Una
calle llevaba el nombre de un represor stronista. Se cambió por el del
guerrillero que lo enfrentó mortalmente, pero la Municipalidad mantiene las
placas. Dos visiones de una historia en conflicto.
#CrónicasDeLaMemoria
Andrés
Colmán Gutiérrez
y
Wilson Ferreira
CIUDAD
DEL ESTE
Se
enfrentaron con las armas hace cinco décadas.
De un
lado, el ex maestro de escuela Arturo López, quien en 1960 asumió el mando de
la columna guerrillera Mariscal López, del Frente Unido de Liberación Nacional
(FULNA), combatiendo a la dictadura de Stroessner durante diez años en
Cordilleras, como el comandante Agapito Valiente.
Del
otro lado, el general Patricio Colmán, comandante del Regimiento de Infantería
14, "uno de los represores más sanguinarios de la dictadura", según
el historiador Andrew Nickson, quien persiguió a Agapito durante dos décadas,
hasta que un pariente lo delató cuando iba escondido en la valijera de un auto,
el 17 de mayo de 1970. Según testimonios, al abrir el maletero, el general
Colmán recibió un disparo de Agapito que lo dejó malherido. Acribillaron al
guerrillero e hicieron desaparecer su cadáver. Colmán murió dos años después,
en un hospital de Estados Unidos, a consecuencias de la herida.
Ahora,
ambos siguen peleando por el nombre de una calle en Ciudad del Este.
SÍMBOLO. A la entrada de Ciudad
del Este, frente al viejo Hospital del Instituto de Previsión Social (IPS), se
encuentra una calle que conduce al barrio Pablo Rojas, señalizada con carteles,
con el nombre del general Patricio Colmán.
Es una
denominación que le pusieron en épocas de la dictadura, cuando la capital del
Alto Paraná se llamaba Presidente Stroessner. Tras el golpe de Estado de 1989,
el nombre de la ciudad cambió, pero la calle seguía llamándose Patricio Colmán.
"Todos
sabemos que el general Colmán fue un represor sanguinario, culpable del
asesinato y la desaparición de muchos compatriotas. Por eso, un grupo de
jóvenes planteamos a la Junta Municipal que se cambie el nombre de la calle por
el del comandante Agapito Valiente, quien luchó contra Stroessner y Colmán por
la libertad", narra Cristian Benítez, director teatral e investigador
cultural esteño.
"Queríamos
cambiar el símbolo de un represor criminal de la dictadura por el de un
luchador de la libertad", explica Cristian.
Copia de la Ordenanza Municipal 01/99, que dispuso cambiar el nombre de la calle |
EN EL PAPEL. El 9
de febrero de 1999, el pleno de la Junta Municipal de Ciudad del Este aprobó la
Ordenanza 01/99 "por la cual se cambia el nombre de la calle denominada
Patricio Colmán, del barrio Pablo Rojas, del distrito de Ciudad del Este".
En el
artículo primero, dice: "Adóptase el nombre de Agapito Valiente a la calle
que actualmente se denomina Patricio Colmán". La minuta había sido
presentada por el concejal Fernando Vera Breglia y la ordenanza lleva la firma
del presidente de la Junta, Pablo Mendoza Chávez, y del secretario, Sisinio
Velázquez Insfrán.
"Fue
una importante conquista para la ciudadanía, desde el punto de vista de
rescatar la memoria ante la historia oficial, que sigue presentando a oscuros
personajes como el general Colmán como si fueran héroes, y a los luchadores
como Agapito Valiente como si fueran delincuentes, cuando en la realidad fue al
revés, pero hasta ahora la resolución quedó solo en el papel. La Intendencia
Municipal de Ciudad del Este nunca cambió las placas que dan nombre a las
calles y se siguen conservando las del general Colmán, aunque ya sea algo
ilegal", destaca Cristian Benítez.
Un monumento al general Patricio Colman, en el Comando de Ingeniería, en Asunción. (Foto: Fabián Chamorro) |
DEUDA PENDIENTE. Hace
algunos años, ante la falta de respuesta de la Intendencia Municipal, Cristian
y otros jóvenes integrantes de organizaciones como el Club de Lectores del Alto
Paraná y el Movimiento por el Boleto Estudiantil (MOBE) decidieron realizar una
acción ciudadana y cambiaron uno de los carteles señalizadores, borrando el
nombre de Patricio Colmán y pintando el del comandante Agapito Valiente.
Ahora
los dos carteles están allí. El que lleva el nombre del general Colmán, en la
entrada desde la avenida San Blas, visible y bien pintado. Y el otro cartel, al
final de la calle, en el barrio Pablo Rojas, con el nombre de Agapito Valiente,
ya muy herrumbrado.
Son dos
visiones de una historia en conflicto.
Una
perfecta metáfora de la memoria de un país.