezaba
una auditoría en el Rectorado, acerca de las mismas denuncias.
La primera chispa
El
martes 8 de septiembre, con un título a cuatro columnas al pie de la portada,
"Renuncia secretaria del rector de la UNA ante investigación de ÚH",
el diario inició la publicación de la serie, que ocupaba toda la página 25, en
la sección País, con el acápite "Festín de rubros docentes en la
UNA".
En la
edición del día siguiente, miércoles 9 de septiembre, incluyó dos páginas con
más revelaciones: "Familiares de secretaria del rector cobran como
profesoras fantasmas".
El
reporte relataba que Froilán, además de haber nombrado a su secretaria Tatiana
como profesora de Veterinaria, también había dado rubros de docente a la mamá y
una prima de esta, sin que las mismas tengan títulos universitarios.
El
jueves 10 hubo más datos: "Rector nombró hasta a la hermanita colegiala de
su secretaria en la UNA".
Además
se publicó un reporte que causó mucha indignación: los representantes
estudiantiles ante el Consejo Directivo de la UNA, Rodolfo Antonio Brassel y
José Enrique Osorio, tras ser requeridos por los periodistas de ÚH decidieron
llamarse a silencio. Ambos también habían sido denunciados por cobrar
mensualmente millonarios rubros como docentes.
Desde
entonces, día tras día, el diario fue dando a conocer más y más detalles sobre
el nivel de podredumbre en el Rectorado de la UNA, sin que en principio se
produzcan muchas reacciones, ni de las instituciones encargadas de investigar y
actuar, ni tampoco de docentes y alumnos.
La
intervención de la Coordinadora de Abogados del Paraguay, que presentó una
denuncia penal en base a las revelaciones de Última Hora, fue fundamental para
que intervenga la Justicia.
Casi
una semana después de la primera publicación, el lunes 14 de setiembre, a pocos
días de una anunciada marcha nacional de estudiantes secundarios en reclamo de
una mejor educación, la Fiscalía dispuso iniciar una investigación en el
rectorado de la UNA, en base a las publicaciones de ÚH.
Ese
mismo día, también la Contraloría anunció que empezaba una auditoría en el
Rectorado, acerca de las mismas denuncias.
Publicaciones
ÚH
La primavera de los secundarios
El
viernes 18, la realización de la Marcha Nacional de Colegios Públicos y
Privados (MNCPP) sorprendió gratamente por su alta participación y su muy buena
organización.
Cerca
de 10.000 estudiantes, en su mayoría aún niños, niñas y adolescentes, partieron
desde la plaza Italia de Asunción, hicieron una sentata simbólica frente a la
sede del Ministerio de Educación, rechazaron las flores que les ofreció la
ministra Marta Lafuente, pero obtuvieron el compromiso de una mesa de
negociaciones, y siguieron caminando con sus banderas, carteles, gritos y
cánticos, hasta la plaza de Armas, frente al Congreso Nacional, donde
celebraron anticipadamente el inicio de la primavera y Día de la Juventud,
reiterando su decisión de seguir movilizados en la lucha por una verdadera
reforma educativa.
Aunque
la fiesta era de los secundarios, el tema de la revuelta en la UNA ya ocupó un
fuerte foco de atención en la marcha. Los universitarios se congregaron en la
plaza de la Democracia y marcharon desde allí hasta la plaza de Armas, para
unirse con los secundarios. "¡Fuera Froilán!", "No más
seccionales en las facultades", eran las principales consignas.
Los
estudiantes de la facultad de Veterinaria UNA (donde Froilán había sido decano
y lo seguía controlando como un feudo propio) denunciaron que varios docentes
intentaron impedir que participen de la marcha, al resolver tomarles exámenes
repentinamente y exigirles presencia en las aulas, a la misma hora de la
movilización.
Tras la
marcha, los universitarios se congregaron frente al edificio del Rectorado, en
el Campus de San Lorenzo, en la tarde de ese jueves, en una larga asamblea con
micrófono abierto que se prolongó hasta horas de la noche.
Ya
estaba decidido, aunque aún eran pocos, iban a comenzar una vigilia en ese
lugar desde el lunes 21, esperando la reunión del Consejo Superior
Universitario que debía realizarse el martes 22 para analizar el caso Froilán.
La desaparición de Froilán
El
domingo 20, el tema estalló en los programas periodísticos de televisión.
Froilán Peralta eligió a qué programa ir, aunque varios lo habían convocado, y
asistió al programa Cara o Cruz, conducido por Enrique Vargas Peña y Jorge
Torres Romero en Unicanal, pero una gran cantidad de estudiantes universitarios
se congregó frente al local del medio con intenciones de "escracharlo".
Durante
la entrevista en estudios, Froilán anunció que no pensaba renunciar, pero que
iba a pedir permiso hasta que termine la investigación del Ministerio Público y
la Contraloría.
El
programa periodístico AAM (Algo Anda Mal), que conduce Santiago González y un
equipo de periodistas en Canal 13, puso un móvil en vivo en la calle, frente a
Unicanal, y pudo registrar el momento en que el rector fue sacado del interior
del edificio por una patrullera policial, avanzando a contramano, en medio del
abucheo de los manifestantes.
Esa fue
la última vez que el rector de la UNA fue visto en público. El lunes 21, a la
mañana, se instaló la asamblea permanente de los estudiantes frente al local
del Rectorado, que en la práctica fue una toma simbólica por parte de los
alumnos de su propia universidad. El número fue creciendo a medida que pasaban
las horas y para la noche ya eran miles. Se iniciaba una jornada de vigilia
memorable en vísperas de una apresurada reunión del Consejo Superior
Universitario, convocada por el mismo Froilán para la mañana del martes, a fin
de tratar su pedido de permiso al cargo. La consigna de los estudiantes pendía
como una espada de Damocles sobre la anunciada reunión: No al permiso, renuncia
inmediata.
