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sábado, 30 de noviembre de 2013

El noviembre paraguayo


Los mismos chicos y chicas que organizaron la marcha del  #15Npy  ya habían intentado antes sacar a la gente a las calles y plazas,  pero entonces nadie les hizo mucho caso.
Los anteriores intentos por inaugurar el capítulo paraguayo de los indignados globales no tuvieron éxito. Mientras en la primavera árabe caían gobiernos tiránicos, o en el 15M español se resquebrajaba el sistema, o en Occupy Wall Street temblaba la bolsa, aquí los parlamentarios creían que las pintatas con la máscara de Anonymous eran... un retrato proselitista de Camilo Soares.
Hubo un momento, en mayo de 2012, en que las cosas parecieron cambiar. La prensa empezó a informar que los legisladores iban a aprobar un aumento de 150.000 millones de guaraníes al Tribunal Superior de Justicia Electoral, solo para pagar a los operadores políticos de sus partidos.
Entonces sí la gente respondió a las invitaciones en las redes sociales para un "after office revolucionario"... ¡y estalló la plaza!
Se dijo que aquello era "histórico". Los diputados fueron bautizados como "dipuchorros" y los senadores, "senarratas", porque huyeron de la ira popular en una apurada caravana, por una carretera aún en construcción. Y, finalmente, tuvieron que dar marcha atrás, borrando con el codo lo que habían firmado con la mano.
También entonces se dijo que había llegado "el despertar cívico del pueblo paraguayo" y se iniciaba "una nueva era ciudadana".
Pero vinieron la masacre de Curuguaty, el 15 de junio, y el golpe parlamentario con juicio político exprés, el 22, que destituyó en forma sumaria a un presidente electo.
Muchos de los que se habían movilizado juntos en el "after office revolucionario" se encontraron de pronto en bandos distintos, agrediéndose mutuamente e intercambiando rótulos: "golpistas", "zurditos", "soberanos"…
Ha debido pasar casi un año y medio para que, de algún modo, se comenzara a cerrar aquella grieta en el alma del país. Y han debido surgir otros informes periodísticos de gran impacto mediático, para que la indignación ciudadana resurgiera, por encima de diferencias ideológicas, de partidos y clases sociales, para unirse en una cruzada común, que golpeó como nunca a un sector de la clase política que se creía tan soberbiamente impune y todopoderoso.
Hoy muchos hablan del "noviembre paraguayo". Pero todavía habrá que ver si, después de la "gran victoria ciudadana", los pocos que iniciaron todo no se quedan otra vez solos, bailando con sus banderas bajo la lluvia.


(Publicado en la columna “Al otro lado del silencio, sección Opinión del diario Última Hora, edición del sábado 30 de noviembre de 2013)


sábado, 9 de febrero de 2013

Las 5 diferencias entre las costaneras de Encarnación y Asunción




Podría ser un juego divertido, como el que proponían los diarios hace algunos años. Dos imágenes aparentemente similares, pero con detalles sutilmente distintos que debemos encontrar.
Hagamos la prueba con las promocionadas costaneras de Encarnación y Asunción.
¿Jugamos...?

1. AMBIENTE. Uno llega a la costanera de Encarnación con miedo de hallar el "estilo de veraneo paraguayo": Autos estacionados desordenadamente, música a alto volumen, personas que se meten con botellas al agua y arrojan desperdicios... pero no.
Los que se comportan de esa manera son firmemente desalentados por los cuidadores. Los conductores son obligados a estacionar correctamente en los sitios indicados. Hay prohibición de llevar mascotas y meter botellas de vidrio. Se ve una gran cantidad de basureros instalados y todo parece muy limpio. Un ambiente de convivencia civilizada que se contagia.
En la costanera de Asunción, todo lo contrario. Uno llega con miedo de encontrar el "estilo de veraneo paraguayo"... ¡y lo encuentra!

2. BUENA GESTIÓN. Las playas encarnacenas están concesionadas a empresas privadas y quienes las administran son las únicas autorizadas a ofrecer servicios. Hay acceso y estacionamiento libre y gratuito. No hay cuidacoches, ni vendedores ambulantes.
La costanera de Asunción es "tierra de nadie", donde la Municipalidad y el MOPC no se ponen de acuerdo para autorizar cantinas y servicios. La Junta Municipal autorizó en forma populista a los cuidacoches para que extorsionen a los automovilistas.

