Acto de protesta de periodistas, recordando a sus colegas asesinados. |
En el Día del Periodista Paraguayo (26
de abril), los principales homenajes son casi siempre para Pablo Medina y
Santiago Leguizamón, los más conocidos mártires de la comunicación. Pero hay
otros quince que también se inmolaron por dar a conocer su verdad a través de
los medios. Sepa quiénes son.
#CrónicasDeLaMemoria
#CrónicasDeLaMemoria
Por
Andrés Colmán Gutiérrez |
@andrescolman
Hombres armados que esperan en la
esquina de una calle fronteriza o en la desolación de un camino rural.
Sicarios que llegan raudamente a bordo
de una motocicleta, con el rostro oculto por cascos con visores oscurecidos, y
que con mortal eficacia desenfundan escopetas y pistolas automáticas.
Las escenas son siniestramente
parecidas, como calcadas de un criminal manual operativo. En la mayoría de los
casos hubo amenazas previas, a través del teléfono o de mensajes de texto. En
otros, fue simplemente la sorpresa de un fugaz instante, una frenada brusca, un
click metálico que antecede a los fogonazos mortales.
Desde aquel primer brutal asesinato del
periodista Santiago Leguizamón, como macabro mensaje en el Día del Periodista
Paraguayo, el 26 de abril de 1991, hasta ahora, ocurrieron otros 16 casos
contabilizados de comunicadores asesinados por su trabajo de informar.
Desde dueños de radioemisoras,
reporteros profesionales conocidos, corresponsales de grandes medios, hasta
comunicadores populares de radios comunitarias o locutores que cumplían una
labor más de propaganda política partidaria, han sido víctimas de los
asesinatos por encargo.
Conozcamos los casos:
Santiago Leguizamón, con sus hijos, frente a la radio de su propiedad, en Pedro Juan Caballero. |
1. Santiago
Leguizamón (1991): Mediodía en la tierra de nadie.
Era casi el mediodía del 26 de abril de
1991 y Santiago Leguizamón, periodista y director propietario de Radio
Mburucuyá, en la ciudad de Pedro Juan Caballero, Amambay, estaba a punto de
finalizar su tradicional programa Puertas Abiertas.
Planeaba juntarse con los demás
trabajadores de la radio para compartir un almuerzo de conmemoración por el Día
del Periodista en el restaurante El Pato, sobre la avenida fronteriza que
divide a Pedro Juan de la ciudad brasileña de Ponta Porá.
Esa mañana, Leguizamón mantuvo un
contacto al aire con su amigo Humberto Rubín, director de Radio Ñandutí, en
Asunción, quien le pidió que se cuide, porque el comunicador pedrojuanino había
recibido muchas amenazas de muerte.
"Hay dos clases de muerte,
Humberto. Una es la muerte material, la muerte física. Y otra es la muerte
cuando uno abandonó la ética y la voluntad de trabajo", le respondió
Santiago.
Minutos después, Leguizamón salió del
precario edificio de madera en donde funcionaba la radio, en el barrio María Victoria,
y subió al auto, un viejo Datsun de color blanco, acompañado de su fiel
secretario, Baldomero Karape Cabral.
Sobre la avenida Rodríguez de Francia,
en la esquina de la calle De Jesús Martínez, en plena línea fronteriza, un
automóvil Volkswagen Gol color negro, con vidrios polarizados y puerta derecha
abollada, estaba esperando. Había tres hombres a bordo. Tenían armas y una
siniestra misión.
Eran las 12.15 del mediodía, en la
llamada "terra de ninguen" o "tierra de nadie", que divide
a los dos países, cuando el Gol negro cerró el paso al auto blanco, y dos de
los hombres saltaron a tierra. Uno llevaba armas cortas, presumiblemente una 9
milímetros y una 38 magnum, y el otro, una potente escopeta calibre 12
recortada.
Santiago detuvo el auto y vio que los
hombres se le venían encima. Los disparos acribillaron el parabrisas. Herido y
desfalleciente, Santiago aún tuvo fuerzas para gritarle a su secretario:
"¡Corré, salvate... yo ya no puedo!". Cabral abrió la puerta y salió
corriendo del auto, cuando escuchó la explosión final, el escopetazo que le
arrancó a Santiago el ojo izquierdo.
Tras darle el tiro de gracia, los
sicarios subieron al auto y cruzaron la frontera hacia Brasil. Según los
forenses, 21 balazos impactaron en el cuerpo del periodista y le causaron la
muerte.
