Hector "Tito" García y algunos de sus muñecos, con los que realizaba sus conocidos shows. |
Vino al
Paraguay solo para pagar su pasaje a Chile y se quedó por 36 años. En casi
2.000 funciones para niños, inventó un fantástico mundo de títeres y
marionetas. Por intentar salvar a sus "hijos", casi muere quemado.
Esta es la historia de Tito y su fantástico mundo, actualmente en cenizas, pero
que despierta la solidaridad del ambiente artístico.
Por
Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman
-¡Mis muñecos...! -gritó
desesperado, cuando vio que su taller empezaba a arder en llamas, en la tarde
del viernes 9 de enero, en el barrio Marangatú, zona norte de Fernando de la
Mora, y se metió apurado entre las llamas, tratando de salvar los títeres y
marionetas, y las piezas de una escenografía que estaba construyendo por
encargo.
Héctor
Armando García Castromán, más conocido como Tito, creador del recordado
programa televisivo "El Mundo Fantástico de Tito", resultó con 70% de
quemaduras en gran parte del cuerpo, incluyendo el rostro, y tuvo que ser
trasladado de urgencia al Hospital Central del Instituto de Previsión Social,
donde se recupera, aún con un cuadro de gravedad.
La
noticia causó conmoción en la sociedad paraguaya, sobre todo en quienes
disfrutaron gran parte de su niñez con los shows de muñecos y marionetas del
inolvidable autor chileno, radicado en Paraguay desde 1978, y especialmente en
la comunidad artística, en donde consideran a Tito como un actor y productor
siempre generoso y solidario con sus demás colegas.
"Algo
hay que hacer para ayudar a Tito García. Además de ser un artista talentoso y
gran trabajador, es un buen tipo, y no precisamente un potentado", planteó
desde su muro de la red social Facebook en internet, el periodista Augusto
Barreto. Inmediatamente, numerosas personas propusieron acciones solidarias y
el Centro Paraguayo de Teatro (Cepate) convocó a sus asociados a una reunión
urgente, en la tarde del sábado, para acordar iniciativas en favor del colega.
Ahora,
¿quién es Tito, el chileno-paraguayo que casi siempre ocultaba su rostro detrás
de las grandes sonrisas de sus muñecos, o desde las bambalinas de un teatro de
títeres y marionetas? Conozcamos un poco de su historia...
Cuando la tevé estaba en pañales...
Héctor
Armando nació en un pueblo al sur de Chile, en 1946. Aunque la televisión ya
había llegado al país, aún era un invento desconocido en su comunidad rural.
Cuando
el niño tenía 8 años de edad, una compañía de teatro ambulante llegó hasta su
escuela y ofreció una función con títeres.
"Ese
día fue para mí como descubrir la magia. Quedé fascinado para siempre con los
muñecos y apenas llegué a mi casa, empecé a fabricar mis propios muñecos, para
hacer mi propio teatro de títeres. Mi abuela me ayudó, ella siempre fue mi
cómplice", recuerda Tito, en una entrevista.
Aunque
sus padres no estaban muy de acuerdo, tras terminar el colegio, Héctor ingresó
a estudiar teatro en la Universidad de Chile y, junto con otros compañeros,
formó el Conjunto Teatro Nacional de Marionetas, del cual él fue su director.
Un
recorte de periódico de 1971 los muestra sonrientes, recorriendo el interior
del país para dar una serie de funciones, poco antes del golpe militar que
derrocaría al presidente socialista Salvador Allende, iniciando la dictadura
del general Augusto Pinochet.
Un recorte de diario de 1971, cuando Tito integraba el Teatro Nacional de Marionetas, en Chile. |
En
1978, el grupo dirigido por García realizó una gira internacional a Bolivia,
donde fueron sorprendidos por el golpe militar que derrocó al presidente
boliviano Hugo Banzer.