3. SEGURIDAD. En la costanera de Encarnación hay Policía Nacional, Policía Municipal, Policía Urbana y Turística, guardias de seguridad privada, orientadores y guías, en todo momento. Hasta ahora casi no hubo casos de robos o asaltos, a pesar de la gran afluencia de visitantes.
En la costanera de Asunción, la propia Policía recomienda ir en horas diurnas y en grupos, para no ser víctimas de asaltantes, carteristas y tortoleros.

4. CALIDAD DEL AGUA. Los análisis de laboratorio revelan que el agua de las playas del Sur está libre de contaminación. Encarnación tiene un buen sistema de tratamiento de residuos cloacales.
En la costanera de Asunción, el agua tiene alto índice de coliformes fecales. No hay planta de tratamiento, solo promesas de próxima instalación. Pero mucha gente se baña igual... y las autoridades lo permiten.

5. IMAGEN. Los visitantes comentan sobre la costanera de Encarnación: "¡Es muy linda, no parece Paraguay!".
En Asunción comentan: "Es linda... ¡pero sí parece Paraguay!".

(Publicado en la columna “Al otro lado del silencio”, sección Opinión del diario Última Hora, edición del sábado 9 de febrero de 2013).

sábado, 17 de noviembre de 2012

Los artistas construyen el país que niegan los políticos

 
Las satisfacciones que nos brindan nuestros artistas y creadores son inversamente proporcionales a las decepciones que nos dan nuestros políticos, escribí en twitter no hace mucho, comparando el orgullo que sentíamos por los logros internacionales de la película paraguaya 7 Cajas, con los reiterados sinsabores que nos otorgaban las alevosas transadas de los parlamentarios en el Congreso Nacional.
Esta semana volví a sentir algo muy similar, cuando la Cámara de Diputados aprobó 131.000 millones de guaraníes más al Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), para salarios de operadores políticos y subsidios de partidos, entre varios otros incrementos que duplican el déficit del Presupuesto para el 2013, sin tener en cuenta las consecuencias económicas y sociales para la población.
Mientras, la guitarrista compatriota Berta Rojas nos llenaba de orgullo y alegría al ser nominada al prestigioso Premio Grammy Latino, en la categoría de Mejor Álbum Instrumental, por su excelente disco Día y medio, grabado con el saxofonista cubano Paquito D'Rivera. La música paraguaya alcanzaba así la mayor vidriera de la canción internacional, gracias al talento y al esfuerzo constante de una de nuestras más exquisitas intérpretes, a quien el diario Washington Post elogió como "guitarrista extraordinaria".
El gran logro artístico y musical de Berta Rojas es uno de los mejores ejemplos de ese Paraguay que da gusto imaginar, sentir y celebrar, al margen -o a pesar- de las constantes crisis o derrotas a las que nos vienen arrastrando la mayoría de los políticos. Es la otra cara de ese país maquiavélico y oportunista que hoy se muestra insensible ante la dramática huelga de hambre de los campesinos presos de Curuguaty, y que prefiere cerrar los ojos ante los indicios de que aquella terrible masacre, que costó la vida de 6 policías y 11 campesinos, pudo ser parte de un oscuro complot político para derrocar a un Gobierno con muchas deficiencias, pero electo democráticamente.
Sumo a esta lista el celebrado regreso de Marcelo Martinessi a la creación cinematográfica, con su nuevo corto El Baldío, sobre el universal cuento homónimo de nuestro gran escritor Augusto Roa Bastos. Habremos perdido a un fundacional director de la Tevé Pública, pero es reconfortante recuperar a uno de los más prometedores cineastas, en este tiempo en que el audiovisual paraguayo está rompiendo las fronteras que la mediocre política criolla insiste en mantener cerradas.

(Publicado en la columna Al otro lado del silencio, sección opinión del diario Última Hora, edición del sábado 17 de noviembre de 2012).

sábado, 15 de septiembre de 2012

El Arte de Vivir (de espaldas al pueblo)

 
 