Habían pasado dos años desde la caída
de la larga dictadura stronista, cuando la mafia del narcotráfico y el crimen
organizado en la frontera inauguraban el primero de una serie de violentos
asesinatos a periodistas y comunicadores.
Como corresponsal de la entonces Red
Privada de Comunicación (Diario Noticias, Canal 13 y Radio Cardinal),
Leguizamón había publicado varios reportajes investigativos sobre tráfico de
drogas, lavado de dinero, contrabando de soja y robo de vehículos.
Las últimas notas, en marzo de 1991,
dejaban entrever una presunta complicidad entre los capos del crimen y el
Gobierno del entonces presidente, general Andrés Rodríguez. Los reportajes
mencionaban como uno de los principales capos del tráfico al entonces poderoso
empresario fronterizo, Fahd Yamil, más conocido como El turco.
En 1992, un año después del asesinato
de Leguizamón, la Policía Federal brasileña detuvo a los sicarios brasileños
José Tiro Certo Araulho, José Aparecido de Lima y Bras Vaz de Moura, quienes
confesaron haber asesinado al periodista paraguayo "por encargo de Daniel
Alvares Georges (hijo de Fahd Yamil) y su primo Luis Enrique Tulú
Georges".
La Justicia paraguaya nunca movió un
dedo para utilizar esta confesión. Por el contrario, acabó encubriendo a los
autores del crimen. A 24 años, el asesinato sigue en total impunidad.
Aquel "modus operandi" de los
asesinatos por encargo, se repetiría en estos 24 años de modo sistemático,
causando la muerte de otros 16 periodistas y comunicadores.
2.
Calixto Mendoza (1997): Una mateada que dejó de ser feliz.
Mateando feliz, así se llamaba la
audición radial que el locutor Calixto Mendoza conducía en las madrugadas, en
la emisora Radio Yby Yaú, de la ciudad de Yby Yaú, en el Departamento de
Concepción.
En su programa, Calixto brindaba
espacios a dirigentes de organizaciones sociales y campesinas, formulando
denuncias contra las autoridades y los poderosos de la región.
Evidentemente, sus críticas ocasionaron
molestias. En la madrugada del 2 de marzo de 1997, su cuerpo fue hallado al
costado de un camino rural de la compañía Arroyo de Oro, cerca de Yvy Yaú.
Sus familiares aseguran que Mendoza fue
ahorcado por desconocidos y arrojado en un lugar descampado.
"Su muerte nunca fue investigada,
se cerró el caso como accidente de tránsito'', destaca el también locutor
Enrique Galeano, quien lo sustituyó en el programa de las madrugadas.
Los sospechosos de haber cometido el
crimen nunca fueron siquiera demorados. Para las autoridades, su asesinato
quedó en el olvido luego de que se perdieran sus archivos, según aseguraron
guardias de la Jefatura de la Policía Nacional de Concepción a uno de sus
hermanos.
Benito Ramón Jara. |
3.
Benito Ramón Jara (2000): El delito de manejar información
"Si Benito Ramón Jara no hubiera
estado colaborando en el último año de su vida con Radio Yby Yaú, aportando
informaciones y avisos, su muerte habría pasado prácticamente inadvertida. Tan
inadvertida, quizá, como algunos de los crímenes espantosos que sacuden a
menudo, y en absoluto silencio, el norte del Paraguay, tierra de nadie. O, en
realidad, de varones de la droga y de contrabandistas de vehículos. De mafiosos
y de rufianes de toda laya, en definitiva. Que, según un lugareño, disparan
primero y preguntan después".
Así describe el periodista argentino
Jorge Elías, entonces reportero del diario La Nación de Buenos Aires, quien se
encargó de investigar bajo encargo de la Sociedad Interamericana de Prensa
(SIP) algunos de los primeros casos de periodistas asesinados en el Paraguay.
"Al costado de uno de los caminos
rurales, rumbo a la colonia General Bernardino Caballero, a unos 20 kilómetros
de Yby Yaú, apareció el jueves 13 de abril del 2000, entre las cinco y las seis
de la tarde, el cadáver de Jara. Tenía 37 años y seis tiros: uno en el rostro,
otro en la cabeza, otro en el tórax y tres más a la altura del estómago.
