Manuel Cristaldo Mieres, alias subcomandante Santiago, uno de los principales líderes del EPP. |
Como si no faltaran actores violentos para enrarecer aún más
el ya enrarecido conflicto armado que desde hace años convulsiona la región
Norte del Paraguay, ahora ha entrado en acción un supuesto grupo paramilitar o
parapolicial, que se hace llamar "Justicieros de la Frontera" o "Sicarios de Frontera" y anuncia
que combatirá al grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), pero en
realidad ha iniciado sus ataques contra una humilde e indefensa familia
campesina, cuya única "culpabilidad" es la de ser parientes de uno de
los cabecillas de la banda guerrillera.
El ataque a balazos y el incendio del local de un taller,
perteneciente a la familia Cristaldo Mieres, en la noche del domingo en Correa
Ruguá, San Pedro, no es "un ataque contra el Epp", como se lo ha
presentado informativamente.
No está demostrado que los padres y hermanos de Manuel
Cristaldo Mieres (a quien se ve en la foto) tengan un vínculo ni complicidad
alguna con él, más allá de la consanguinidad. Por el contrario, tanto sus
padres, como su hermano sacerdote, siempre han manifestado su dolor ante la
situación que sufren particularmente, su distancia y su postura crítica ante
las acciones del grupo guerrillero. Atacarles a ellos es una actitud cobarde.
El mensaje que distribuyeron en FB, semanas antes del primer ataque. |
No está claro si este grupo paramilitar es el mismo que hace dos años se empezó a atribuir asesinatos de supuestos delincuentes en la
frontera de Pedro Juan Caballero, a los que -como macabro símbolo- les cortaban
las manos. Aquellos se hacían llamar "Justicieros sin Fronteras",
estos se hacen llamar "Justicieros de la Frontera", y en el panfleto escrito a mano que dejaron tras el ataque a los Cristaldo Mieres, se denominan "Sicarios de Frontera".
Aunque su accionar despierte una masiva simpatía y aplausos
en sectores la población -expresada principalmente en los posteos en los medios
digitales y en las redes sociales-, lo que hacen y pretenden seguir haciendo es
claramente ilegal y criminal, y es algo que solo contribuye a aumentar aún más la
espiral de violencia, delincuencia e impunidad que reina en la región, y que
remite a trágicas experiencias violentas de otros países latinoamericanos, como
la de los “paras” en Colombia, Perú, El Salvador, Honduras.
El mensaje que distribuían en Amambay, hace dos años. |
La inoperancia -o la corrupta complicidad de organismo del
Estado- para poner fin a la acción violenta del EPP, como a las bandas del
narcotráfico y del crimen organizado que operan en la región Norte y en las
zonas fronterizas, no justifican en absoluto respaldar la acción de otros
grupos criminales que se presentan como "justicieros", ni avalar los
ataques de estos contra personas inocentes.
A pesar de sentirnos desprotegidos por las actuales fuerzas
de seguridad -y de los agentes de la Justicia y de la Fiscalía- que son
inoperantes y en gran medida corruptas, a quienes apostamos por la vigencia de
un Estado de derecho, no nos queda otra opción que seguir reclamando el
mejoramiento y la acción de las instituciones democráticas, desde la presión
social y el control de una ciudadanía activa, permanentemente movilizada, con
propuestas de construcción de una sociedad mejor.El panfleto que dejaron tras el ataque a los Cristaldo Mieres. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario