martes, 16 de noviembre de 2021

Crónica del adiós


Este es el texto de mi última columna publicada en Última Hora el pasado domingo 15 de noviembre, en la que me despedí de los queridos lectores y las queridas lectoras de ese gran medio periodístico, texto que ahora se aloja también en el blog.

A partir de ahora, hasta que podamos concretar un nuevo sitio periodístico digital emprendedor, me podrán seguir en las redes sociales y en este blog, que muy pronto reactivaré con más asiduidad, para compartir reflexiones, inquietudes, novedades, en un tono y con un enfoque mucho más personal, pero con el estilo habitual. También me propongo compartirles algunos videos con diálogos sobre temas que puedan ser de interés, desde esta misma plataforma y mi canal de Youtube.

No dejaremos de estar en contacto. ¡Muchas gracias por los muchos mensajes de saludos y aliento en esta nueva etapa!

 

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Queridas lectoras, queridos lectores: 

No es fácil decir adiós. No es fácil dejar atrás todo lo que nos ha unido en este espacio periodístico semanal durante cuatro décadas, pero ha llegado el momento de cerrar el ciclo. Les agradezco de corazón los mensajes y las certeras señales de que siempre han estado allí, al otro lado de las páginas o de las pantallas, haciendo posible este encuentro vital. 

No es fácil dejar esta legendaria Redacción que me recibió cuando era solo un rebelde adolescente recién llegado de la frontera. Recuerdo aquella tarde de 1980, cuando Pedro Justino Macchi, jefe de Redacción de Última Hora, invitó a este aprendiz de 19 años de edad a ser uno de los columnistas elegidos para la nueva página de opinión de los sábados, desafiando a las imposiciones de la dictadura. En aquella primera época tuve a destacados vecinos de sección: Aníbal Saucedo Rodas, Pepe Costa, Nicanor Duarte Frutos, Ana Iris Chávez de Ferreiro, Toni Carmona, Gustavo Arroyo Ligier, Víctor Benítez y tantos que hoy ya no andan por aquí. Soy quizás uno de los últimos sobrevivientes de esa era de periodismo analógico, bohemio y soñador, amasado a golpes de máquina de escribir y de tertulias al cierre de la edición.

Tantos episodios se arremolinan en la memoria. En 1995, el hijo del Rey de la Marihuana de Capitán Bado, Ramón Morel, me pasó un fajo de dólares para cubrir “mis gastos”. Le dije que no, gracias. La entrevista que me concedió en la clandestinidad era mucho más valiosa. En 2002 publiqué una serie sobre los escuadrones de la muerte en la frontera con Brasil. Me llegó un sobre con una bala 357 Magnum, que llevaba mi nombre escrito. La tengo bien guardada, cual amuleto de la suerte.

Tuve el privilegio de cubrir la muerte del ex dictador Alfredo Stroessner, en Brasilia. La alegría de encontrar vivo al desaparecido periodista Kike Galeano, en São Paulo. El lujo de entrevistar a gente como Joan Manuel Serrat, Caetano Veloso, Lula da Silva, Isabel Parra, Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff, Rubén Blades, Eduardo Galeano. La osadía de llegar al corazón del narcotráfico y el crimen organizado, de radiografiar las muchas formas de corrupción que corroen al Paraguay, pero también el placer de contar las maravillas del otro país: la revolución de la limpieza en Atyrá, la experiencia de salud comunitaria en Fram, los fuegos mágicos de Tañarandy.

Esta es mi última columna “al otro lado del silencio”. Cumplo 60 años de edad y me corresponde acceder a la jubilación. Concluye mi relación laboral con Última Hora, aunque sé que siempre será mi hogar periodístico, parte de mi vida y mi trayectoria profesional. Me hace feliz ver a colegas jóvenes, hombres y mujeres, tomando la posta de nuestra valiosa tarea.

Me tomo un descanso sabático, pero más temprano que tarde estaré otra vez junto a ustedes, con la publicación de nuevos libros, con guiones para películas, con obras de teatro, con álbumes de cómics y probablemente con un nuevo sitio digital periodístico emprendedor, que refleje las actuales tendencias de la comunicación social.

Muchas gracias a todos y a todas por haberme acompañado en este largo y fructífero camino, en donde cuestionamos al viejo orden autoritario y sembramos las semillas para un país mejor.

