Amnistía
Internacional Paraguay inicia una campaña solidaria para buscar impedir que la
Justicia china ejecute a la paraguaya Rosalía Amarilla, detenida con tres kilos
y medio de cocaína. La historia de la mujer, atrapada en una red de trata de
personas y narcotráfico que une Ñemby con Beijing, es conmovedora.
Por
Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman
El 14 julio
de 2012, Rosalía Amarilla, entonces de 31 años de edad, técnica en
administración de empresas, dejó sorpresivamente su trabajo en una fábrica de
confección de prendas de vestir, en su ciudad Ñemby, cercana a la capital
paraguaya Asunción, aceptando la "tentadora oferta" que le habían
hecho algunas personas, de poder viajar para tener un mejor porvenir para ella
y para su único hijo varón, de 3 años de edad.
Rosalía
trabajaba mucho y ganaba muy poco en aquel oficio casi doméstico, en donde
también se empleaba su mamá, Arminda Escobar. Esa dura realidad cotidiana en la
que ella se manejaba, fue la que utilizaron los "captadores" para
interesarla en aquel viaje que iba a "cambiar su vida".
No se
conocen muchos detalles acerca de cómo fue aquel primer viaje, similar al que
han emprendido –y siguen emprendiendo- muchas humildes mujeres paraguayas,
principalmente en la zona de la Triple Frontera entre Paraguay, Brasil y
Argentina, hacia mercados latinoamericanos, europeos o asiáticos de la trata de
personas, casi siempre ligados también al narcotráfico.
Su mamá
Arminda y sus demás familiares solo recuerdan que ella desapareció
repentinamente y recién cuatro días después, el 18 de julio, ella llamó por
teléfono, explicando que estaba en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, “con una
señora” y que regresaría al Paraguay en una semana.
La
reconstrucción del viaje, en una posterior investigación, apunta a que ella fue
engañada por otras personas (principalmente una mujer) para viajar a Sao Paulo
a comprar prendas de vestir y traerlas al Paraguay para revenderlas, con lo
cual ganaría “buen dinero” para poder ayudar a su madre y a la mantención de su
hijo pequeño.
Los investigadores
de la Fiscalía y la Cancillería tienen datos de que ella fue llevada primero a
Ciudad del Este y a Foz de Yguazú, en la zona de la Triple Frontera, y desde
allí a Sao Paulo.
Hugo
Morel, de la Dirección de Atención a Connacionales del Ministerio de Relaciones
Exteriores, dijo en un primer reportaje que Última Hora publicó en setiembre
pasado: “En principio, tomamos el caso como trata de personas, porque ella
(Rosalía) fue engañada. Fue captada en Ciudad del Este, de ahí fue a trabajar a
Foz de Yguazú, de ahí la llevaron a São Paulo (Brasil) y de ahí la embarcaron a
China, llevando 3 kilos 600 gramos de cocaína”.
Los
familiares habían perdido todo contacto con ella, hasta que, cinco meses
después, mientras estaba en su trabajo, en la fábrica de prendas de vestir, su
mamá Arminda recibió una llamada telefónica de larga distancia, en donde la voz
de un hombre con acento colombiano le contó que su hija había sido detenida en
el aeropuerto de Beijing, República Popular China, y se encontraba en la
cárcel.
Como no
podía entender muy bien lo que le decían desde el otro lado del teléfono,
Arminda pidió que el hombre la vuelva a llamar. Mientras tanto presentó una
denuncia ante la Fiscalía, donde dice que no la tomaron muy en serio.
Quince días
después, ya en su casa, el colombiano volvió a llamar y ella grabó la
conversación que se prolongó durante 20 minutos. Allí supo que el hombre era un
familiar de otra chica colombiana que también estaba presa en el lugar, y que
le estaba dando el aviso como un favor, a pedido de Rosalía.
Así se
pudo saber que la mujer paraguaya fue embarcada desde Sao Paulo hasta Beijing,
llevando adherido a su cuerpo 3 kilos 600 gramos de cocaína. En el aeropuerto
del país asiático le esperaban tres hombres, pero el nerviosismo de la muchacha
en los puestos de control llamó la atención de los guardias chinos, quienes la
condujeron a un interrogatorio privado. Al verse descubierta, Rosalía admitió
que llevaba “algo ilegal” adherido a su cuerpo.
Ella
fue rápidamente procesada y, en base a la estricta legislación china, fue sentenciada
a ser ejecutada.
El
calvario ante la “justicia roja”.
Quienes
hayan visto la película Justicia Roja, estrenada en 1997 bajo la dirección de
Jon Avnet, protagonizada por Richard Gere y Ling Bai, se harán una idea de la
manera implacable en que se aplica el sistema judicial en el régimen de la
República Popular China, aunque aquella sea una historia de ficción.
