David Ellefson, bajista de Megadeth, ensayando con los chicos de la Orquesta de Cateura. |
VIDEO / Celebridades
del rock viajan de incógnito al Paraguay para conocerlos. La actriz de Harry
Potter se inspira escuchándolos. Hollywood los muestra como chicos pobres que
tocan a Beethoven con instrumentos musicales reciclados, en medio de la basura.
¿Alcanzará para que puedan acceder a un futuro diferente?
Por
Andrés Colmán Gutiérrez
¿Cómo
saber si la felicidad es real o imaginada?, se pregunta Ada Maribel Ríos
Bogado, la joven adolescente de 14 años que aparece en el tráiler del
documental Landfill Harmonic (La armonía del vertedero), ejecutando un violín
fabricado con un tenedor descartado y una vieja asadera de cocina.
A ella
todavía le cuesta creer lo que sucedió el mágico día en que el corazón casi le
salió por la boca, de tanta emoción.
Fue en
la mañana del miércoles 15 de mayo, feriado por ser el Día de la Independencia
y el Día de la Madre. En el humilde hogar de la familia Ríos, en el Bañado Sur,
había ambiente de celebración. El papá, Jorge, había ido al supermercado a
buscar carne para el asado. La mamá, Marina, andaba por la cocina. Ada y su
hermana menor Noelia (12) estaban en el patio, discutiendo alguna tontería,
cuando alguien saludó desde el portón con un sonoro "¡buenos días!".
Ada giró
la vista para ver quienes llegaban de visita, y se quiso morir.
-Le
reconocí al instante, era igualito que en las fotos. –relata, todavía con la voz quebrada de emoción-.
Pensé que estaba alucinando. ¡No podía creer que uno de mis más grandes ídolos
mundiales estuviera aquí, en el Paraguay, en el Bañado Sur, entrando en el
patio de mi casa!
El
sorpresivo visitante no era otro que David Ellefson, bajista y fundador de la
renombrada banda estadounidense de trash metal Megadeth, que acababa de llegar
por primera vez al Paraguay, de incógnito, para conocer personalmente a los
integrantes de la Orquesta de Cateura.
A través
del posteo de un amigo en la red social Facebook, David había visto el corto
promocional del documental Landfill Harmonic, que está rodando el cineasta
estadounidense Graham Townsley, cuyo estreno se anuncia para 2014.
"Quedé
impactado al saber de la experiencia y quise conocer más sobre estos
chicos", relató el bajista de Megadeth, quien les envió remeras, discos y
posters autobiografiados de la banda. Luego contactó con la producción del
filme, encontró un hueco en su agenda y decidió viajar para conocerlos,
pidiendo que su presencia en Paraguay sea mantenida en reserva.
Tras
recorrer el Bañado Sur y visitar a algunos de los integrantes en su propia
casa, Ellefson compartió un ensayo con los integrantes de la orquesta e
improvisó con ellos una versión de Simphony of destruction, un clásico tema de
Megadeth. Impactado por la dura realidad social en que sobreviven los chicos y
chicas, y el esfuerzo que hacen por salir adelante, el músico se quebró de la
emoción.
"Yo
siempre fui una fan de Megadeth, pero nunca me imaginé que uno de sus
principales integrantes iba a aparecer en mi propia casa, para decirme que él
era también mi fan, y que venía desde Estados Unidos a visitarme. Me sentí en
el aire, no sabía si era realidad o imaginación", recuerda Ada Ríos, quien
desde entonces siente que es mucho mayor el compromiso por esforzarse y seguir
aprendiendo, para convertirse en una gran violinista.
Un ambientalista con vocación musical.
La
historia de la Orquesta de Instrumentos Reciclados se inicia en el 2006, cuando
el técnico ambientalista Favio Hernán Chávez llegó al Bañado Sur para trabajar
en Procicla, un proyecto de reciclado que impulsaba la organización no
gubernamental Gestión Ambiental para el Desarrollo Sustentable (GEAM).
En su
otra faceta, Fabio era músico de vocación. En la ciudad en la que creció,
Carapeguá, aprendió a tocar la guitarra desde niño y a los once años de edad ya
integraba el coro de la parroquia.
"En
el Bañado Sur me encontré con mucha más pobreza que en Carapeguá. Me causaba
pena ver como los niños y jóvenes, por falta de oportunidades, eran atraídos
hacia la marginalidad, la delincuencia y las drogas. Pensé que debía hacer algo
para ayudarles", cuenta Fabio, quien se propuso crear allí una escuela de
música, pero se encontró con un problema: Los instrumentos musicales eran muy
caros y la mayoría de los padres de familia no los podían adquirir, ya que
apenas ganaban para el sustento diario, trabajando en el reciclado de basura.
Un día,
uno de los gancheros (recicladores) del vertedero, Nicolás Gómez, Colá, encontró
un viejo violín en medio de la basura. Recurriendo a otros objetos de
desperdicios, con la ayuda de Fabio logró repararlo y ponerlo en condiciones.
Así nació el primer instrumento musical reciclado y Colá se convirtió en el
gran lutier (constructor de instrumentos) de Cateura.