Como
los actores chilenos tenían contratos de trabajo con la televisión oficial del
Gobierno derrocado, sus integrantes recibieron la "sugerencia" de
abandonar el país y decidieron ingresar al Brasil como turistas, con todos sus
equipos.
"En
Brasil empezamos a trabajar ilegalmente, ofreciendo espectáculos a los niños.
Cuando se nos vencieron las visas de ingreso temporal, ya nos convertimos en
inmigrantes ilegales. El problema es que teníamos con nosotros unos 500 kilos de
equipaje de carga, principalmente los equipos de teatro, y no teníamos plata
para volver a Chile, llevando todas nuestras cosas", contó Héctor.
"Unos días" en Paraguay... que
fueron 36 años.
En una
de las funciones que ofrecían en Brasil, Tito García conoció a un piloto
paraguayo, en ese momento un alto directivo de la hoy desaparecida compañía
estatal de aviación Líneas Aéreas Paraguayas (LAP).
El
actor chileno le contó su problema al piloto y este le ofreció llevarlos a él y
a sus compañeros a Chile, con todo el equipaje, a cambio de una parada por
"unos días" en Asunción, en donde debían ofrecer algunas actuaciones.
Fue
así, de una manera totalmente fortuita, como Héctor llegó al Paraguay en junio
de 1978, y tras ver la calidad de su espectáculo, le plantearon que haga una
serie de funciones, durante 20 días, en el Teatro Municipal de Asunción.
Buscando
que el espectáculo tenga promoción en la televisión local, el actor llegó junto
a los directivos del Canal 9 TV Cerro Corá.
"Me
ofrecieron un espacio publicitario, pero a cambio de que grabe un programa para
el canal", recuerda.
De ese
modo, García empezó a diseñar un show televisivo con muñecos y marionetas, al
cual bautizó como "El Mundo Fantástico de Tito".
"En
principio, el programa tenía que emitirse en Canal 9 solamente durante
diciembre de 1978, con lo cual iba a pagar todo el costo de la propaganda de
nuestra actuación en el teatro, pero el espacio televisivo tuvo tanto éxito que
me pidieron que continúe al año siguiente, y estuve en Canal 9 por 8 años,
después me contrataron en el Canal 13, donde estuve por otros 7 años",
narra.
Fue así
como el breve paso "por unos días" que pensaba realizar por Asunción,
se convirtió en una larga estadía que ya lleva más de 36 años.
"Paraguay
es el lugar donde me he sentido más cómodo en mi vida, por la gran hospitalidad
y generosidad de la gente", reconoció el artista.
El incendio en el taller de Tito, que consumió todos los elementos del "Mundo Fantástico". |
La hora más terrible...
En
estos 36 años, Tito García se volvió el maestro pionero y principal referente
de todos los actores y productores de teatro de títeres y marionetas en
Paraguay, así como en un experto constructor de escenografías para programas
televisivos y obras de teatro, como para eventos y fiestas infantiles.
Desde
su productora Mundo Fantástico diseñó, además, una serie de campañas educativas
para niños y niñas, como "El Palacio Bucal" y "La tienda de
Carlitos", conjuntamente con escuelas y colegios, mientras proseguía con
sus shows infantiles, a los que denomina "Tatetito".
En los
últimos años realizaba programas televisivos, como "Juguemos a
aprender", para el canal educativo Arandu Rape, del Ministerio de
Educación.
A pesar
del éxito que ha tenido con sus producciones, Tito García no llegó a amasar
fortuna. La foto de su precario taller incendiado, demuestran que seguía siendo
principalmente un trabajador humilde y
un artista incansable, que supo construir un "mundo fantástico" que
trajo alegría a muchos hogares, y que en la tarde del viernes -aparentemente
debido a un cortocircuito en el sistema eléctrico- ardió en llamas, hiriéndolo
de gravedad.
Esperemos que, con la ayuda
solidaria de sus colegas artistas y de su público, Tito pueda recuperarse
pronto y –como el Ave Fénix- pueda lograr reconstruir su mundo fantástico de entre las cenizas.
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