Aguyje. ¡Jajohecha peve!




martes, 5 de octubre de 2021

A propósito de periodistas y facturas falsas…



Hace un par de años, por una desatención mía y por tener fobia a la burocracia, no me di cuenta de que, además de pagar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), ya me tocaba ingresar en el grupo de los que pagan el Impuesto a la Renta Personal (IRP). Cuando me avisaron ya tenía una deuda considerable ante la Secretaría de Estado de Tributación (SET) y no me había tomado el trabajo de juntar facturas para poder deducir. Así que no me quedó más alternativa que procurar fondos (que no tenía) para ponerme al día.

Fue entonces cuando algunas personas que conocían mi situación me recomendaron “comprar facturas” para no tener que pagar tanto. Me dijeron que hay gente que te las provee, ponele una factura por valor de diez millones, pero solo te cobran dos millones. Me dijeron incluso que eran facturas legales, que no iba a haber problemas, que “todo el mundo lo hace”, etc. Por supuesto, con mi esposa, Desirée, ni siquiera consideramos la oferta. Hace mucho que aprendí que, en esta vida y en este oficio, es importante aquella frase heredada del antiguo Imperio Romano: “La mujer del César no solo debe ser honrada; sino también parecerlo”. Nos apretamos el cinto, hicimos préstamos y saldamos la deuda. Me sentí identificado con esa canción de Joaquín Sabina: “El tiburón de Hacienda / confiscador de bienes / me ha cerrado la tienda / me ha robado el mes de abril…”.

Ante la triste situación de algunos reconocidos colegas periodistas que han estado en estos días en el ojo de la tormenta por haber estado involucrado en casos de facturas falsas en su rendición por impuestos, descubiertas por la SET, procesados judicialmente y que se han debido acoger al criterio de oportunidad, pagar los impuestos evadidos, además de multas e incluso donar una ambulancia, es oportuno realizar algunas consideraciones.

Los periodistas, que solemos ser sumamente implacables con los políticos y los funcionarios acusados de hechos de corrupción, no podemos pretender que se nos dispense un trato diferente del que nosotros solemos endilgar a los protagonistas de este tipo de noticias. Más que ninguno, nosotros sabemos lo que es el valor de la información, la necesidad de dar explicaciones a la audiencia, y que todo silencio u ocultamiento será entendido siempre como una indirecta admisión de culpabilidad. Si nuestras aclaraciones no son detalladas y transparentes, si no respondemos a las muchas preguntas que quedan flotando, siempre quedarán las dudas de que nuestra historia no acaba de cerrar.

Cuando los periodistas nos encontramos al otro lado de la situación en que muchas veces ponemos -desde nuestros programas o medios de comunicación- a las personas que están en el banquillo de los acusados, no podemos pretender que la popularidad que hayamos podido ganar sea una coraza de impunidad. Es tan cuestionable el silencio corporativo de algunos miembros del gremio para con los colegas, como la saña encarnizada en que caen otros para hacer leña del árbol caído, ya sea por enconos personales, como por razones de competencia comercial o profesional. El mismo criterio de rigurosidad periodística que reclamamos para tratar el tema de cualquier político corrupto debería valer para cuando los protagonistas de la noticia son personas de nuestro propio oficio.

Siento mucho la situación de personas a las que, por diversas circunstancias, les tomé afecto y en algún momento admiración. Una vez más, recuerdo lo que siempre les digo a mis alumnos de periodismo: “Si pretenden construir una trayectoria de periodistas creíbles, cuiden esa trayectoria en cada momento de sus vidas, en cada detalle, en cada palabra que digan, en cada línea de texto que escriban. Alguna vez tendrán un lindo auto o una linda casa, y existe el riesgo de que los pierdan en un choque o en un incendio, pero siempre tendrán posibilidad de volver a juntar dinero y volver a comprarlos. Pero si en algún momento se les descubre accediendo a un soborno, vendiendo una información, haciendo algo ilícito o éticamente reprochable, toda esa trayectoria que antes construyeron se irá al basurero y será probablemente irrecuperable. La credibilidad perdida ya no se recupera como un auto o una casa”.