Iba en una motocicleta de su propiedad,
abandonada (por los asesinos, al parecer) a unos 1.000 metros del lugar del crimen",
explica Elías.
Nunca se aclaró la verdadera causa del
asesinato de Benito Ramón Jara. No era periodista, sino principalmente chofer y
vendedor, pero por su vinculación con la radio manejaba mucha información. Es
otro de los muchos casos que quedó en la absoluta impunidad.
Salvador Medina. |
4.
Salvador Medina (2001): La mafia del rollotráfico
Tenía vocación de comunicador, al igual
que su hermano Pablo. Desde su programa radial en la humilde emisora
comunitaria Ñemity FM, en la ciudad de Capiibary, Departamento de San Pedro,
fustigaba a los depredadores de bosques, a los traficantes de rollos de madera
y a los marihuaneros.
Salvador Medina Velázquez, de 27 años,
era el presidente del consejo de la radio comunitaria FM Ñemity y ejercía la
docencia como profesor de guaraní en la escuela parroquial y primaria del
pueblo. "Desde el micrófono denunciaba, cuando tenía ocasión, el
contrabando de rollos de madera desde la reserva forestal del Ministerio de
Agricultura y Ganadería del Paraguay, y las conexiones de una banda de la
colonia Ara Pyahu, a 20 kilómetros de Capiibary, vinculada con asaltos y con
otros delitos. Lo hacía de común acuerdo con sus hermanos, Pablo, de 40 años,
corresponsal del diario ABC Color, de Asunción, y autor de artículos sobre
ambas cuestiones, y Gaspar, de 32, docente del colegio y conductor de un
programa de música en la radio", relata el investigador Jorge Elías, en un
informe elaborado para el proyecto Impunidad, de la Sociedad Interamericana de
Prensa (SIP).
El 5 de enero del 2001, Salvador
circulaba en una motocicleta con su hermano Gaspar, cuando fueron interceptados
por un hombre enmascarado, quien disparó contra el trabajador de la prensa,
matándolo.
Luego de un largo proceso, el autor
material del crimen, Milciades Maylin, fue condenado a 25 años de cárcel, pero
los autores intelectuales jamás fueron ni siquiera procesados.
Yamila Cantero. |
5.
Yamila Cantero (2002): Un crimen en la nebulosa.
Tenía 26 años de edad y era una de las
periodistas más reconocidas de San Ignacio, Misiones, cuando el 6 de julio de
2002 estalló la noticia de que su cuerpo había sido hallado inerte, junto al de
un policía, que presuntamente era su pareja sentimental, en un local policial.
La versión oficial presentó el caso
como un presunto "crimen pasional", pero los familiares y el gremio
de los periodistas no aceptaron esta versión.
"Es muy probable que detrás del
supuesto crimen pasional de la compañera periodista, igualmente de radio,
Yamila Cantero, en Santiago de las Misiones, se haya perpetrado un
silenciamiento de corte mafioso. Es muy probable. Yamila apareció muerta debajo
de su entonces pareja, un suboficial, quien, de acuerdo con reporte y crónicas
policiales de la época, la mató y después él se suicidó", destaca el
entonces secretario general del Sindicato de Periodistas del Paraguay, Julio
Benegas.
Yamila es recordada como una reportera
sagaz, crítica, denunciadora de las injusticias. "Ella nos demostró que la
firmeza y la calidad en el desempeño de la tarea periodística no es vinculante
con la destrucción y el desmoronamiento del adversario o el objetivo de una
investigación", escribió sobre ella el ex ministro de la Sicom, el también
periodista misionero Augusto Dos Santos.
El hoy abogado y juez de Yabebyry,
Camilo Cantero, hermano de Yamila y durante mucho tiempo periodista, sostiene:
"Su legado es el mayor desafío que tenemos sus familiares para no
defraudar a la sociedad que en el momento justo ha respondido cuando estábamos
aun sumamente sorprendidos por su tempranera muerte que truncó una figura
importante por su proyección social y su empecinamiento por un futuro
mejor."
"Su desaparición física nos dejó
huérfanos de una gran luchadora social desde el periodismo testimonial",
destaca Camilo Cantero, quien asegura que nunca se ha respondido a la pregunta:
"¿Quiénes y por qué la mataron?".
Samuel Román |
6.
Samuel Román (2004): La molestia de un intendente
El locutor Samuel Román, de 36 años, un
brasileño hijo de paraguayos, conducía un programa radial denominado La voz del
pueblo, en la radio comunitaria Conquista FM de Capitán Bado, departamento de
Amambay.
