Soy un conservador revolucionario.
Un socialista
que cree en las libertades individuales.
Un
liberal que promueve la distribución equitativa de la riqueza.
Soy un
machista que fue adquiriendo conciencia feminista.
Un burgués
de clase media, que más se identifica con los pobres de la tierra, que
con los ricos y sus fortunas de origen dudoso.
Soy un cristiano
ateo y creyente.
Un fundamentalista
crítico y librepensador.
Un
hombre de piel blanca, con sensibilidad a veces negra o afroamericana, a veces indígena,
a veces árabe, a veces asiática….
Un
heterosexual solidario con los gays y las lesbianas, sobre todo cuando son tan injustamente
discriminados.
Soy un folklorista
al que le gusta el rock.
Un rockero
al que le apasiona la música clásica.
Un campesino enamorado de la ciudad.
Un
flaco siempre excedido de peso.
Un niño
en el cuerpo de un adulto.
Un
comunicador social que no comunica lo más íntimo y personal.
Un
buscador de emociones que no distingue el amor de la
pasión.
Uno que se siente solo en la multitud y acompañado en su soledad.
Un fabulador
que cuando le piden respuestas… devuelve preguntas.
Soy un
náufrago sideral arrojando mensajes en botellas recién vaciadas de vino rojo.
Un
pirata virtual que busca tesoros perdidos en el loco sueño de una
noche de verano: Un paisaje, una caricia, una copa compartida, una charla
amable, un rayo de sol tibio, una luna enamorada y compañera, una utopía por la
cual vivir y luchar…
Soy la
suma de mis humanas contradicciones.
El espejo
más brillante de mis dudas más oscuras.
Un reloj
de arena marcando horas sin tiempo.
Frívolas etiquetas que se deshojan al viento.
Hojas
en blanco en las que la vida sigue escribiendo.
Andrés Colmán Gutiérrez
Asunción,
febrero de 2013.
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