Soy un periodista esencialmente de prensa escrita. No tengo el nivel de exposición y popularidad que tienen los de la tele. También me resisto a ser eso que ahora está tan en boga, lo que llaman ser “influencer”, que a muchos colegas muy populares les generan altos ingresos por vender su popularidad. Les recuerdo que no es algo ilegal, pero si es una situación reñida con la ética. No se puede pretender ser un informador serio, conducir programas de periodismo o noticiero de televisión, y en la tanda comercial aparecer diciéndole a la audiencia que tal heladera, tal shampú o tal crema de belleza es mejor que los productos de otra marca, solo porque te pagan (aparte de lo que ya ganás por tu oficio de periodista) por decirlo. ¿Cómo creerte lo que me estás contando como información, si al mismo tiempo me estás vendiendo el producto de la marca que te auspicia? O sos periodista o sos modelo publicitario. Si sos ambas cosas, hace ruido.

Recomienda el artículo 13 del Manifiesto Ético para Periodistas del Paraguay (que elaboramos varios periodistas con Semillas para la Democracia): “Salvaguardar la libertad e independencia de la profesión, evitando vender publicidad. No prestar la imagen para promocionar productos o marcas comerciales. Excepcionalmente, participar en anuncios o campañas benéficas, sin recibir retribución a cambio”.

Igualmente, dice el artículo 7 del Código de Ética del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP): “El periodista, en orden a salvaguardar su libertad e independencia, mientras trabaje como tal debe evitar hacer publicidad y propaganda, excepto que se trate de anuncios institucionales de utilidad pública”.

Hechas estas puntualizaciones críticas, envío un abrazo de solidaridad a los colegas que han pasado por este duro trance. Ojalá aprendan la lección y logren recuperar sus carreras profesionales, aunque posiblemente ya nada será como antes.


Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

 


miércoles, 28 de julio de 2021

Cuba: El diálogo de un Unicornio perdido


Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Yunior García Aguilera (Holguin, 1982) es un joven actor y dramaturgo teatral cubano, escritor y guionista de televisión, reconocido por su talento y creatividad, como por su mirada crítica sobre la realidad de su país. Formado en las instituciones oficiales de Cuba, Yunior se ha convertido en una de las figuras más representativas de la nueva generación de artistas que cuestionan al régimen castrista, miembro del colectivo cultural Movimiento 27 N (bautizado así tras haber protagonizado una primera manifestación artística masiva de protesta el 27 de noviembre de 2020).

Silvio Rodríguez (San Antonio de los Baños, 1946) es uno de los cantautores cubanos más famosos en el mundo, surgidos en el proceso de la revolución castrista figura estelar del movimiento cultural de la Nueva Trova, junto a Pablo Milanés y otros referentes. Autor de emblemáticas canciones como Unicornio, Ojalá, La Maza, Sueño con serpientes, entre otras. Mientras Milanés, al igual que Carlos Varela y otros artistas, han ido tomando distancias del régimen, Silvio se ha mantenido como sostenedor del proceso, y ha hecho numerosas manifestaciones en favor, incluyendo su famosa canción El Necio. Silvio Rodríguez estuvo en Paraguay por única vez en 2009 y cantó con Ricardo Flecha en la plaza del Palacio de Gobierno, como lo contamos en este artículo.

Tras las manifestaciones del pasado 11 de julio en Cuba, iniciado en San Antonio de los Baños, Yunior García Aguilera y su esposa, la productora de cine Dayana Prieto, tras un acto frente a la televisora estatal, en donde pidieron 15 minutos de espacio para dar su versión de lo que estaba ocurriendo, fueron detenidos por la policía, junto a muchos otros manifestantes en todo el país. Este es el testimonio de Yunior sobre su prisión.

Luego de ser liberado, Junior decidió renunciar como miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), organización gremial controlada por el gobierno, del cual formaba parte. “No puedo seguir perteneciendo a una organización que le da la espalda a una parte considerable del pueblo y opta por mostrar obediencia a un poder abusivo. No puedo permanecer en un coro que le canta alabanzas a quienes ordenaron la represión contra los jóvenes y el combate entre cubanos. No puedo ser parte de un grupo de artistas e intelectuales que ha preferido el silencio o la complicidad”, justificó.

Pero quizás el hecho más significativo fue que, tras ser liberado, Yunior decidió escribirle una carta pública a Silvio Rodríguez, uno de sus principales ídolos de juventud, con quien mantiene diferencias por sus posturas políticas, pero también admiración.

