"The answer, my friend, is blow in the wind...".
(Bob Dylan).
No sé si lo escribo bien, pero es una de las frases en inglés que se me quedaron grabadas de cuando la vida tenía sabor a rock, amor y humo de sueños.
En esa época yo era un chico sediento de respuestas que nunca llegaban para las tantas preguntas que tenía, y aquella vieja canción de Bob me ayudó a entender que las respuestas no estaban precisamente en los lugares donde las buscaba, sino que estaban soplando en el viento, y había que tener sensibilidad para encontrarlas.
Después, Silvio Rodríguez me enseñó que lo importante no es dar respuestas, sino formular preguntas. Los respondedores son los que quieren imponer su verdad única, establecer un orden universal, crear un mundo quieto y aburrido donde todo esté respondido. Los preguntones son los subversivos en potencia, los que ponen la piedrita en el zapato, los que vienen a sacudir las estanterías.
"Una pregunta puede mover al mundo", escribe Jorge Lanata.
Así que... contame:
¿Qué cosas te hacen cosquillas en el alma?
¿Existe algo por lo cual dejarías todo, absolutamente todo?
Cuando dormís, ¿soñás en blanco y negro o en colores?
¿Con quién hablás cuando no decís nada?
¿Cuál es el lugar o el momento de tu vida al que te gustaría volver siempre?
¿Escuchaste la música que hay en las flores, al amanecer, cuando todavía están bañadas de rocío?
¿Cómo sabés si el amor es el amor y no otra cosa?
¿En donde están los sueños que todavía no soñaste?
¿A donde van a parar las pequeñas alegrías cotidianas que pasan, se van y ya no vuelven?
¿Te da miedo ser feliz?
¿Alguna vez tuviste un hermoso sueño mientras dormías, luego te despertaste bruscamente... y te diste cuenta de que el sueño continuaba, mientras estabas despierta?
Sucede pocas veces, pero cuando sucede, uno entiende aquel clásico título de Calderón de la Barca, de que la vida es solo sueño, o aquel otro del gran Shakespeare, recreado por Silvio, de que todo se condensa en el loco sueño de una noche de verano.
El mundo de los sueños es mágico y atemorizante a la vez, pero le da otro sentido a la realidad. Jorge Luis Borges se pregunta en algún lado si nosotros no somos apenas criaturas inventadas por algún eterno soñador. ¿Y que pasaría si de pronto despertara?
Julio Cortázar asegura en alguna parte de su literatura que en realidad nosotros somos criaturas fantásticas y oníricas, producidas por la imaginación de personajes tan reales y normales como los unicornios, los ogros, los duendes y las hadas.
Así que no temas soñar, ni te asustes cuando de pronto los sueños se te transpapelan y se te confunden.
¿Qué es lo imposible? Es solamente lo posible que no nos atrevemos a lograr.
¿Quién te impide viajar a la Luna... cantar como Carusso bajo la ducha... ir en busca de tu propio El Dorado o de tu Arca Perdida... construir un inmenso barco en medio del desierto chaqueño... tomarte un gigantesco helado de kiwi y maracuyá aunque sumen no sé cuantas calorías... llenar de grafittis coloridos la muralla de tu casa... bailar desnuda bajo la lluvia... arrojarle una torta a la cara del político más odiado... salir a la calle con una pancarta que reclame la imaginación al poder... votar por candidatos más honestos y creíbles, que le puedan da la vuelta a la historia de este país?
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