Rehenes por un día
El
martes 22, el Campus de la UNA amaneció totalmente ocupado por los estudiantes,
que seguían llegando como una marea humana incontenible.
Los
miembros del Consejo Superior Universitario -12 decanos de Facultades, 12
representantes docentes, 4 representantes de graduados no docentes y 8
representantes estudiantiles- se reunieron en medio de un clima de gran
tensión, a puertas cerradas.
El
rector Froilán Peralta no asistió, solo hizo llegar su carta con su pedido de
permiso. Los integrantes del Consejo decidieron aceptar el permiso, por 36
votos a favor y uno en contra (de Ricardo Meyer, decano de Arquitectura), lo
cual encendió aún más la indignación de los estudiantes, que permanecían afuera
y exigían la renuncia inmediata del rector.
En una
segunda sesión, los miembros del Consejo firmaron una resolución exigiendo a
Froilán que renuncie al cargo y convocaron a una Asamblea Universitaria para el
martes 29 de setiembre, en la cual analizarían la situación.
Lo
resuelto encrespó aún más los ánimos de los estudiantes, que decidieron
bloquear todos los accesos al Rectorado y no permitir la salida de los miembros
del Consejo, quienes quedaron como rehenes de los manifestantes durante cerca
de 17 horas y recién pudieron retirarse en horas de la noche, con la mediación
de un grupo de agentes de la Fiscalía.
La noche de las "come-documentos"
Un
hecho que precipitó la resolución del conflicto fue lo ocurrido en la noche del
jueves 24, cuando los estudiantes sorprendieron a la jefa del departamento de
Talento Humano del Rectorado, María del Carmen Martínez, y a las funcionarias
Leticia Isabel Deggeller Martínez y Luz Aquino, dentro del edificio del
Rectorado, aparentemente destruyendo documentos y borrando archivos
comprometedores.
La
acción de los estudiantes, que rodearon a una patrullera de la empresa de
seguridad que presta servicios, permitió evitar que una de ellas se escape con
algunos papeles y las otras dos intentaron ocultarse bajo escritorios y
toallas, pero fueron fotografiadas y filmadas por los estudiantes.
El
conflicto fue transmitido en vivo por canales de televisión durante largas
horas, mientras los estudiantes exigían que representantes de la Fiscalía se
hagan presentes para intervenir en el hecho, pero la respuesta se dilató
inexplicablemente por más de cuatro horas, instalando una sensación de
complicidad de parte del Ministerio Público.
Un dato
pintoresco es que las mujeres fueron acusadas por los estudiantes de haberse
tragado varios papeles, con el propósito de destruir evidencias, lo cual les
ganó el mote de "come-documentos".
Finalmente,
las tres mujeres fueron detenidas y en su poder se encontraron algunos
documentos que comprometían aún más al rector y a las personas de su entorno,
incluyendo a dos de las mujeres involucradas, que resultaron ser parientes del
mismo.
El
escándalo que produjo el incidente y la indignación que causó en la opinión
pública fue un factor decisivo para que el Ministerio Público anuncie al
mediodía la imputación de Froilán Peralta por inducción a un hecho punible.
Poco
después de las 15.00, uno de los hermanos de Froilán anunció que el rector de
la UNA renunciaba a su cargo y se presentaba en la Fiscalía de Delitos
Económicos para ponerse a disposición de la Justicia.
Periodismo y sociedad
Hasta
los más agudos analistas de la realidad social y política sostienen que la
dimensión que adquirió la protesta juvenil es "inesperada e inédita",
como lo califica el investigador Alfredo Boccia Paz.
Las
cada vez mayores adhesiones de estudiantes de otras universidades, como los de
la Universidad Católica, la Universidad Autónoma de Asunción, la Universidad
Americana y varias del interior del país, además de sectores sociales,
empresariales y grupos de artistas, han colocado a la revuelta estudiantil en
el foco central de la vida del país, logrando que gran parte de la población
esté pendiente de su desarrollo.
La
prolongada ausencia o desaparición mediática del rector -con permiso- de la UNA
ha merecido burlas y críticas en las redes sociales en Internet, inspirando
múltiples memes o caricaturas que se preguntan: "¿Dónde está
Froilán?", sugiriendo las más disparatadas probabilidades.
Pero al
mismo tiempo en que los acontecimientos marcan un "despertar
estudiantil" y abren el debate sobre la corrupción y el control político
autoritario que hasta ahora ha imperado en la universidad, planteando la
necesidad de una reforma profunda del sistema educativo, por otra parte, lo
ocurrido revaloriza la importancia del periodismo investigativo como
herramienta para desnudar la corrupción y las injusticias, ejerciendo un rol de
contralor del poder y favoreciendo la transparencia en favor de la
institucionalidad democrática.
Así
como la serie de reportajes sobre los presuntos hechos de corrupción que
afectaron al contralor Óscar Velázquez y la subcontralora Nancy Torreblanca
lograron que por primera vez un trabajo de investigación periodística
desencadene un juicio político, la renuncia al cargo y el procesamiento de dos
altos funcionarios estatales -con una importante movilización de sectores de la
ciudadanía en las calles y en las redes sociales-, esta actual serie sobre las
andanzas del rector de la UNA es la primera que motiva toda una histórica
movilización estudiantil, de amplia repercusión nacional.
También
es un hecho muy destacable que un tema investigado por periodistas de un diario
muy rápidamente haya sido asumido por los colegas periodistas de otros medios y
se imponga como un tema de interés nacional.
Excelente crónica. Este tipo de hechos nos da esperanza, No todo esta perdido!!
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