Con solo 17 años de edad, el inglés
Nicholas Colman se embarcó en 1535 con Don Pedro de Mendoza a la conquista del
Nuevo Mundo. Participó de las fundaciones de Buenos Aires y Asunción, perdió el
brazo derecho en una pelea, ayudó a fundar Villa Ontiveros y Ciudad Real, dirigió
una revuelta en la provincia del Guayrá, de la cual llegó a ser gobernador por
breve tiempo, además de regidor de Ciudad Real.
Es el primer Colman que llegó a América e
inició la estirpe de los Colmán (con acento sobre la “a”) en el Paraguay.
Con una mujer indígena, hija
del cacique Boypitan, de la región del Guayrá, tuvo un hijo también llamado
Nicolás, quien ingresó como religioso de la orden franciscana y adoptó el nombre
de Fray Juan de San Bernardo, discípulo de Fray Luis de Bolaños. Murió asesinado por los indios paranaes en
un ritual antropofágico guaraní y es considerado un mártir de la Iglesia
paraguaya.
En nuestra larga genealogía tuvimos a hombres
ilustres como el poeta guaraní Narciso R. Colmán, el gran Rosicrán, autor de “Ñande
ypykuéra” y también personas infames, como el tristemente célebre general
Patricio Colmán, gran represor de la dictadura stronista.
Esta es la historia de aquel valiente
aventurero que fue nuestro primer ancestro. Un homenaje a mi familia paterna.
#CrónicasDeLaMemoria
#CrónicasDeLaMemoria
Andrés Colmán Gutiérrez
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Tenía solo
17 años de edad y todos los sueños del mundo. El adolescente inglés Nicholas
Colman había dejado atrás a su Hampton natal, al sur de Londres, Inglaterra, en
compañía de un grupo de jóvenes marinos ingleses, para llegar hasta el puerto
de Sanlúcar de Barrameda, donde la armada española estaba organizando una
expedición para conquistar el sur de ese lejano territorio al otro lado del
mar, todavía denominado Las Indias, el desconocido Nuevo Mundo hallado por
el genovés Cristóbal Colón.
Era el
24 de agosto de 1535. Más de una decena de naves, con unos 3.000 hombres a
bordo, zarpaban rumbo a la aventura.
El
comandante de la expedición era el caballero Pedro de Mendoza y Luján, nombrado
Primer Adelantado del Río de la Plata por el emperador Carlos V.
Había organizado el viaje con los fondos de su propio patrimonio, con el compromiso de fundar tres fuertes y construir un camino real desde el Río de la Plata hasta el Océano Pacífico, reservándose la ventaja de ser gobernador de las tierras conquistadas y quedarse con la mitad de los tesoros que secuestre a los aborígenes y el 90% de los rescates de los prisioneros.
Había organizado el viaje con los fondos de su propio patrimonio, con el compromiso de fundar tres fuertes y construir un camino real desde el Río de la Plata hasta el Océano Pacífico, reservándose la ventaja de ser gobernador de las tierras conquistadas y quedarse con la mitad de los tesoros que secuestre a los aborígenes y el 90% de los rescates de los prisioneros.
Nacido
en Hampton, en 1518, Nicholas Colman era uno de los pocos extranjeros en esa legión
de españoles, junto a otros ingleses como él, entre ellos John Ruter, Richarte
Limon y Robert Briche. Ya había castellanizado su nombre inglés Nicholas por
Nicolás, aunque su apellido seguía sonando sajón.
Varias décadas
después, el apellido Colman -que se pronuncia originalmente con un acento sobre
la o- también sería transformado fonéticamente en el Paraguay, ganando una
tilde pintada sobre la a: Colmán.
El manco inglés
En el
grupo de conquistadores expedicionarios, el joven inglés era temido por su
carácter irascible y peleador.