Rosalía Amarilla. |
Teresa
Martínez, agente fiscal a cargo de la Unidad de Trata de Personas del
Ministerio Público, relata que Rosalía “enseguida confesó que llevaba algo
ilegal adherido a su cuerpo. Esa colaboración con las autoridades hizo que le
tengan una mayor consideración”.
El caso
de Rosalía (sin divulgar su nombre, a pedido de las autoridades, “para no entorpecer
las acciones diplomátoicas”) fue expuesto inicialmente en un reportaje de Última
Hora, que mencionaba la existencia de 3.000 paraguayos presos en el exterior,
en su mayoría por tráfico de drogas, aunque el caso más grave era el de la
compatriota detenida en China.
El
primer gran obstáculo que se encontró fue que el Estado paraguayo no tiene
relaciones diplomáticas con el país asiático, por lo cual se tuvo que acudir a
la colaboración del Consulado argentino del país asiático, para prestar alguna
asistencia jurídica a la compatriota.
Entre
los logros obtenidos por la diplomacia argentina, se consiguió que Rosalía
pueda comunicarse telefónicamente con sus familiares en Paraguay una vez al
mes.
Se
obtuvo que la paraguaya no sea ejecutada enseguida y que la fecha de condena
sea postergada para el 20 de marzo de 2015. Se creía que en ese lapso se
lograría obtener mayores beneficios para ella por vía diplomática, pero en
realidad se hizo muy poco desde las esferas oficiales y la fecha de ejecución
se acerca peligrosamente, por lo cual los familiares, desesperados, decidieron
que se conozcan públicamente los detalles de la angustiosa situación en que se
encuentra Rosalía.
Hubo mucha inacción del Estado paraguayo.
Esta
semana, representantes de la organización Amnistía Internacional, capítulo
paraguayo, y del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los
Derechos de la Mujeres (Cladem) mantuvieron una reunión con autoridades del
Ministerio de Relaciones Exteriores del Paraguay, para evaluar la situación de
Rosalía Amarilla.
Los
activistas de derechos humanos salieron de la reunión “espantados”, según sus
propias palabras, al advertir lo poco que el Estado paraguayo ha hecho hasta
ahora por lograr que la compatriota detenida en China no sea ejecutada.
La
situación de Rosalía es cada vez más grave, según sus familiares, porque ya ni
siquiera la dejan comunicarse con su abogado, un defensor público nombrado por
el mismo Estado chino.
Una de
sus hermanas pudo hablar por teléfono con Rosalía y, a pesar de que le prohíben
hablar en guaraní –ya que todas sus llamadas son controladas y grabadas-, ella
pudo decirle en nuestro idioma nativo que no se había podido comunicar más con
su abogado defensor. “Nda kuaavei mba’eve i chugui ("No sé más nada de
él”), le confesó.
Ante
esta situación, la organización Amnistía Internacional Paraguay, con apoyo de
Cladem, iniciaron una campaña de solidaridad #RosalíaDebeVivir, para exigir al
Gobierno y al Estado paraguayo que se movilicen todas las instituciones a nivel
nacional e internacional, para impedir que Rosalía Amarilla sea ejecutada en
marzo próximo.
Rosalía
Vega, directora ejecutiva de la organización, destacó que buscan movilizar a la
sociedad civil paraguaya para reclamar al presidente de la República, Horacio
Cartes, y a todas las organizaciones del Estado, Cancillería, Fiscalía de Trata
de Personas, que redoblen sus acciones para asistir a la paraguaya condenada a
muerte y exigir su liberación, ya que la misma es, principalmente, una víctima
de las redes internacionales de trata y narcotráfico.
“Estamos
trabajando con la organización Cladem y con los familiares de Rosalía Amarilla,
quienes están acompañando todos los procesos que realizamos. Hay abogados
acompañando a una de las hermanas en el Poder Judicial para realizar el proceso
de régimen de relacionamiento con el hijo de Rosalía, ya que, a causa de esta
situación, se ha perdido el contacto con el niño”, explica Rosalía Vega.
La
iniciativa consiste básicamente en tres pasos:
1-Firmar
un petitorio a favor de Rosalía Amarilla en internet, en el siguiente enlace:
http://amnesty.org.py/ciberaccion-detalle/?1, dirigido al presidente Horacio
Cartes, con copia al canciller Eladio Loizaga
2-Enviar
una postal de solidaridad a Rosalía. Dirección:
Cárcel industrial: Beijing Women Prision, Nro 3 Runheixiang,Huifeng St,
Quingfeng Rd, Tiantanghe, Daxing County. Postal Code: 102609 - Tel:
010-61276688
3-
Invitar a 3 amigos o amigas para que realicen la misma acción.
El
desafío es grande, pero es el mismo que Amnistía Internacional ha venido
desarrollando en más de 70 años en todo el mundo: intentar salvar la vida de
una víctima de una situación de injusticia, en este caso el de una mujer
paraguaya condenada a muerte en la República Popular China.
¿Querés
sumarte…?