Andrés
Colmán Gutiérrez - @andrescolman
Estimado Leo: Te agradecemos infinitamente que hayas publicado en tu cuenta de Instagram la estupenda e impactante foto del colega Jorge Saenz sobre la terrible polución que sufre la Laguna Cerro, en la compañía Piquete Cué de Limpio. Gracias al escándalo y a la presión internacional que provocaste, después de cuatro meses de infructuosas denuncias locales, las autoridades del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) se animaron a cancelar la licencia ambiental que ellos habían otorgado y pedir el cierre definitivo de la industria impunemente contaminadora.
Sabemos que lo hiciste por tu motivación ecologista, convencido de que el cuidado de la naturaleza es fundamental para garantizar el futuro. Aunque haya quienes lo vean como una simple pose progresista, para quienes nos sentimos viviendo siempre un poco al borde del Apocalipsis, es una acción fundamental.
Te confieso que nos causa un poco de vergüenza ajena que tenga que intervenir un famoso actor de Hollywood para que nuestras autoridades nos hagan caso, pero así son las cosas por aquí, en este país mágico pero corrupto llamado Paraguay que alguna vez deberías venir a conocer personalmente, para conocer las bellezas naturales que aún quedan en pie y que con mucho esfuerzo algunos tratamos de proteger. A veces nos sentimos un poco como ese tenaz trampero Hugh Glass a quien encarnaste en la película El Renacido del mexicano Alejandro González Iñárritu, que te permitió lograr el ansiado Oscar: sobrevivientes de un paraíso continuamente agredido, en donde los gobernantes y las clases dominantes buscan imponer el lucro comercial al interés colectivo.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con nuestro bello e inmenso Chaco, territorio que nuestros abuelos defendieron con sangre en una cruenta guerra en el siglo pasado. Es considerado el segundo ecosistema más importante de Sudamérica, pero está en peligro de convertirse en un desierto. La deforestación ya arrasó con una superficie del tamaño de Suiza, pero la impunidad sigue.
El caso en el que te tocó intervenir es uno más entre tantos, en el que los gobernantes facilitan abrir industrias con la ilusión de que nos traerán el progreso. “Usen y abusen del Paraguay”, había proclamado el anterior presidente a supuestos inversores extranjeros. Así se instaló en Limpio la empresa de curtiembre WalTrading SA. Obtuvo licencia ambiental y arrojó sus efluentes a la bella laguna Cerro, en el mismo ecosistema donde florecen las encantadoras plantas acuáticas conocidas en guaraní como yacaré yrupê (Victoria cruziana). Los vecinos alertaron sobre el violento cambio de color del agua y el olor pestilente, pero las autoridades solo enviaron fiscalizadores a observar y a hacer nada. Recién cuando tu posteo sacudió al mundo, reaccionaron y descubrieron que se estaba cometiendo un crimen ecológico.
Gracias, Leo. Vení cuando quieras, o cuando el Covid-19 te lo permita. En Paraguay te sentirás como en casa y hasta en ambientes similares al de algunas de tus más famosas películas. Aquí también tenemos a un capitán al que hemos aplaudido por conducir muy bien el barco médico gubernamental contra la pandemia, pero que en estos días se va hundiendo inevitablemente como el Titanic.
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Publicado en la columna Al otro
lado del silencio, sección Opinión, del diario Última Hora de
Asunción, Paraguay. Edición del domingo 23 de agosto de 2020.