En
algún lugar entre los cerros de Acahay, La Colmena, Ybycuí e Ybytimí, en el
Departamento de Paraguarí, hay una pareja de yaguaretés huyendo con su pequeño
cachorro entre las cenizas del paraíso.
Estos
felinos salvajes llevan ya varias semanas rondando en medio de los ranchos y
las chacras, alimentándose de terneros y aves de corral, causando el lógico
temor en los pobladores, que han emprendido expediciones de cacería, armados
con rifles y escopetas, a fin de librar a sus comunidades del "peligro".
Conocido
también como jaguar o tigre americano, el yaguareté (Panthera onca) es el mayor félido de América y el tercero del
mundo, después del tigre. Figura en Lista Roja de Especies Amenazadas de la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Se cree que estos
ejemplares avistados entre los cerros de Paraguarí son los últimos que
sobreviven en la Región Oriental, donde su hábitat se ha perdido debido a la
acelerada destrucción de los bosques.
Los
yaguaretés se han quedado sin hogar y vagan buscando alimentos, a riesgo de ser
sacrificados.
En poco
más de medio siglo, el Paraguay perdió más del 80% de su superficie boscosa,
reemplazada por pasturas extensivas para cría de ganado y cultivos mecanizados
de soja, maíz, girasol y trigo. Desde 1945, de las 8.300.000 hectáreas de
bosques que cubrían la superficie del país, parte del Bosque Atlántico, hoy
quedan poco más de un millón de hectáreas, según el Fondo Mundial para la
Naturaleza.
En la
zona del Chaco Paraguayo, la deforestación alcanza un volumen de mil hectáreas
de bosques talados en forma diaria, como revela una investigación de la
organización no gubernamental Guyra Paraguay.
Paralelamente,
el Paraguay se convirtió en sexto productor mundial de soja y cuarto exportador
de esta oleaginosa. Además ha tenido un acelerado crecimiento en la ganadería.
En el 2015 había 14.216.256 cabezas de ganado bovino y en 2014 exportó carne
por 1.386.242.384 dólares, ubicándose como sexto exportador mundial de carne, desplazando
al Uruguay.
Estas
cifras han sido exhibidas por los últimos Gobiernos y por la clase empresarial
como pruebas del gran crecimiento macroeconómico del país. Habría que preguntar
qué opinan de eso los yaguaretés en fuga.
Hasta
ahora, las expediciones de los cazadores no han logrado hallarlos.
Afortunadamente también hay otras expediciones de guardaparques y
ambientalistas que los buscan para protegerlos.
¿Quiénes
los encontrarán primero...?
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