En su programa, Samuel criticaba
severamente a los políticos de la región, en especial la gestión del
"prefeito" (intendente municipal) de la ciudad brasileña de Coronel
Sapucaia, separado apenas por una calle de Capitán Bado. Principalmente, daba
espacios a la ciudadanía, para que exprese su opinión.
En la noche del 20 de abril de 2004,
Samuel Román fue interceptado por tres sicarios en territorio brasileño,
quienes le dispararon a quemarropa 13 tiros de pistola calibre 9 milímetros,
ultimándolo.
Tras una larga investigación, la
Policía brasileña –con colaboración de la paraguaya- pudo determinar que los
sicarios fueron Luciano Gregorio de Lucena, Faviano Lucena dos Santos y Ricardo
Antonio Machado, todos brasileños, por mandato del entonces intendente de
Sapucaia, Eurico Mariano, quien finalmente pudo ser detenido, procesado y
condenado a 17 años y 9 meses de prisión.
7.
Ángela Acosta (2006): Otro presunto "crimen pasional"
Desde una humilde emisora comunitaria
en Mayor Otaño, Itapúa, Ángela Acosta Méndez se desempeñaba como una voz
crítica y abierta a las inquietudes de las organizaciones campesinas y
populares de la región.
Ángela apareció muerta el 21 de
diciembre de 2006, en Mayor Otaño, y el principal acusado fue quien era su
pareja sentimental, el agente de Policía Agustín Alfonso Verón.
Verón fue detenido, pero, unos meses
después, se escapó de la Comisaría 13ª de Encarnación.
Verón fue posteriormente relacionado
con el asesinato de otro periodista, el chileno Alberto Tito Palma, también en
Mayor Otaño.
El caso del asesinato de la periodista
comunitaria Ángela Acosta nunca fue debidamente esclarecido.
Tito Palma y su familia. |
8.
Alberto Tito Palma (2007): Silencio a balazos
El periodista chileno –radicado en
Paraguay- Alberto Tito Palma Godoy, locutor de la radio Mayor Otaño, en Mayor
Otaño, a la vez corresponsal de Radio Chaco Boreal en Asunción, denunciaba el
crimen organizado, el contrabando de combustibles y la corrupción en el
gobierno local del departamento de Itapúa.
Palma venía recibiendo varias amenazas
de muerte, por lo que había anunciado que regresaría a su país natal, Chile.
En la noche del 22 de agosto de 2007,
el reportero se encontraba cenando con su pareja cuando dos hombres, vestidos
con traje militar camuflado (conocido como parapara'i), lo asesinaron a tiros.
"Dos hombres con uniformes
militares que iban en motos irrumpieron de pronto en su vivienda. Lo
acribillaron. En el piso quedaron 18 casquillos de balas, según el comisario
Ángel Barboza, jefe de la Policía de Itapúa. Seis balazos dieron en la frente,
el cuello, los brazos y las piernas de Palma, de 48 años. Su pareja, Wilma
Martínez, de 24 años, con la cual tenía un hijo de apenas dos meses, resultó
herida en la pierna izquierda; debió ser internada de urgencia", relata el
informe del proyecto Impunidad de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Nelson Vera Sanabria, alias Kamba'i, de
22 años, y su hermano Fabio, de 29, habrían sido los ejecutores del periodista.
Kamba'i Vera, según los testimonios,
actuó a cara descubierta. El otro llevaba un pasamontañas. La pareja de Palma,
sin embargo, pudo identificar al encapuchado por la mirada y sus rasgos físicos
como Fabio Vera, el hermano de Kamba'i. Ambos son oriundos de la localidad de
Yacuí Guazú, distrito de Mayor Otaño, y tienen antecedentes penales",
destaca el informe de la SIP.
Ambos fueron detenidos por el caso,
pero acabaron siendo sobreseídos por la Justicia.
Martín Ocampos. |
9.
Martín Ocampos (2009): Asesinato en zona del EPP
El director de la emisora comunitaria
Hugua Ñandú FM, Martín Ocampos Páez, fue asesinado a tiros en su domicilio de
la colonia Jorge Sebastián Miranda, más conocida como Hugua Ñandú, en el norte
del Departamento de Concepción, en la noche del 12 de enero de 2009.