El 21 de julio, en su página de Facebook, ilustrándola con una juvenil foto del cantautor, Junior le escribió a Silvio lo siguiente:

CARTA ABIERTA AL PROPIETARIO DE UN UNICORNIO PERDIDO

Silvio, no me importa cuántas veces me digan que es inútil escribirte. Yo también, a veces, soy un necio. Me dirijo a ti porque tu voz me importa, porque crecí escuchándote, porque todavía evito todas las sillas, peligrosas, que me invitan a parar. Te escribo de pie porque sé que el ser humano que fue capaz de crear Sueño con serpientes, no puede hacer una lectura tan elemental de mi generación y sus complejidades. El artista que parió algo tan hermoso como Réquiem, no sería capaz de responderme con susurros ni hipocresías.

Cuba ya no es exactamente la misma que resumiste en aquel barco llamado Playa Girón. Me habría encantado que aquel 27 de noviembre, cuando cientos de jóvenes fuimos en busca de un diálogo real y transformador, hubieses llegado con tu guitarra, a cantar junto a nosotros, en medio de tanta incertidumbre.

Sé que muchos jóvenes rebeldes acaban transformándose en viejos conservadores. Pero no creo que sea tu caso. De vez en cuando nos sorprendes con opiniones auténticamente revolucionarias (en el sentido profundo de ese término), y vuelves a repararnos los sueños y las esperanzas. Pero voy a ser honesto: otras veces levantas un abismo insalvable entre tus utopías y las nuestras.

Ni todo lo que dices es mentira, ni es mentira lo que muchos de mis amigos y yo defendemos. Tú, mejor que otros, sabes identificar cuánto se pueden manipular las medias verdades y cuán fácil resulta convertir a una persona, que no tiene miedo de decir lo que piensa, en enemiga.

Yo no te pido que renuncies a ninguna de tus convicciones. Eso sería absurdo de mi parte. Tú eres (con todas tus contradicciones) una pieza imborrable en este rompecabezas donde nacimos y que seguimos llamando Patria. Pero mis amigos y yo (con las nuestras) también estamos en esa imagen de Cuba que no acaba de armarse. Y no permitimos, Silvio, que nadie nos arroje de la mesa.

Si todavía me queda, después del 11 de julio, una mínima esperanza de diálogo, quiero que sea contigo. No te imagino lanzándonos a un camión de basura ni defendiendo tiendas con un palo en la mano. No te imagino pateando a un joven socialista de 22 años en una estación de policía ni apoyando las condenas de aquellos a los que has regalado tantos conciertos en sus barrios.

Yo te invito.

Regálanos esos 15 minutos que nos negaron en el ICRT. No hacen falta cámaras ni micrófonos. Solo nosotros y nuestros fragmentos de verdades.

No sé si esos 15 minutos hagan que recuperes tu unicornio. Pero quizás nos ayudes a no perder definitivamente el nuestro.

Ojalá.

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Silvio le respondió positivamente.

Se encontraron y conversaron en privado, sin cámaras, sin registros.

Después, cada uno dio su versión de lo que hablaron.

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Escribió Yunior:

Ya conversamos.

Fueron 70 minutos de franqueza en los estudios Ojalá. Ninguno convidó al otro a renunciar a sus posiciones ni principios. Fuimos capaces de confrontar nuestras diferencias desde el más absoluto respeto y preferimos concentrarnos en nuestras coincidencias. Tampoco perdimos tiempo en discutir los temas que no podemos resolver en la práctica ninguno de nosotros. Nos enfocamos en cómo aportar, ahora mismo, al bien de la sociedad cubana, en su conjunto.

Silvio se comprometió frente a Dayana, a Niurka y frente a mí, a abogar por la liberación de todos los presos que participaron en las protestas. Dio su palabra, de modo convincente, de que hará todo lo que esté a su alcance para lograr ese objetivo.

También coincidimos en un proyecto (en su momento se hará público) que podría servir para el comienzo de un debate verdaderamente plural, inclusivo, cívico, respetuoso y amplio, que encuentre los consensos entre la diversidad que hoy nos caracteriza como cubanos.

El encuentro de hoy no se trataba de un combate para encontrar un ganador. Se trataba de Cuba. Y creo que salimos de allí con la certeza de que se necesitan cambios reales, impulsados por vías no violentas, sin injerencias y donde ningún cubano se sienta excluido.