"Aquí
un violín cuesta más que cualquier humilde casa donde los chicos viven. Por eso
nos propusimos construir instrumentos musicales con objetos reciclados de la
basura, para que tengan algo con qué aprender. En esa época no pensábamos
siquiera en formar una orquesta y menos que esta se convertiría en una atracción
mundial", destaca el maestro Chávez.
El
contacto con el proyecto Sonidos de la Tierra, que dirige el director orquestal
Luis Szarán, le dio otra proyección a la iniciativa, y la orquesta fue tomando
forma. Szarán lleva más de una década impulsando un ambicioso programa de
integración social y comunitaria a través de la música, y le supo dar un
enfoque más universal a la propuesta, pero surgieron conflictos y tensiones
internas, y desde hace dos años el maestro Chávez y sus alumnos decidieron que
la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura sea autónoma, y construya su
propio camino, en forma independiente.
El himno a la alegría.
Calles
rotas, casas humildes, arroyos con agua servida y un olor nauseabundo que
impregna el aire. Febril carrera de camionetas cargadas con mercaderías y
carritos tirados por caballos. El Bañado Sur es un paisaje siempre fronterizo,
un western tercermundista, en donde los recicladores y los pescadores ribereños
conviven con los contrabandistas y los traficantes de crac.
Los miércoles,
poco después del mediodía, una procesión de niños y adolescentes se abren paso
entre los canales de basura, portando oscuras fundas de instrumentos musicales.
En las aulas del centro educativo Vy'a Rendá (El lugar de la alegría), se van
juntando los abrazos y los acordes, primero como notas sueltas y apuradas, que
poco a poco se van ensamblando en una melodiosa sinfonía.
Hay
manos juguetonas que acarician las guitarras hechas con latas de dulce de
batatas, el chelo fabricado con un viejo tambor de aceite, la flauta improvisada con un caño de desague,
monedas y tapitas de cerveza. Un cuadro que más se parece a un cómico espectáculo
circense que al ensayo de una orquesta de música. Hasta que el maestro Fabio
enciende un proyector conectado a su laptop y sobre la pared descascarada se
exhibe la partitura de la Novena Sinfonía de Beethoven, y sus manos inquietas
empiezan a tejer indicaciones en el aire, ordenando el caos sonoro en el
arranque estruendoso del Himno a la Alegría.
"Fíjense
en la felicidad que hay en los rostros de estos chicos, cuando ejecutan sus
instrumentos. Miren cómo se transforman. Es como si la música hiciera que le
broten alas poderosas, para ayudarles a volar lejos de esta dura realidad de
pobreza, hacia muy lejos, hacia un mundo mejor", reflexiona Fátima, una
educadora que acompaña a un grupo de empresarios japoneses de visita al país, y
que atraídos por la resonancia mediática del documental Landfill Harmonic, no
han querido perderse asistir a un ensayo de la orquesta.
Actualmente,
la orquesta tiene alrededor de unos 30 integrantes estables, con edades que van
entre los 10 y 21 años. Para los viajes internacionales se seleccionan entre 15
a 18 miembros, en grupos que van rotando, para que todos tengan oportunidad.
Pero el entusiasmo se ha extendido y los días sábados se juntan más de 70
chicos y chicas el barrio, con ganas de aprender música en los talleres
semanales que el maestro Fabio y los demás miembros de la orquesta dictan en la
escuela barrial.
Tras un
viaje a Palestina, invitados a actuar en el Ramallah Cultural Palace, como
parte del Festival Internacional de Música y Danza de Palestina, inician la
grabación de un primer disco junto a la gran concertista de guitarra Berta
Rojas, y reciben a un equipo de la Televisión Alemana (RDA) y preparan un nuevo
viaje para realizar conciertos en Estados Unidos.
En
estos días, la joven actriz Emma Watson, que encarna al personaje Hermione
Granger en la popular serie de filmes de Harry Potter, le dio otro fuerte
respaldo global al documental sobre la orquesta de Cateura. El 26 de junio,
desde su cuenta de twitter escribió: "¿Necesitan inspiración esta mañana?
Esto me ayudó a mí. Esta es la 'Landfill Harmonic'". Y anexó el tráiler de
la película en producción.
La
Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura se ha vuelto la atracción
cultural y social internacional más mediática del Paraguay.
"Yo
no sé si la música les permitirá salir o no de la pobreza, pero les está
abriendo oportunidades que de otro modo no encontrarían", dice el maestro
Fabio, mientras cambia la hoja de partitura proyectada en la pared.
Es el
momento del arreglo final y la música llena el aire. Los violines abren paso a
los vientos. La sinfonía concluye con un movimiento rápido y vibrante en forma
de sonata. Los visitantes japoneses se levantan a aplaudir, conmovidos. Los
chicos y chicas de la orquesta saludan, sonrientes. A través de la ventana, los
últimos rayos del Sol cubren de oro las aguas del río Paraguay.
(Reportaje realizado para UltimaHora.Com,
junto a un material documental audiovisual. Julio de 2005).
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