Ocampos Páez, dirigente de la
Organización Campesina del Norte (OCN), era acusado por exponentes de la
Fiscalía y la Policía de ser presuntamente colaborador del grupo armado
Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), aunque nunca se exhibieron pruebas que
pudieran sustentar esta acusación. Sus familiares y compañeros negaron
enfáticamente esta versión.
Ocampos ya había sido detenido como
supuesto colaborador del grupo armado, tras el ataque a un local policial en el
lugar, pero fue nuevamente liberado por falta de pruebas.
Cuando se produjo el asesinato, desde
sectores de la Policía y la Fiscalía se echó a correr la versión de que el
comunicador fue "ajusticiado" por sus propios ex compañeros del grupo
armado, presuntamente en represalia por diferencias internas en el manejo de
dinero.
La docente Mirna Cristaldo, viuda de
Martín Campos, negó que su marido fuera miembro o colaborador del EPP, y
aseguró que fue asesinado como represalia a sus denuncias en la radio, contra
los abusos de las fuerzas policiales y militares en la zona.
El caso nunca fue aclarado y sigue en la
impunidad.
10.
Merardo Romero (2011): Un crimen con tinte partidario
El locutor Merardo Alejandro Romero
Chávez, de 47 años, conducía un programa radial con claro objetivo político
partidario, a favor del movimiento Esperanza Colorada, de un sector de la
Asociación Nacional Republicana (ANR). El mismo se emitía a través de la 100.1
FM, La voz de Itakyry, de la ciudad de Itakyry, a 90 kilómetros al norte de
Ciudad del Este, en el Departamento de Alto Paraná.
El contenido del programa apuntaba a
emitir propaganda electoral a favor del movimiento Esperanza Colorada, que por
entonces era liderado por el caudillo altoparanaense Javier Zacarías Irún, y
cuestionaba a través de denuncias a autoridades y funcionarios relacionados con
el sector político interno colorado, ligado al entonces candidato presidencial,
Horacio Cartes.
"Durante sus programas, recibía
llamadas en que le decían que se calle o le mandarán callar. El crimen sería el
cumplimiento de la amenaza", señaló una persona estrechamente ligada a la
familia.
En la noche del 3 de marzo de 2011,
sicarios armados llegaron hasta la casa de Romero Chávez y lo acribillaron a
balazos, frente a sus propios hijos.
Resultó acusado el político colorado
del movimiento contrario, Fidel Duarte, quien fue detenido, pero vuelto a ser
dejado en libertad a las pocas semanas.
"¡Es el colmo del escándalo!
Varios políticos regionales sospechosos de haber ordenado la ejecución de
Merardo Romero gozan desde el inicio del caso de una curiosa bondad judicial.
José Valenzuela, alto funcionario del gobierno de Itakyry, nunca fue arrestado
por la policía local pese a que el Ministerio Público emitió una orden de
detención contra él por 'homicidio doloso'. Incluso se confirmó que se
encuentra en Itakyry, ¡cuando oficialmente se señala que se encuentra prófugo!
Asimismo, Miguel Ángel Soria, ex intendente de la ciudad, de quien Fidel Duarte
era el capanga, nunca se ha preocupado", reclamó la organización
internacional Reporteros sin Fronteras.
Marcelino Vázquez |
11.
Marcelino Vázquez (2013): Acribillado frente a su radio
Al atardecer del 6 de febrero de 2013,
el periodista radial y empresario Marcelino Vázquez salía de los estudios de su
emisora Sin Fronteras 98.5 FM, en la ciudad de Pedro Juan Caballero,
dirigiéndose a una discoteca (de la que también era propietario), cuando dos
hombres que circulaban en una
motocicleta lo interceptaron.
El hombre sentado en la parte trasera
del vehículo descendió y le disparó varias veces con un revólver calibre 38
milímetros. Uno de los hijos de Marcelino Vázquez salió de la discoteca y vio
huir a los asesinos.
"Lo más probable es que la mafia
se encuentre tras este asesinato, pues la forma de operar tiene claramente la
marca del crimen organizado. La investigación anunciada debe arrojar resultados
rápidamente y debe explorar el móvil profesional. Sobre todo, no debe ceder a
eventuales trabas o presiones en una región donde, por desgracia, los cárteles
ejercen una gran influencia sobre las autoridades locales", reclamó en su
momento la organización Reporteros sin Fronteras.