Gracias a todos los que aportaron, con sus opiniones y comentarios, para que este encuentro fuera posible. Falta mucho por hacer todavía. Y lo vamos a hacer sin odio.

Un abrazo.

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Escribió Silvio:

El encuentro con Yunior y Dayana fue bueno, no exagero si digo que fraterno; hubo diálogo, intercambio, nos escuchamos con atención y respeto. Para mí lo más doloroso fue escuchar que ellos, como generación, no se sentían ya parte del proceso cubano sino otra cosa. Me explicaron sus argumentos, sus frustraciones. Traté de hacerles comprender que a mis años también todo resultaba mucho más lento de lo que esperábamos que fuera. ¿Culpa de qué, de quienes? Y hablamos de incomprensiones entre edades diferentes, entre intereses y entendimientos diferentes. Demasiado doloroso para mí que se declaren fuera; no puedo aceptar ese fracaso ni en nombre del dolor por las incomprensiones. Yo también las sufrí y jamás llegué a sentirme fuera. Pero pienso que mi generación fue la inmediata a la insurreccional y que heredamos los motivos de nuestros padres y después, creciendo, sufrimos con ellos lo mucho que ha costado ser soberanos y además socialistas.

Tiene que haber más puentes, tiene que haber más diálogos, tiene que haber menos prejuicios; menos ganas de pegar y más deseos de resolver la montaña de temas económicos y políticos pendientes; menos costumbre de escuchar a quienes hablan lo mismo con las mismas palabras, década tras década, como si las generaciones no vinieran también con sus propias palabras e ilusiones.

Me pidieron que llamara a alguien y que pida amnistía para todos los presos. Recuerdo la última vez que pedí una amnistía. Fue en la Tribuna Antimperialista. Un segundo antes de subir una autoridad me dijo que no lo dijera. Si no digo eso, no digo nada, respondí. Y pude llegar al micrófono. Y entre otras muchas cosas pedí la libertad de aquella gente con quienes no estaba de acuerdo. Y un par de semanas después (no por mi culpa) 70 vidas fueron libres. No sé cuántos presos habrá ahora, dicen ellos que cientos. Pido lo mismo para los que no fueron violentos y cumplo con la palabra empeñada. Ellos no tienen nada que cumplirme porque nada pedí. Ojalá nunca más se sientan fuera (deseo lanzado al aire).

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Así relata e interpreta este episodio la periodista cubana Mónica Baró, en El Estornudo, uno de los nuevos medios periodísticos cubanos que surgieron con internet:

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Se podrán decir muchas cosas sobre Yunior García Aguilera y Silvio Rodríguez, en contra y a favor, sobre el régimen cubano, la revolución, la dictadura, el bloqueo norteamericano, el imperio yanqui, Patria o Muerte, Patria y Vida, lo que ocurre, lo que ocurrirá, tantas cosas de uno y otro lado o viceversa, pero a mí me interesa rescatar el hecho de que dos grandes artistas de diferentes generaciones y posturas políticas puedan sentarse a dialogar y a actuar.

Tal vez por allí haya un camino, no solamente para Cuba, sino también para otros países también con graves conflictos, incluyendo a nuestro querido Paraguay.

 


lunes, 3 de mayo de 2021

Así fue la caída de Fahd Jamil, el poderoso padrino de la frontera



Socio de presidentes y generales, dominó Amambay y Mato Grosso durante tres décadas. Perseguido por la Justicia brasileña y el PCC, se entregó a pasar sus últimos días en prisión.


Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Octubre de 1978. A través de un desolado y polvoriento camino de tierra, cuatro camiones que transportaban 1.200 bolsas de café trataban de cruzar la frontera seca desde el Brasil al Paraguay, a unos 30 kilómetros de Ponta Porã (Mato Grosso do Sul) y Pedro Juan Caballero (Amambay).

Al doblar una curva, varias patrullas de la Policía Federal Brasileña les cerraron el camino, con armas apuntando desde todas las direcciones. Los pistoleros que acompañaban la carga decidieron rendirse ante la superioridad numérica.

