lunes, 22 de abril de 2013

Dos o tres cositas, escritas en el día después de las elecciones

Foto: René González.

1). LOS COLORADOS GANARON.
Trabajaron mejor, pusieron pasión, además de mucho dinero, con muy larga experiencia en los manejos de la política criolla. Los unió de nuevo la vocación de poder, y se impusieron de manera avasalladora en las urnas.
Para lograrlo, supieron dejar de lado sus conflictos internos, aggiornarse y modernizar su lenguaje, apropiarse mejor de las modernas técnicas de propaganda, imagen y comunicación social, adaptarse con más rapidez que otras fuerzas políticas, tragarse el sapo de que no iban a ser sus caudillos y líderes históricos los que conducirían el retorno al poder, sino un acaudalado empresario outsider, con una leyenda negra sobre el origen de su fortuna, que hasta hace menos de cuatro años ni siquiera era colorado, nunca había votado ni estaba inscripto en el Registro Electoral.
Pero lo hicieron, y dieron una gran lección de realpolitik.
Felicito al pueblo colorado que ayer acudió a votar masivamente, y que aprendió muchas de las nuevas reglas de la democracia, aunque en lo personal me incomoda que se les haya dejado volver tan rápido, y con tanta fuerza electoral, sin haberles exigido que hagan una autocrítica a fondo, pidiendo disculpas por los muchos crímenes contra los derechos humanos, y contra el Patrimonio del Estado, que cometieron o avalaron en los años de Gobiernos dictatoriales o seudodemocráticos.
En lo profesional, sostengo ante la figura del nuevo presidente electo la misma actitud crítica y vigilante que mantuve durante mi carrera periodística ante todos los anteriores Gobiernos, sean del signo que sean. Creo en el periodismo, especialmente en el periodismo investigativo, como “el perro guardián de la democracia”. No seré un periodista “opositor” ni “oficialista”. Seguiré siendo simplemente periodista. Seguiré haciendo el mismo o mejor periodismo que mis humanas cualidades o limitaciones me permitan hacerlo, como sé que lo seguirán haciendo muchos de mis más queridos colegas, hombres y mujeres.

2). LOS LIBERALES PERDIERON.
Los principales dirigentes del PLRA, con el presidente Federico Franco y los referentes del actual Gobierno, incluyendo a sus ocasionales aliados (PDP y UNACE, fundamentalmente) son los grandes perdedores de esta contienda electoral, no solamente ante los colorados, sino ante la ciudadanía, ante su propio pueblo.
La arbitraria y polémica ruptura que cometieron contra sus ex aliados de la izquierda en el Gobierno de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), posibilitando no solo la destitución de un presidente de la República a través de una “avivada”política -un golpe parlamentario revestido de presunta legalidad-,  sino generando en cierta forma el aislamiento político internacional regional del Paraguay, aunque les haya generado el aplauso del sector más reaccionario y conservador, al mismo tiempo los marcó ante un electorado más crítico y consciente. No solo fueron perversos (“traicioneros”), tampoco fueron inteligentes. Ya se ha demostrado históricamente que los liberales solos no ganan elecciones, pero con la izquierda sí. La soberbia los perdió.
Inicialmente, a pesar de considerarlos “golpistas”, muchos ciudadanos y ciudadanas parecían estar dispuestos a votar por Efraín Alegre y Rafael Filizzola, “solo para que no ganen los colorados”, pero las groseras acciones políticas de los liberales desde el Gobierno, en los últimos meses, fueron alejando cada vez más este voto potencial. La alianza a toda costa con los oviedistas –aprovechando en forma oportunista la trágica muerte de Lino Oviedo-, ofreciendo como moneda de cambio un millonario negociado de tierras, tan torpemente realizado que quedó expuesto ante la ciudadanía, sumado a otros escándalos de corrupción, como el uso de recursos estatales en campaña proselitista, acabó generando una corriente de “voto castigo”. A los colorados ya se los conocía y de ellos se esperaba que hagan estas cosas, pero un gran sector del liberalismo se presentaba como la opción diferente, y descubrirlos con las manos en la lata, resultó decepcionante.
A pesar de que queda posicionado nuevamente como el principal partido de oposición, en un deja vu político hacia antes del 2008, el liberalismo deberá hacer un gran ejercicio autocrítico y de mea culpa para volver a ganarse la credibilidad y la confianza de un gran sector del electorado. Los meses que le quedan de Gobierno a Federico Franco no les serán muy fáciles.  

