Hasta hace poco se parecía a una pesadilla que
atormentaba solamente a los habitantes del lejano Primer Mundo. Una espada de
Damocles que pendía sobre las cabezas de rusos, yanquis o japoneses, cuyos
cataclismos apocalípticos los íbamos a seguir observando horrorizados por la
televisión, desde esta isla rodeada de tierra, sintiéndonos quizás afortunados
por residir a millones de kilómetros de Chernóbil o Fukushima.
Pero el camino del infierno siempre queda más cerca
de lo que realmente imaginamos.
El lunes pasado, en una visita a la vecina ciudad
de Formosa, el científico Raúl Montenegro, presidente de la Fundación para la
Defensa del Medio Ambiente (Funam), sacó a luz un informe oficial secreto
elaborado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de Argentina y por
el Gobierno Provincial de Formosa, en el que se localizan cinco lugares
estratégicos posibles en donde instalar un reactor nuclear Carem, a orillas del
río Paraguay, en la frontera con nuestro país.
El informe, que consta de dos cuerpos y un total de
96 páginas, establece como la primera opción para instalar el reactor la zona
de Colonia Bouvier, a 15 kilómetros al sur de Clorinda (y por tanto de
Asunción), frente a la población paraguaya de San Antonio. Las demás son Riacho
Monte Lindo, La Emilia, Riacho Pilagá y Riacho Tohué, todas relativamente
cercanas a la capital paraguaya y a las ciudades del área metropolitana.
El reactor Carem (siglas de Central Argentina de
Elementos Modulares) es un proyecto de central nuclear considerado de baja
potencia (25 MW eléctricos), pero que según Raúl Montenegro -una de las voces
más autorizadas sobre el tema, ganador del Premio Nobel Alternativo y del
Premio Global 500 de Naciones Unidas con la Funam- contiene "el mismo
riesgo potencial que tenían las centrales de Chernóbil y Fukushima".
En caso de un desastre nuclear, según Montenegro,
el efecto de la radiación alcanzaría 500 kilómetros alrededor y la
contaminación por el río llegaría hasta 1.000 kilómetros. Afectaría desde
Asunción hasta Pedro Juan Caballero, incluyendo casi toda la Región Oriental
del Paraguay, parte del Chaco e incluso algunos estados brasileños como Paraná
y Mato Grosso, además de varias provincias argentinas.
Las autoridades paraguayas aseguran que nada sabían
del tema. Ante la denuncia hecha pública, la Gobernación de Formosa aseguró que
hasta ahora es solo un proyecto. Pero el documento oficial revelado por
Montenegro está redactado en un lenguaje convencido de que la obra será
realizada.
Habrá que estar muy atentos.
(Publicado en la columna "Al otro lado del
silencio", sección Opinión del diario Última Hora, edición del sábado 16
de marzo de 2012).
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