La investigación, dirigida desde la Justicia federal, se encontró con muchos obstáculos de las autoridades regionales, pero en julio de 1980 derivó en la captura del dueño del cargamento: Fahd Jamil Georges, un poderoso empresario brasileño de ascendencia turca y siria, con varias propiedades en Brasil y Paraguay, a quien llamaban el Padrino, el Turco y el Rey de la Frontera.

CENSURA A LA PRENSA

De las fotos de aquel apresamiento solo quedó una, publicada por la popular revista brasileña Veja, con el título Rei na cadeia (Rey en la cárcel). En ella se ve a Fahd Jamil, con 39 años de edad, posando junto a otros cinco contrabandistas en una comisaría, en la ciudad de Curitiba, estado de Paraná.

Los diarios de Río y São Paulo fueron secuestrados antes de ser distribuidos en la región. “Los ejemplares de Veja, que traían la foto de Jamil preso, fueron interceptados en el camino del aeropuerto a Campo Grande”, narra la escritora Marisa Bittar.

Las señales de la Rede Globo y otros canales de televisión fueron cortadas antes de dar la noticia. “A los medios locales llegó un memo del subjefe de la Casa Civil del Gobierno estadual, recordando que se trataba de ‘la prisión de un amigo’ y que no se publique nada”, destaca Edivaldo Bitencourt, editor del sitio periodístico O Jacaré.

Jamil movió sus influencias y logró su libertad a pocas semanas. El gobernador de Mato Grosso do Sul, Pedro Pedrossian, lo recibió a la salida de la prisión y le pidió disculpas por no haber podido evitar que caiga preso. El Padrino prometió que nunca más volvería a pisar una cárcel, lo cual pudo cumplir hasta hace muy poco, cuando ya no pudo seguir escapando de su propia historia criminal.

IMPERIO DEL CRIMEN

Hijo de Jamil Georges y de Zine Georges, pareja de inmigrantes de ascendencia siria y turca que se establecieron en Ponta Porã, Brasil, frontera con Paraguay, en la década de los 30 del siglo pasado, Fahd Jamil Georges, conocido como Fuad en su círculo íntimo, tuvo otros siete hermanos. Uno de ellos, Gandi, llegó a ser diputado federal por Mato Grosso do Sul entre 1983 y 1991.

“Fuad ganó fama y poder en la región de Ponta Porã a partir de la década de 1970, cuando se convirtió en contrabandista de whisky y café: trajo la bebida de Paraguay a Brasil e hizo lo contrario con los granos. Durante las próximas dos décadas, aprovecharía su logística para comerciar armas”, destaca una investigación de Allan de Abreu, del diario Folha de São Paulo, publicado en 2020.

La Fundación InSight Crime, especializada en el estudio de la mafia, lo cataloga como “veterano narcotraficante”, indicando: “Jamil, quien en Paraguay se presentaba como un acaudalado terrateniente y criador de caballos, tenía entre sus amigos al ex dictador paraguayo Alfredo Stroessner y al ex presidente Andrés Rodríguez (1989-1993). También hacía negocios con el ex presidente Horacio Cartes (2013-2018), quien admitió haber recibido pagos de este”.

El entonces coronel Lino Oviedo, quien fuera jefe del destacamento de la Caballería en Amambay en los años 80, es mencionado como otro de sus amigos cercanos y socio comercial en los negocios ilícitos. También se cita que tuvo vínculos muy estrechos con el empresario y luego presidente Juan Carlos Wasmosy.


Fahd Yamil (derecha) con el general Andrés Rodríguez, en tiempos en que mantenían una estrecha relación.


LOS AJUSTICIAMIENTOS

Dueño de comercios, estancias y propiedades en el lado paraguayo, Jamil se volvió una de las personalidades más poderosas a ambos lados de la frontera. En Pedro Juan Caballero, el ostentoso Hotel Casino Amambay era su principal base de operaciones, visitado por actores de cine y televisión, modelos y deportistas famosos. Su fortificada mansión en Ponta Porã, a pocas cuadras de la avenida internacional, es una réplica de la legendaria mansión Graceland, del cantante Elvis Presley.

En los 80 era un secreto a voces que el Padrino controlaba el tráfico de drogas, principalmente el de cocaína, en connivencia con otro poderoso capo brasiguayo, João Morel, quien desde la región de Capitán Bado monopolizaba la marihuana.