Fueron procesados e investigados por
este homicidio Édgar Giménez Duarte y Ramón Fariña Figueredo. Duarte fue
finalmente condenado a 18 años de cárcel por este homicidio.
Carlos Artaza |
12.
Carlos Artaza (2013): Balas en la
refriega electoral
El 24 de abril de 2014, a apenas dos
días de celebrarse el Día del Periodista Paraguayo, el fotógrafo Carlos Artaza
(45 años), quien trabajaba como funcionario de prensa de la Gobernación de
Amambay, en Pedro Juan Caballero, fue asesinado por sicarios en dicha ciudad
fronteriza.
Artaza conducía su automóvil cuando fue
interceptado por dos sujetos que circulaban en motocicleta, quienes lo hirieron
con cinco disparos. Falleció la mañana del día siguiente, mientras era
trasladado en ambulancia a Asunción.
El fotógrafo regresaba de una caravana
de celebración por la victoria del diputado Pedro González, electo como
gobernador de Amambay, tras una agresiva campaña en la que el político compitió
contra el senador Roberto Acevedo que, como él, pertenece al Partido Liberal
Radical Auténtico (PLRA).
"El ambiente observado estos
últimos días en Amambay traduce al extremo una situación nacional cada vez más
preocupante para la seguridad de los periodistas y la libertad de información.
La campaña de las elecciones generales, llevadas a cabo el 21 de abril pasado y
en las que Horacio Cartes resultó vencedor a la presidencia, estuvo marcada por
amenazas e intimidaciones, así como por una serie de revelaciones sobre los
presuntos vínculos entre ciertos políticos y el crimen organizado. El
mantenimiento del Estado de Derecho, ya de por sí frágil, depende también de la
suerte de los periodistas", apuntó en su momento la organización
Reporteros sin Fronteras.
El caso continúa sin ser esclarecido.
Fausto Gabriel Alcaraz- |
13.
Fausto Gabriel Alcaraz (2014): Acallando las críticas
Fausto Gabriel Alcaraz, periodista de
la emisora Radio Amambay, de Pedro Juan Caballero fue asesinado de 12 balazos
el 16 de mayo de 2014, cuando salía del estudio de grabación. Dos sicarios que
circulaban a bordo de una motocicleta le dispararon.
El propietario de la radio, el senador
Robert Acevedo, señaló que el asesinato tuvo lugar después de que Alcaraz
nombrara directamente en su programa a individuos involucrados con el
narcotráfico en la región, a quienes denunció "con nombre y apellido".
Alcaraz, de 28 años, dirigía el
programa de radio De frente a la mañana, el principal espacio matutino de Radio
Amambay 570 AM.
El comunicador era conocido por generar
polémicas acusaciones contra comerciantes, policías, fiscales y jueces que, supuestamente,
actuaban a las órdenes de la mafia ligada al narcotráfico y el crimen
organizado.
Édgar Fernández Fleitas |
14.
Édgar Fernández Fleitas (2014): Furia en la ciudad
Abogado y locutor radial, Édgar
Pantaleón Fernández Fleitas, de 43 años, era una de las voces más críticas de
la ciudad de Concepción, a través de su programa La ciudad de la furia, que se
emitía a través de la emisora Radio Belén Comunicaciones.
Fernández Fleitas fue asesinado de 6
tiros en la cabeza por desconocidos en su residencia, en Concepción, en la tarde
del 19 de junio de 2014.
"Probablemente una persona tocó el
timbre y él abrió el portón, ingresó, se sentó y le disparó, no fue para
robarle ni nada, fueron otros los motivos. Hay personas que vieron al que
disparó", indicó la fiscala Dora Irrazábal, de Concepción.
La directora general de la UNESCO,
Irina Bokova, reclamó a las autoridades paraguayas "que hagan todo lo
posible para detener y procesar a los responsables del asesinato del periodista
radial paraguayo Édgar Pantaleón Fernández Fleitas".
"Es importante que los
responsables de crímenes contra periodistas sean juzgados. El sistema judicial
debe movilizarse para impedir que la violencia amordace la libertad de
expresión y la libertad de prensa", agregó.
Pablo Medina. |
15.
Pablo Medina (2014): El crimen que sacudió la narcopolítica
Regresaba de una cobertura periodística
en asentamientos campesinos, a bordo de su camioneta, cuando dos hombres
vestidos de militar le cerraron el paso en un desolado camino vecinal, en las
inmediaciones de Villa Ygatimí, Departamento de Canindeyú, el jueves 16 de octubre de 2014.