“Nicolás era de espíritu aventurero, se
destacó siempre por su valentía, su arrojo ante el peligro y su liderazgo, a
pesar de ser extranjero y no contar con ninguna hidalguía que lo ayudara a
sobresalir entre sus pares”, relatan los historiadores paraguayos
Margarita Durán Estragó y José Luis Salas en el libro Testimonio Indígena
1594-1627 (Servilibro, Asunción, 2015).
Aquel
viaje inicial fue largo y azaroso. La flota de Mendoza fue dispersada por una fuerte
tormenta frente a la costa de Brasil y el adelantado tuvo que desembarcar con
las naves y hombres que logró recuperar en las playas de Santa Catalina, donde
permaneció largas semanas gravemente enfermo. Su lugarteniente Juan de Osorio
se hizo cargo del mando, pero cuando Mendoza se puso mejor lo sorprendió
robando y lo hizo ajusticiar.
La
expedición llegó finalmente al río de la Plata en enero de 1536. Nicolás Colman
participó de la fundación del Fuerte del Buen Ayre, considerada la primera
creación de Buenos Aires, en febrero de 1536.
Al año
siguiente, Colman formó parte de la expedición del capitán Juan de Salazar de
Espinoza, que partió en busca de otra anterior expedición, comandada por Juan
de Ayolas, navegando aguas arriba por los cauces de los ríos Paraná
y Paraguay, en busca de la mítica Sierra de
la Plata, un lugar que según las leyendas indígenas estaba lleno de metal
precioso.
El 15
de agosto de 1537, Colman participó de la fundación del fuerte de Nuestra Señora
Santa María de la Asunción. Era la segunda ciudad importante que ayudaba a
nacer, la que sería su principal base de operaciones para numerosas
expediciones aventureras, en las que fundaría además una genealogía en el
Paraguay.
En una
de esas noches de campamento, Nicolás se vio envuelto en una pelea con varios otros conquistadores. En pleno duelo, uno de ellos le cortó y le arrancó el
brazo derecho con un fuerte golpe de espada. Resistiendo el dolor, Nicolás tomó
otro puñal con la izquierda y lo hundió en el corazón de su adversario, antes
de caer mal herido. Desde ese momento quedó manco, pero no perdió la destreza
ni la rebeldía, ganándose el apodo de “El manco inglés”.
El gobernador del Guayrá
No hay
muchos registros históricos sobre la vida y aventuras de Nicolás Colman,
pero se sabe que se quedó a vivir un tiempo en Asunción y participó
activamente en la vida política y militar, especialmente en la revuelta que causó la destitución del entonces teniente de gobernador interino Francisco de
Mendoza, ante las falsas versiones de que el gobernador Domingo Martínez de
Irala había sido asesinado por los indios durante una expedición.
Nicolás
fue uno de los líderes de esa revuelta, que depuso a Mendoza y organizó una
votación popular en la que el capitán Diego Gonzalo de Abreu resultó electo en
el cargo de teniente de gobernador, en 1548.
Pero el
intrépido inglés no se quedaba mucho tiempo en un solo lugar. Muy pronto se
unió a otras expediciones hacia el corazón de la selva y participó de las
fundaciones de nuevas ciudades.
El primer
historiador paraguayo, Ruy Díaz de Guzmán, cuenta que su abuelo, el gobernador
Domingo Martínez de Irala, había llegado a la zona de las Siete Cascadas
del río Paraná, acudiendo al auxilio de algunos caciques guaraníes, entre ellos
el cacique Guayrá y el cacique Canindeyú, quienes pedían protección ante el
ataque de los pueblos tupíes, empujados por los portugueses a ocupar nuevos
territorios hacia el Sur.
La
mejor opción para frenar el avance fue fundar nuevos pueblos en la región. Siguiendo
la orden de Martínez de Irala, en 1554 partió desde Asunción una expedición con 60 hombres al mando del capitán García Rodríguez de Vergara, con la misión
de establecer un poblado en la agreste región. Nicolás Colman era de nuevo uno de los
expedicionarios.