En la misma sesión ordinaria en la que 55 diputados mandaron al basurero la propuesta de modernizar el transporte público con el proyecto metrobús, condenando a la ciudadanía a seguir sufriendo el calvario cotidiano de viajar en ómnibus chatarras, la Cámara Baja otorgó la Medalla al Mérito de los Comuneros al líder espiritual indio Sri Sri Ravi Shankar, investigado por evasión fiscal en la Argentina.
Parecería que una cosa no tiene nada que ver con la otra, pero a quienes nos sentimos seducidos por las simbólicas ironías de la realidad, nos parece sugestiva la contradictoria presencia en el estrado legislativo de un santón internacional que se ha hecho millonario predicando un método de sanación espiritual denominado "El Arte de Vivir", el mismo nombre de su fundación, sospechada de evadir impuestos, y que según un reportaje investigativo publicado en la última edición de la revista argentina Noticias, soporta además acusaciones de manipulación sicológica, comercialización de la espiritualidad y oscuros vínculos con la política.
A la Argentina, Ravi Shankar llegó de la mano del conservador gobernador de Buenos Aires, Mauricio Macri. En Paraguay, la propuesta de que sea condecorado partió del diputado Carlos Soler, de Patria Querida, quien junto a los demás integrantes de su bancada, Orlando Penner, Sebastián Acha y Olga Ferreira, fueron los únicos que se abstuvieron de votar en el proyecto del metrobús, como si el tema no fuera con ellos. Ni en contra, ni a favor. ¿Viajarán en micro, alguna vez?
Los que votaron en contra son 32 colorados, 13 liberales, y 10 oviedistas. Y los que estuvieron a favor, 13 liberales, 1 del PDP y 1 del MPC.
Probablemente el proyecto del metrobús no sea la panacea para esa cotidiana odisea sadomasoquista que algunos humoristas llaman "transporte público". Probablemente detrás de este proyecto, o de otros con los que se busca sustituirlo, existan poderosos intereses económicos empresariales que mueven sus tentáculos en el mundo político pata seguir lucrando.
Pero lo que se percibe, una vez más, es que a una gran mayoría de los legisladores les importa un comino la suerte de los ciudadanos y ciudadanas, a quienes en pocos meses les volverán a pedir el voto, y probablemente los saldrán a arrear el día de las elecciones en los mismos ómnibus chatarra que los transportistas pondrán gratuitamente a su disposición, a cambio de que les sigan manteniendo sus mafiosos privilegios.
"El Arte de Vivir" se llama el método de respiración de Ravi Shankar. "De espaldas al pueblo", podrían agregar la mayoría de los legisladores.
 
(Publicado en la columna "Al otro lado del silencio", diario Última Hora, edición sábado 15 de setiembre de 2012. La foto del ómnibus chatarra que ilustra este posr fue tomada por el colega Francisco Espínola, de ÚH CDE, en la zona de San Cristóbal, Alto Paraná).

sábado, 8 de septiembre de 2012

Si Lugo cayó por no detener al EPP, ¿que hay con Franco?

 
"Nunca, en la historia de este país, la Policía Nacional ha tenido tantas víctimas cobardemente asesinadas por los integrantes del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) y, a pesar de ello, la conducta complaciente del presidente siguió inalterable...", decía el libelo acusatorio del juicio político express, por el cual se destituyó a Fernando Lugo, el pasado 22 de junio. La supuesta incapacidad -o la sugerida complicidad- del mandatario en detener los ataques del grupo armado fue una de las causas por las que lo echaron del poder.
El mismo día de asumir como nuevo presidente, en su primera conferencia de prensa, Federico Franco anunció que la persecución al grupo armado sería prioridad de su Gobierno. Y para marcar diferencias con su antecesor, repuso en las más altas funciones del Ministerio del Interior y la Policía a figuras caracterizadas en el combate al EPP, desplazadas en la última etapa de Lugo: el ministro Carmelo Caballero, el comandante policial Aldo Pastore y el subcomandante Carlos Altemburger.
Pero la anunciada tranquilidad no llegó al Norte. A tan solo seis días de jurar Franco, el EPP dio uno de sus más violentos golpes en Azotey, al atacar la Estancia Terrado, el 28 de junio, incendiar tres topadoras y asesinar al tractorista Osmi Oliveira, presentando el ataque como una guerra frontal contra los depredadores de bosques y los agroproductores que usan agrotóxicos.
Desde entonces, en solo dos meses y medio, se sucedieron 5 ataques armados, que costaron 3 víctimas fatales, siendo el más horrendo el del martes 4 de setiembre, en Azotey, en donde Eusebia Maíz, una humilde madre campesina, fue ajusticiada de un escopetazo, presuntamente por haber sido delatora a la Policía, con el macabro detalle de que luego le volaron completamente la cabeza con una bomba de gelamón, inaugurando una cruel metodología terrorista que hasta entonces no había sido utilizada por el EPP.
A pesar del fuerte despliegue de casi 200 agentes tácticos y de una alta inversión en armas de combate, equipos de comunicación y rastreo, móviles y helicópteros, la nueva fase de lucha contra el EPP desde el Gobierno de Federico Franco no ha producido, hasta ahora, ningún resultado concreto, que se haya podido difundir, en términos de capturas o desactivación de células.
Por el contrario, la acción del grupo armado ha provocado mayor retracción económica en la región, afectando incluso notablemente a la actual organización de la Expo Norte, la mayor vidriera comercial del sector ganadero y empresarial, uno de los que le habían bajado el pulgar a Lugo y apostado sus cartas por la subida de Federico.
¿Se mantendrá el respaldo, si la lucha contra el EPP sigue sin dar resultados?