Pablo Medina, veterano periodista,
corresponsal del diario ABC Color en la zona de Curuguaty, fue acribillado con
varios disparos de una pistola 9 milímetros y rematado con una escopeta calibre
12.
Previamente, uno de sus ejecutores le
había preguntado acerca de su identidad, en lengua guaraní: "¿Vos sos
Pablo Medina?". Cuando el periodista vio que le apuntaban con un arma,
pidió: "Anina che juka (Por favor, no me mates)".
El asesinato de Medina, por tratarse de
un informador muy conocido, integrante de uno de los medios periodísticos más
importantes del país, causó una gran conmoción en la sociedad paraguaya y
produjo una fuerte reacción de protesta y movilización desde el gremio de los
periodistas y otros sectores organizados.
Ante la fuerte presión mediática,
equipos de investigación de la Fiscalía y la Policía actuaron con mayor
celeridad y se pudo determinar que el crimen fue ordenado por el intendente
municipal de Ypejhú, Vilmar Neneco Acosta y ejecutado por el hermano de este,
Wilson Acosta y su sobrino, Flavio Acosta Riveros. También se determinó que
Acosta era el jefe de una banda de narcotraficantes y sicarios, responsables de
varios otros crímenes en la región.
Neneco Acosta fue detenido recientemente
en Brasil y se espera su extradición. Los demás siguen prófugos.
Las repercusiones del caso obligaron a
que el Congreso Nacional cree una comisión especial de investigación, que llegó
a individualizar públicamente a varios senadores y diputados como relacionados
al narcotráfico y al crimen organizado, aunque hasta ahora no han sido
investigados seriamente por los organismos de Justicia.
Antonia Almada. |
16.
Antonia Almada (2014): El precio de acompañar a un periodista
La joven Antonia Maribel Almada
Chamorro (19), viajaba junto al periodista Pablo Medina, en el asiento del
acompañante, cuando este fue atacado por sicarios, y ella también resultó
víctima de varios disparos, falleciendo pocos minutos después.
Otra hermana suya viajaba en el asiento
trasero de la camioneta y logró agacharse en el momento del ataque, resultando
ilesa, aparentemente por no haber sido vista por los asesinos. Su testimonio
resultó clave para individualizar a los agresores.
Aunque no era estrictamente
periodista –la presentan como asistente del corresponsal Medina-, la joven
Antonia Maribel es también considerada una de las víctimas de los ataques
contra la prensa. Antonia era estudiante de análisis de sistemas y oriunda de
Villa Ygatimí. Estaba viviendo y estudiando en Curuguaty junto con su hermana,
desde donde acompañaba a Medina en sus coberturas.
Gerardo Servián |
17.
Gerardo Servián (2015): Una molesta voz en guaraní
Gerardo Servián Coronel, periodista
radial de Pedro Juan Caballero, realizaba un programa diario en idioma guaraní
en la emisora comunitaria Radio Ciudad nueva, en la localidad fronteriza de
Zanja Pytá, vecina a la capital de Amambay.
En horas de la siesta del día 5 de
marzo de 2015, Servián se desplazaba a bordo de su motocicleta por una calle de
la ciudad de Ponta Porá, Brasil, cercana a la divisoria fronteriza con
Paraguay, cuando fue alcanzado por otra moto, en la que iban dos personas.
Según un video grabado por una cámara
de seguridad en el sector, el hombre que iba detrás en la otra moto, extrajo un
arma y empezó a disparar al comunicador, derribándolo del vehículo, para luego
ultimarlo con más disparos.
Su hermano, el también periodista
radial Kiko Servián, dijo que el homicidio fue en represalia a las críticas que
Gerardo Servián realizaba desde la emisora, especialmente contra la
gestión del intendente de Zanja Pytã,
Marcelino Rolón, del Partido Colorado.
"Él hablaba mucho de la cuestión
de la intendencia, de las elecciones municipales. Es por eso que no se puede
descartar que el trasfondo podría ser una cuestión política", indicó.
La organización internacional
Reporteros sin Fronteras exigió "una investigación exhaustiva,
independiente e imparcial y a no excluir la hipótesis de que el homicidio pudo
estar relacionado con su actividad profesional. Este crimen no debe sumarse a
la lista de asesinatos de periodistas que permanecen en la impunidad en esta
región fronteriza".
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