sábado, 8 de septiembre de 2012

Si Lugo cayó por no detener al EPP, ¿que hay con Franco?

 
"Nunca, en la historia de este país, la Policía Nacional ha tenido tantas víctimas cobardemente asesinadas por los integrantes del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) y, a pesar de ello, la conducta complaciente del presidente siguió inalterable...", decía el libelo acusatorio del juicio político express, por el cual se destituyó a Fernando Lugo, el pasado 22 de junio. La supuesta incapacidad -o la sugerida complicidad- del mandatario en detener los ataques del grupo armado fue una de las causas por las que lo echaron del poder.
El mismo día de asumir como nuevo presidente, en su primera conferencia de prensa, Federico Franco anunció que la persecución al grupo armado sería prioridad de su Gobierno. Y para marcar diferencias con su antecesor, repuso en las más altas funciones del Ministerio del Interior y la Policía a figuras caracterizadas en el combate al EPP, desplazadas en la última etapa de Lugo: el ministro Carmelo Caballero, el comandante policial Aldo Pastore y el subcomandante Carlos Altemburger.
Pero la anunciada tranquilidad no llegó al Norte. A tan solo seis días de jurar Franco, el EPP dio uno de sus más violentos golpes en Azotey, al atacar la Estancia Terrado, el 28 de junio, incendiar tres topadoras y asesinar al tractorista Osmi Oliveira, presentando el ataque como una guerra frontal contra los depredadores de bosques y los agroproductores que usan agrotóxicos.
Desde entonces, en solo dos meses y medio, se sucedieron 5 ataques armados, que costaron 3 víctimas fatales, siendo el más horrendo el del martes 4 de setiembre, en Azotey, en donde Eusebia Maíz, una humilde madre campesina, fue ajusticiada de un escopetazo, presuntamente por haber sido delatora a la Policía, con el macabro detalle de que luego le volaron completamente la cabeza con una bomba de gelamón, inaugurando una cruel metodología terrorista que hasta entonces no había sido utilizada por el EPP.
A pesar del fuerte despliegue de casi 200 agentes tácticos y de una alta inversión en armas de combate, equipos de comunicación y rastreo, móviles y helicópteros, la nueva fase de lucha contra el EPP desde el Gobierno de Federico Franco no ha producido, hasta ahora, ningún resultado concreto, que se haya podido difundir, en términos de capturas o desactivación de células.
Por el contrario, la acción del grupo armado ha provocado mayor retracción económica en la región, afectando incluso notablemente a la actual organización de la Expo Norte, la mayor vidriera comercial del sector ganadero y empresarial, uno de los que le habían bajado el pulgar a Lugo y apostado sus cartas por la subida de Federico.
¿Se mantendrá el respaldo, si la lucha contra el EPP sigue sin dar resultados?

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