sábado, 25 de agosto de 2012

El regreso del oscurantismo militar



Las patrullas militares brotaban súbitamente en cualquier esquina o recodo de caminos. Soldados vestidos como Rambo subían a los ómnibus o detenían a los transeúntes, encañonando a sus propios compatriotas como si fueran enemigos de un país ocupado. La orden sonaba seca, temible: "¡Libreta de baja...!".
Quienes tenemos más que dos décadas de edad, no lo olvidamos. No portar la famosa "baja" o boleta de enrolamiento significaba ser desertor, renegado, delincuente, antipatriota. Los camiones verdes recorrían los polvorientos caminos, a la cacería de humildes jóvenes campesinos, muchos de ellos menores a los 18 años establecidos para el Servicio Militar Obligatorio (SMO). Era doloroso ver esos rostros oscuros, y llenos de pavor, marchando arreados como reses de ganado hacia los lejanos fortines del Chaco o las fronteras.
Tener la "baja" no implicaba necesariamente haber pisado los cuarteles. El 15 de enero de 1996, publiqué en Última Hora un reportaje investigativo en el que demostramos cómo el joven Mario Franco Olivetti pudo comprar tranquilamente una libreta de baja del copetín Jim West, al lado del entonces local de la Dirección del Servicio de Reclutamiento y Movilización de las Fuerzas Armadas (Disermov), sobre la avenida Eusebio Ayala.
A Mario le bastó llegar, hablar con el dueño del bar, entregarle 300.000 guaraníes y dos meses después ya retiró su flamante "baja", en donde consta que hizo dos años de servicio militar. Era una cadena de corrupción que llegaba hasta los más altos mandos del ejército paraguayo.
Las valientes denuncias de organizaciones como la Asociación de Familiares de Víctimas del Servicio Militar (Afavisem), el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) y el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), demostraron que desde la caída de la dictadura, en 1989, un total de 113 jóvenes fueron muertos en los cuarteles, sometidos a castigos inhumanos. Por varios de estos casos, el Estado paraguayo acabó denunciado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, siendo obligado a pedir públicamente perdón a los familiares de las víctimas, y a resarcirlas.
Desde entonces, a pesar de la continuidad de la vigencia de la Ley 569/75 del SMO, ni los más represivos gobiernos colorados volvieron a exigir la tristemente célebre "libreta de baja". Sorprende que ahora, bajo un breve y eventual gobierno liberal, que pregona ser presuntamente más respetuoso de los derechos humanos, las Fuerzas Armadas hayan distribuido una circular, en la que exigen a todas las empresas del país que a su vez exijan a sus empleados la libreta de enrolamiento -o la constancia de objeción de conciencia- para poder trabajar, en contradicción de la misma Constitución y del Código Laboral.
Es un regreso del peor oscurantismo militar, cuando lo que habría que hacer es abolir de una vez el SMO y pensar seriamente en unas FF. AA. modernas y profesionales.

(Publicado en la columna semanal "Al otro lado del silencio", en Última Hora, sábado 25 de agosto de 2012).


domingo, 27 de noviembre de 2011

Porqué no voy a ir a ver a Il Divo...