La
Villa de Ontiveros fue fundada en 1554, en las tierras del cacique Canindeyú, a
una legua de las siete cascadas del Paraná, que desde entonces fueron conocidos
como los Saltos del Guairá, en honor a otro gran cacique guaraní, en lo que es
actualmente la zona norte del estado brasileño de Paraná.
Con la
instauración de la Villa de Ontiveros, nacía también la llamada Provincia de la
Guayra, o territorio del Guairá, como parte de la tenencia de gobierno general de Asunción,
que se mantuvo hasta 1638.
La
segunda población que se instaló en la misma región fue Ciudad Real, fundada en
1557 por Ruy Díaz de Melgarejo en la margen izquierda del río Paraná, junto a
la desembocadura del río Piquirí, tres leguas más al norte de Ontiveros, en
inmediaciones de la actual ciudad de Maringá, también en el norte del estado
brasileño de Paraná. Es considerada la base previa de la que luego sería la ciudad
de Villarrica del Espíritu Santo, también fundada por Díaz de Melgarejo en
la misma región del Guayrá, y que luego se mudaría varias veces de lugar,
ante los constantes ataques de pueblos indígenas y portugueses, hasta estalecerse en
el lugar que actualmente ocupa, como capital del Departamento de Guairá.
Nicolás
Colman participó de la fundación de ambas ciudades, Ontiveros y Ciudad Real, y
tuvo una activa presencia en el destino de ambas localidades.
Alonso
Riquelme de Guzmán, padre del historiador Ruy Díaz de Guzmán, era el gobernador
de Ciudad Real y en la práctica también de la Provincia de la Guayra.
En su
obra “Anales del Descubrimiento, Población y Conquista del Río de la Plata”, Ruy
Díaz de Guzmán narra que precisamente Nicolás Colman fue el líder de una
sublevación contra su padre, Alonso Riquelme de Guzmán, en Ciudad
Real, porque el gobernador se había negado a enviar a España unas muestras
de piedras que los pobladores creían eran de gran valor.
“De
todos estos que descaradamente se revelaron fue cabeza un inglés llamado
Nicolás Colman, que aunque tenía sola la mano izquierda, por haber perdido en
una pendencia la derecha, era el más resuelto y atrevido soldado de cuantos
allí estaban, como siempre lo mostró, de modo que viendo el capitán Pedro
Segura la insolencia y libertad de esta gente, determinó pasar una noche
secretamente en unas balsas que hizo de madera, trozos y tablas”, narra Ruy Diaz
de Guzmán.
“Estando en efecto ya a punto de hacerse a
medio río, salieron de la isla más de 100 canoas grandes y llenas de indios, con
que los acometieron estando ya embarcados en las balsas y les dieron una rociada
de arcabuces y flechas, y respondiéndoles los de las balsas, que luego se
echaron a tierra, mataron a un soldado y algunos indios de los contrarios.
Habiéndose prevenido de los necesario, salieron de la ciudad por el río y por
tierra, bajo de la conducta de un inglés llamado Nicolás Colman…”, agrega.
En su libro Descripcion
e historia del Paraguay y del Rio de la Plata”, el historiador Félix de Azara cuenta
la historia de otro modo, pero poniendo también a Nicolás Colman al frente de
la sublevación, aunque en la Villa de Ontiveros.
Este es
el relato de Azara:
“Los pobladores de la villa de Ontiveros
del Guairá, que se componían de muchos partidarios del difunto Abreu y de otros
descartados por Irala, viendo que no se les dio parte en la expedición de Irala
ni aun noticia estando ellos en la provincia del Guairá, creyeron que no serían
comprendidos en el reparto de encomiendas, y con este motivo se alborotaron”.