3. LA IZQUIERDA, TERCERA FUERZA, DIVIDIDA Y REDUCIDA.
Aunque creció electoralmente y conquistó espacios importantes, me atrevo a incluir a los sectores de la izquierda paraguaya, contradictoriamente, tanto en la lista de ganadores como en la de perdedores.
Por una razón sencilla y de sentido común: Si conquistaron los espacios que conquistaron presentándose tan peleados y por separado, ¿cuánto hubieran logrado, si se presentaban unidos?
Sobre todo, cuando uno advierte que las razones de la división ni siquiera fueron ideológicas y programáticas, sino esencialmente por los primeros lugares en las listas para el Parlamento.
Expulsados arbitrariamente de su primera experiencia de Gobierno compartido, en lugar de reponerse y construir alternativas convocantes, los partidos y movimientos del Frente Guasu se desgastaron peleándose, hasta dividirse y generar la opción disidente Avanza País. Mario Ferreiro quedó tercero, muy lejos, logrando menos impacto electoral del que se esperaba, y Carrillo quedó cuarto. Pero los espacios logrados por ambos en el Parlamento son valiosos e importantes. ¿Conseguirán trabajar juntos?
Ante un panorama de una ANR avasalladora, con dominio pleno del Ejecutivo y mayoría simple en el Congreso, será fundamental que la oposición pueda ser sólida. Ante la cuasi desaparición de Patria Querida y el Unace, la izquierda tiene la oportunidad de consolidarse como tercera fuerza, pero eso solo será posible si supera los traumas del guerrillerismo mediático juvenil y los esquemas del catecismo marxista de los años 60.
Frente al retorno de un modelo de Gobierno mucho más liberal y neo-conservador, los movimientos sociales, principalmente campesinos, tendrán un gran desafío y un rol fundamental. Pero será saludable ver que evolucionen hacia formas de representación política más modernas y con mayor inserción social.
Rescato, en este terreno de las nuevas prácticas políticas, la linda experiencia demostrada en esta campaña por el Movimiento Kuña Pyrendá, especialmente de mujeres luchadoras, a quienes –como ciudadano elector- les otorgué mi voto con mucho entusiasmo, sabiendo que íbamos a ser poquitos en el mar de votos azulgranas, pero estábamos apoyando una candidatura hecha a pulmón, con mucha frescura y creatividad, sostenida por personalidades dignas y con gran trayectoria, aunque invisibilizadas en los medios de comunicación. Personalmente creo que aún tienen que superar cierto discurso con mucho clisé feminista, pero hay en este movimiento una opción potencial, que si se sigue construyendo tras la marea electoral, puede aportar una interesante y renovadora alternativa política a la momificada clase política paraguaya.

1 comentario:

  1. ¿Qué voto castigo? Los guarismos son los mismos para el 2003, solo que la autodenominada "izquierda" se llevó los votos de PQ y algunos pocos más. Si sumamos los votos de los 3 presidenciales principales no colorados, juntos no superan a Cartes. ¿Qué golpe parlamentario? El golpe golpe es, es uso de fuerza, el 22 de Junio de 2012 no hubo militares que salieran a las calles a derrocar a gobierno alguno. Si fuera un golpe, hace tiempo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana se hubiesen pronunciado (como pasó en Honduras) Te recomiendo consultar con distintos constitucionalistas de todos los colores para poder dar una mejor categoría jurídica a lo del 22 de Junio de 2012. Claro que yo tampoco lo llamo un juicio político regular, pero golpe no fue.

    Alejandro Sánchez

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