Me moriré de ganas de ir a disfrutar del concierto de un muy buen grupo de artistas como Il Divo en Paraguay… pero no lo haré.
No por creer populistamente que, en un país subdesarrollado como el nuestro, el pueblo no tenga el derecho a disfrutar de un número de excelencia musical universal como el de estos artistas –o el de muchos otros que existen a nivel mundial, al igual que el de nuestros artistas nacionales-, subsidiado de manera transparente con fondos públicos… sino porque creo que realmente se están haciendo muy mal las cosas, hay demasiadas cuestiones pendientes sin resolver en el plano de la seguridad ciudadana, de la lucha contra la pobreza, de la marginalidad social, del saneamiento contra la corrupción... y considero que en esta particular coyuntura es un grave error político destinar una cifra tan alta del dinero de Itaipú (nuestro dinero, al fin y al cabo) en un mega festival, que en su sola enunciación ya provoca aún más profundas divisiones y enfrentamientos en la propia comunidad artística y cultural local, y polariza posturas de la misma sociedad.
No me iré a ver a “Il Divo” (aunque lo sienta en el alma), porque no me pienso someter, además, a la hipocresía de ir a retirar mi entrada para el millonario espectáculo, a cambio de llevar un paquetito de alimentos perecederos “para las familias pobres”. Esa imposición “susanística” (por Susanita, la amiga de Mafalda) de calmar nuestra conciencia con un acto de pura caridad asistencialista, ofende aún más que el derroche de fondos, y contradice al espíritu de acción solidaria con los más humildes, que reclaman con mucho acierto otras instituciones de este mismo Gobierno, como la Secretaría de la Niñez y de la Adolescencia.
Yo sí creo que “no solo de pan vive el hombre”. Estoy convencido de que la cultura, la música, la poesía, el teatro, el cine, la literatura, la plástica y toda forma de excelsa expresión artística creadora deben llegar a volverse “tan indispensables como el pan” para todos los habitantes del país. Pero también creo que ese estado ideal debe ser alcanzado en un proceso de construcción ciudadana participativa, y no como una dádiva paternalista o populista, decidida entre cuatro paredes, con generosa disposición de nuestros fondos públicos.
No reprocho, ni mucho menos condeno, a quienes si decidan asistir al mega-festival. Probablemente los envidie, porque realmente me gusta la música que hacen los cuatro chicos de “Il Divo”. Pero por esta vez me conformaré en seguir admirándolos desde un buen concierto en DVD, o desde los archivos en mp3 que atesoro en el pendrive.

lunes, 1 de marzo de 2010

Mis héroes favoritos


¿Así que hoy es el Día de los Héroes? ¿Ah sí? ¿Y quiénes son los héroes? ¿Esos seres de bronce o de mármol que con la espada en la mano hacen pruebas de equilibrio sobre caballos encabritados en el centro de una plaza o en algún cruce de avenidas? ¿Esos que a la hora de morir pronunciaban largos e interminables discursos, como si el enemigo fuese a esperar que hagan sus legados para la posteridad, antes de coserlos a lanzazos o a balazos?
Los héroes tienen poco de heroicos cuando no exhiben ninguna mancha en el uniforme, ninguna debilidad en el carácter, ninguna grosería o vulgaridad en el solemne vocabulario. Y menos aún cuando detrás de sus actos magnificados por la historia se esconden crímenes horrendos y barbaridades sin nombre.
Mis héroes favoritos no son esos. Mis héroes son otros. Humildes anónimos y cotidianos, que quizás nunca tendrán estatuas, ni recibirán discursos, ni figurarán en los libros de historia.
Entre mis héroes favoritos hay un joven maestro que recorre diez kilómetros a pie, todos los días, para llegar hasta una pequeña escuelita en la colonia Yasy Cañy, Canindeyú, para enseñar a una treintena de alumnitos y alumnitas la lección que no está escrita en ningún manual escolar.
Entre mis héroes favoritos hay una mujer, dueña de una hamburguesería en la ciudad de Hernandarias, que todos los días recibe a decenas de niños y niñas de un barrio marginal y les prepara una nutritiva merienda. A ella no le sobra el dinero, pero sí la generosidad y la alegría.
Entre mis héroes favoritos está el sufrido trabajador que con un mísero sueldo consigue alimentar, educar, curar, mantener a su familia. Los campesinos que se desloman en los campos de algodón. Las mujeres que llegan a la madrugada cargando pesadas bolsas sobre la espalda para tratar de vender algo en el mercado. Los pueblos indígenas que se aferran tercamente a su cultura solidaria y a sus valores de amor a la naturaleza.
Y ya que estamos en marzo y hablamos de héroes, entre mis héroes favoritos están esos chicos y esas chicas que hace casi once años se congregaron en la plaza del Congreso cuando creían que la patria estaba en peligro, y no dudaron en enfrentar con piedras y palos a los francotiradores asesinos, al punto de dar su vida por sus ideales.