“Noticioso, Irala llamó a su comandante
García Rodríguez de Vergara, bajo el pretexto de tratar asuntos del servicio
del rey, y envió a otro en su lugar, para que mandase interinamente, pero los de
la villa no le quisieron admitir. En consecuencia despachó por abril de 1556 a
Pedro Segura, con cincuenta españoles e indios auxiliares, para que apaciguase
a los de Ontiveros y recogiese algunos que andaban descarriados entre los
indios”.
“Llegó Segura al Paraná enfrente de la
villa e hizo humareda, que era la señal para que le enviasen canoas en que
pasar, pero lejos de esto, tomaron las armas para impedirle el paso; y
situándose con sus canoas al abrigo de una isla distante un tiro de arcabuz de
otra largar catorce o más leguas, requirieron a Segura que se volviese sin
entrar en el Guairá, que era provincia suya”.
“La cabeza principal que dirigía a los de
Ontiveros era el inglés Nicolás Colman, manco de la mano derecha y hombre que
en esta ocasión y en otras precedentes manifestó mucho valor. Viendo Segura la
firme resolución de no dejarle pasar el Paraná, intentó hacerlo de noche con jangadas; pero apenas había embarcado su gente le acometieron muchas canoas
tirándole flechas y arcabuzazos, y obligándoles a desembarcar y a retirarse a la
Asunción”.
Tras
esta rebelión, Nicolás Colman habría asumido el cargo de gobernador del Guairá
durante un breve tiempo, hasta que llegó el capitán Ruy Díaz de Melgarejo y se hizo
cargo del gobierno de la región.
No hay muchos
datos sobre otras andanzas de aquel primer Colman, ni cuántos hijos tuvo. Solo se
sabe que uno de ellos, de madre india, se llamaba también Nicolás Colmán, aunque luego cambió su nombre por Juan Bernardo Colmán y tuvo su propia
célebre historia.
Fray Juan Bernardo Colmán, según dibujo de José Luis Iriondo ofm. |
Fray Juan Bernardo Colmán, el franciscano mártir
Nicolás Colmán, hijo del aventurero inglés Nicolás Colman y de una madre india guaraní, hija
del cacique Boypitan, de la región del Guayrá, nació probablemente en 1569.
Nicolás ingresó en la Orden de San Francisco, junto con su amigo Gabriel de Guzmán, hijo
del gobernador del Guayrá, Alonso Riquelme Guzmán, contra quien su padre
Nicolás Colman se había sublevado.
Como
era costumbre, durante la ceremonia de toma de hábito, Nicolás recibió un nombre religioso,
en este caso Juan de San Bernardo, y pasó a ser conocido como Fray Juan de San Bernardo
o simplemente Juan Bernardo, relatan Margarita Durán Estragó y José Luis Salas,
en su obra de investigación histórica sobre este mártir de la Iglesia
paraguaya.
Juan
Bernardo Colman fue alumno del célebre religioso también mártir Fray Luis
Bolaños.
En
1594, en medio de una cruenta y prolongada rebelión indígena contra la
conquista española, Juan Bernardo pidió autorización para ir junto a los indios
paranáes para intentar salvar a un religioso dominico que había caído prisionero
con documentos muy valiosos.
“Cuando Juan Bernardo llegó a los paranáes,
estos ya habían sacrificado al dominico. Juan Bernardo cayó prisionero como
espía de los españoles, y los indios de Itá y Yaguarón, que fueron con él,
huyeron por los montes, regresando a sus pueblos. Según sus ritos y costumbres,
los paranáes sacrificaron a Juan Bernardo; murió mártir en un ritual antropofágico
guaraní, el 2 de junio de 1594. La cruz de urunde’y que colocaron en el sitio
al encontrar sus restos, después de tres décadas, aunque carcomida por los
años, se venera en un relicario de acrílico, en el Museo de la ciudad de
Caazapá que lleva su nombre”, relatan Durán Estragó y Salas.
Fray Juan Bernardo Colmán, retrato en el museo que lleva su nombre, en Caazapá.
El santuario de Fray Juan Bernardo Colmán, en Jahapety, Caazapá. en el lugar donde fue martirizado.
