martes, 27 de marzo de 2018

El general Colmán y Agapito Valiente siguen peleando en una calle de CDE



Una calle llevaba el nombre de un represor stronista. Se cambió por el del guerrillero que lo enfrentó mortalmente, pero la Municipalidad mantiene las placas. Dos visiones de una historia en conflicto.

#CrónicasDeLaMemoria


Andrés Colmán Gutiérrez
y Wilson Ferreira
CIUDAD DEL ESTE

Se enfrentaron con las armas hace cinco décadas.
De un lado, el ex maestro de escuela Arturo López, quien en 1960 asumió el mando de la columna guerrillera Mariscal López, del Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA), combatiendo a la dictadura de Stroessner durante diez años en Cordilleras, como el comandante Agapito Valiente.
Del otro lado, el general Patricio Colmán, comandante del Regimiento de Infantería 14, "uno de los represores más sanguinarios de la dictadura", según el historiador Andrew Nickson, quien persiguió a Agapito durante dos décadas, hasta que un pariente lo delató cuando iba escondido en la valijera de un auto, el 17 de mayo de 1970. Según testimonios, al abrir el maletero, el general Colmán recibió un disparo de Agapito que lo dejó malherido. Acribillaron al guerrillero e hicieron desaparecer su cadáver. Colmán murió dos años después, en un hospital de Estados Unidos, a consecuencias de la herida.
Ahora, ambos siguen peleando por el nombre de una calle en Ciudad del Este.

SÍMBOLO. A la entrada de Ciudad del Este, frente al viejo Hospital del Instituto de Previsión Social (IPS), se encuentra una calle que conduce al barrio Pablo Rojas, señalizada con carteles, con el nombre del general Patricio Colmán.
Es una denominación que le pusieron en épocas de la dictadura, cuando la capital del Alto Paraná se llamaba Presidente Stroessner. Tras el golpe de Estado de 1989, el nombre de la ciudad cambió, pero la calle seguía llamándose Patricio Colmán.
"Todos sabemos que el general Colmán fue un represor sanguinario, culpable del asesinato y la desaparición de muchos compatriotas. Por eso, un grupo de jóvenes planteamos a la Junta Municipal que se cambie el nombre de la calle por el del comandante Agapito Valiente, quien luchó contra Stroessner y Colmán por la libertad", narra Cristian Benítez, director teatral e investigador cultural esteño.
"Queríamos cambiar el símbolo de un represor criminal de la dictadura por el de un luchador de la libertad", explica Cristian.

Copia de la Ordenanza Municipal 01/99, que dispuso cambiar el nombre de la calle
EN EL PAPEL. El 9 de febrero de 1999, el pleno de la Junta Municipal de Ciudad del Este aprobó la Ordenanza 01/99 "por la cual se cambia el nombre de la calle denominada Patricio Colmán, del barrio Pablo Rojas, del distrito de Ciudad del Este".
En el artículo primero, dice: "Adóptase el nombre de Agapito Valiente a la calle que actualmente se denomina Patricio Colmán". La minuta había sido presentada por el concejal Fernando Vera Breglia y la ordenanza lleva la firma del presidente de la Junta, Pablo Mendoza Chávez, y del secretario, Sisinio Velázquez Insfrán.
"Fue una importante conquista para la ciudadanía, desde el punto de vista de rescatar la memoria ante la historia oficial, que sigue presentando a oscuros personajes como el general Colmán como si fueran héroes, y a los luchadores como Agapito Valiente como si fueran delincuentes, cuando en la realidad fue al revés, pero hasta ahora la resolución quedó solo en el papel. La Intendencia Municipal de Ciudad del Este nunca cambió las placas que dan nombre a las calles y se siguen conservando las del general Colmán, aunque ya sea algo ilegal", destaca Cristian Benítez.

Un monumento al general Patricio Colman, en el Comando de Ingeniería, en Asunción. (Foto: Fabián Chamorro)
DEUDA PENDIENTE. Hace algunos años, ante la falta de respuesta de la Intendencia Municipal, Cristian y otros jóvenes integrantes de organizaciones como el Club de Lectores del Alto Paraná y el Movimiento por el Boleto Estudiantil (MOBE) decidieron realizar una acción ciudadana y cambiaron uno de los carteles señalizadores, borrando el nombre de Patricio Colmán y pintando el del comandante Agapito Valiente.
Ahora los dos carteles están allí. El que lleva el nombre del general Colmán, en la entrada desde la avenida San Blas, visible y bien pintado. Y el otro cartel, al final de la calle, en el barrio Pablo Rojas, con el nombre de Agapito Valiente, ya muy herrumbrado.
Son dos visiones de una historia en conflicto.
Una perfecta metáfora de la memoria de un país.

Arturo López, más conocido como el comandante Agapito Valiente.

jueves, 1 de marzo de 2018

Una campaña política fantasmal



En varias gigantografías distribuidas en la vía pública, se lo ve al ahora exsenador (renunciado por el escándalo de los audios) y presidente de UNACE, Jorge Oviedo Matto, en plena campaña por su partido –ahora casi unipersonal-, como candidato al rekutú. 
Lo llamativo es que detrás de su enorme foto en colores se ve otra foto en blanco y negro, la del fallecido fundador del partido, el general Lino Cesar Oviedo, en una imagen que es visible pero a la vez difuminada, como si el general fuese un fantasma que respalda políticamente a su pariente vivo (en amplio sentido) desde el más allá.
Al parecer, la onda dark de la política fantasmal está pegando mucho. 
Por allí andan otros carteles de propaganda electoral, en este caso de los candidatos a diputados por el Partido Encuentro Nacional para Asunción, Omar Ocampos y Jorge Ramos, quienes también hacen campaña con fantasmagóricas imágenes por detrás. 
En el caso de Omar, fundador de la banda de rock Próceres de Mayo, usa una foto de él mismo, vistiendo el uniforme de los oficiales de la Independencia en 1811, y en el caso de Jorge, conocido y talentoso actor teatral, con un retrato de él mismo, personificando al supremo dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, también prócer de la Independencia y luego gobernante, figura a la que él encarna en el teatro. Este mismo recurso, lo utilizan en algunos videos, en que ambos aparecen como las figuras históricas del pasado, en vísperas de una gesta bélica, y luego se transforman en candidatos del presente, como si fuera una escena criolla de Back to the Future.
El candidato colorado Mario Abdo Benítez no usa este recurso propagandístico, pero algunos de sus adversarios y sectores críticos en las redes sociales se encargan de hacerlo por él, a través de memes y caricaturas, buscando conectar su figura con la del fallecido dictador Alfredo Stroessner, ya que su padre homónimo, Mario Abdo Benítez, fue su secretario privado y uno de sus principales colaboradores políticos. 
Así que el fantasma de Stroessner también está presente en la campaña electoral de Marito.
No lo sé, Rick... Todo esto me parece tan Netflix, tan House of Cards mezclado con Stranger Things y la nueva serie alemana Dark
Solo que nuestra realidad no es una serie de ficción televisiva, sino una dura y patética realidad.
Y aunque en las elecciones también acostumbran hacer aparecer a algunos muertos y fantasmas a votar, los que nos pretenden seguir gobernando son tan abrumadoramente reales…