domingo, 1 de noviembre de 2009

La noche en que Caetano le cantó al alma del Paraguay


No era la poética Luna de Sao Jorge, sino la de la Triple Frontera, blanca y radiante, iluminando el instante mágico en que Caetano Veloso se quedó solo con su guitarra en medio del escenario, y empezó a entonar los inconfundible versos de la canción que el confiesa haber adorado desde niño, y que recién a los 67 años de su edad pudo cantarla directo al corazón de los paraguayos: “Una noche tibia, nos conocimos, junto al lago azul de Ypacaraí…”.
Fue el momento en que la multitud pareció levitar en una sola voz colectiva, cuando cerca de 2.000 gargantas acompañaron cada verso de la guarania con una emoción desbordada. No era la exquisita versión en solo de cello que el maestro Jacques Morelembaum arregló especialmente para el disco Fina estampa, sino otra distinta, más cálida e intimista, que Caetano improvisó con su voz inigualable y su suave rasgueo de guitarra.
La noche del viernes 30 de octubre no era tibia como la de Ypacaraí, sino extremadamente calurosa para ese privilegiado público apretujado en el patio del N9ne Bar & Lounge de Ciudad del Este, pero las incomodidades se habían olvidado en seguida, apenas el cantautor bahiano entró en escena.
El sonido acústico de la Banda Cé, con Pedro Sá (guitarra), Ricardo Diaz Gómez (bajo) y Marcelo Callado (batería), le dio el ropaje musical preciso a los nuevos temas del disco Zii e Zie, que Caetano presentó al público con entusiasmo adolescente, pero sin descuidar intercalar algunos de sus clásicos temas, incluyendo una extraordinaria versión en español del tango Volver, de Gardel y Lepera.
Y si con su interpretación de Recuerdos de Ypacaraí se metió en el alma del Paraguay, arrancó gritos de emoción cuando dedicó la canción Irene a la memoria del inmortal Augusto Roa Bastos, uno de los grandes escritores a quien Caetano confesó su devoción.
Fueron más de dos horas de un show que probablemente se hizo esperar una vida. Un largo bis de canciones coronó la noche en que uno de los más celebrados cantautores de Brasil y de toda Latinoamerica pulsó las fibras más hondas de la emoción, demostrando que su grandeza de artista convive por igual con su sencillez y su nobleza hondamente humana.
Un extraordinario concierto, que quedará en la historia.

sábado, 7 de marzo de 2009

A una mujer...


Te levantarás temprano como siempre.
Barrerás el patio.
Limpiarás la cocina.
Prepararás el desayuno.
Bañarás a los niños.
O emprenderás un largo y cansino viaje hasta el Mercado, con una bolsa o un canasto cargados con el peso de la vida misma a tus espaldas, a buscar el afanoso sustento de cada día.
Es probable de que ni llegues a enterarte de que se recuerda el Día Internacional de la Mujer.
O quizás sí.
Si por allí alguien enciende cerca de ti una radio o una tele, quizás te llegue un eco lejano de mensajes y discursos:

Nde ningo kuña guapa.
Kuña mbarete.
Kuña Paraguay hecopete.
Ndereikuaaiva kane’o.


Mujer paraguaya. ¿De qué te sirve tanta alabanza romántica cantada en polcas y guaranias, cuando te han dejado sola en el mundo y no tenés que darle de comer a tus hijos?
¿De qué te sirve ser la gloriosa heredera de Las Residentas, cuando tu hombre llega borracho a casa y te insulta o te golpea por el motivo más absurdo?
¿De qué te sirve que te levanten estatuas o monumentos, o que te dibujen irreal y eterna en el reverso de un billete con largas trenzas morenas, blusa de typoi y un kambuchi de barro acunado entre los brazos, cuando tenés que guardar los pedazos de tus sueños en una cajita, junto a un clavel marchito o un corazón de papel amarillento?
¿De qué te sirve…?
Es el Día Internacional de la Mujer… y podría escribirte muchas cosas.
Que sos la cuna. La ternura. La piel. El beso. El abrazo. El calor de la noche. El frío de la soledad. El nombre pronunciado con amor o con rabia. El misterio. El abismo. La presencia que ilumina. La ausencia que duele. La calma del cariño. El vértigo del deseo. El motivo de un poema. La razón y el sentido de existir.
Si, podría escribirte muchas cosas, mujer.
Pero siempre resultarían insuficientes.