Otros Colmán en la historia
Este es
el origen de la estirpe de los Colmán en el Paraguay, iniciada por aquel inglés
adolescente que con tan solo 17 años subió a un barco en España, dispuesto a
vivir aventuras inolvidables y hacer fortuna en el Nuevo Mundo.
En
nuestra larga genealogía hemos tenido a varios hombres ilustres, que dieron
brillo a nuestro apellido en la historia, como el poeta guaraní Narciso R.
Colmán, el gran Rosicrán, autor de Ñande ypykuéra, la obra publicada en 1937 que
rescata la gran riqueza de la mitología guaraní.
Hemos
tenido a grandes artistas, como el compositor y músico Ramón Vargas Colmán,
autor de la música de grandes temas del folklore paraguayo como 13 Tuyutí (sobre poema de Emiliano R. Fernández), Tupasy del campo y Mokoi kogoe,
quien junto a su amigo Andrés Cuenca Saldívar integró el legendario dúo
folklórico Vargas-Saldívar.
Hemos
tenido a heroicos luchadores sociales, como el dirigente sindical Egmidio
Colmán Nuñez, un gran líder obrero gráfico de destacada actuación en la histórica huelga
general de 1958, en los inicios de la dictadura stronista, que sufrió
persecución, prisión y tortura, pero nunca renunció a sus ideales. Fue fundador
de la Juventud Obrero Católica (JOC) y presidió la antigua Confederación
Paraguaya de Trabajadores (CPT). Una calle de Asunción lleva su nombre.
Pero
también hemos tenido a personas infames portando nuestro apellido, como el tristemente
célebre general Patricio Colmán Martínez, gran represor de la dictadura stronista, a
quien se adjudican diversos crímenes, asesinatos y desapariciones de perseguidos políticos durante las décadas de 1960 y 1970, principalmente.
También
hemos tenido –y seguimos teniendo- a muchos héroes y heroínas, hombres y
mujeres de gran dignidad y virtud, de perfil silencioso y anónimo, que nos
dejan su gran testimonio de vida a seguir. Entre ellos, mi padre Andrés Chi’ito Colmán Robertti, mi mejor ejemplo de laboriosidad, honestidad y rectitud humana.
Por
ellos y ellas, es un orgullo llevar el apellido Colman o Colmán que nos dejó aquel
aventurero inglés que se embarcó a América en 1535.
Me había contado mi tío abuelo que los Colmán inicialmente fuimos "Coleman" pero que por la forma de pronunciar eso fue mutando en los registros civiles. ¿Qué de cierto hay de eso?
ResponderEliminarSaludos... ando buscando información sobre mis antepasados.
ResponderEliminarHecho y Derecho..* Magno Colman
ResponderEliminarUn cordial saludo sr Andrés Colmán Gutiérrez exelente material informativo,Soy Tranquilino R Colmán Candia hijo de Tranquilino Colmán Silva mí padre es primo hermano del Gral Patricio Colmán creo que llevamos la misma sangre provenimos De Fulgencio Yegros Caázapa actualmente viviendo en Encarnación a más de treinta años. Gracias por el valioso material sabía que nuestro apellido era Inglés pero no sabía de que año provenía un abrazo
ResponderEliminarBuenas, mi familia de apellido Colman tiene origen entre el Paraguay y Formosa (Las Lomitas) y busco datos sobre Manuel Colman y Juana Colaman hermanos mellizos nacidos en los primeros años del 1900, si alguien sabe algo, gracias
ResponderEliminarAlejandro Zamora Colman. alzamora@libero.it
Luisa colman o desendientes en paraguay! Le suena a alguien? Un solo nombre y un solo apellido, tendria unos 55 años hoy dia!
ResponderEliminarLuisa colman o desendientes en paraguay! Le suena a alguien? Un solo nombre y un solo apellido, tendria unos 55 años hoy dia!
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