Para afianzar su poder, según los expedientes de la Justicia de Campo Grande, Jamil disponía de una banda de sicarios, bajo órdenes directas de su hijo Daniel Alvares Georges, Danielito, y su sobrino Luiz Henriques Rodríguez Georges, alias Tulú, que asesinaban a quienes eran considerados como obstáculos para sus negocios, con violentos ajusticiamientos en los caminos desolados de la Frontera Seca.

Prácticamente nadie cuestionaba su imperio del crimen, hasta que un temerario periodista paraguayo llamado Santiago Leguizamón empezó a mencionarlo en sus reportes.

La mansión de Fadh Jamil en Ponta Porá, réplica de la mansión Graceland, de Elvis Presley.

JUSTICIA CÓMPLICE

Diversos indicios lo involucraron como autor moral del asesinato del periodista Santiago Leguizamón, ocurrido el 26 de abril de 1991, en Pedro Juan Caballero, pero el padrino Fahd Jamil Georges nunca fue procesado por ese crimen. Por el contrario, en lugar de intentar descubrir el crimen, la Justicia paraguaya se ocupó casi siempre de encubrir las fechorías del Rey de la frontera.

Los únicos jueces paraguayos que se atrevieron a dictar medidas judiciales contra Jamil fueron: el pionero Adalberto Fox, en plena dictadura, y el juez José Gabriel Valiente, en el 2005.

En la década de los 80, cuando era juez en Pedro Juan Caballero, Fox intentó enfrentar a los capos de la droga. “En esa época, el primero en la jerarquía del narcotráfico era Fahd Jamil Georges; el segundo era Joaquinzinho Da Mota; el tercero era Adilson Rosatti y el cuarto era João Morel. Yo los procesé y por eso fui destituido del cargo”, explicó a Última Hora.

El 9 de junio de 2005, luego de que el famoso juez brasileño Odilón de Oliveira se atrevió a condenar a Jamil Georges a más de 20 años de cárcel, por “tráfico internacional de drogas, evasión fiscal y lavado de dinero”, dictando una orden de captura internacional, el entonces juez de garantías de Pedro Juan Caballero, José Gabriel Valiente, dictó también una orden de prisión en territorio paraguayo, ante la presunción de que el capo se había refugiado en nuestro país.

“Tras ordenar la captura de Jamil, recibí muchas amenazas de muerte. Más de una vez fui llevado a Asunción, para protegerme”, explicó Valiente, quien actualmente es presidente de la Circunscripción Judicial de San Pedro. En intervenciones sobre el caso Leguizamón, el magistrado sostuvo que la estrecha conexión de Jamil con el ex presidente Andrés Rodríguez (un hijo de Jamil fue ahijado del general) y otras altas autoridades paraguayas influyó en que el narcotraficante no sea detenido en el país.

IDAS Y VUELTAS CON LA JUSTICIA

Tras permanecer dos años prófugo y mover su influencia desde la clandestinidad, Jamil consiguió en 2007 que el Superior Tribunal de Justicia lo absuelva de los cargos y le permita regresar a la vida pública, pero su inmenso poder en el crimen organizado comenzaba a declinar.

“El gran problema de Fahd fue aparecer involucrado en el asesinato de Santiago Leguizamón, debido a la gran repercusión que tuvo. Las denuncias lo afectaron mucho, sus adversarios aprovecharon eso y le robaron el mercado, especialmente los del PCC (Primer Comando da Capital) y el Comando Vermelho”, explicó el ex gobernador de Amambay y ex presidente del Congreso paraguayo Robert Acevedo, recientemente fallecido.

En el 2019, una nueva ofensiva de la Justicia brasileña, denominada Operación Omertá (con referencia al tradicional pacto de silencio de la mafia siciliana), lo fue arrinconando. Diversos testimonios ligaron a Jamil y su socio Jamil Name como jefes de un comando de exterminio. El Gaeco (Grupo de Actuación Especial de Combate al Crimen Organizado) consiguió probar que Jamil ordenó varios asesinatos en venganza por el ajusticiamiento de su hijo, Daniel Alvares Georges, secuestrado el 3 de mayo de 2011 al salir de un shopping de Campo Grande.

En junio del 2020, el juez Marcelo Ivo de Oliveira, de Campo Grande, dictó la orden de captura de Fahd Jamil y de su hijo, Flavio Correia Jamil Georges, Flavinho, por participar de una organización criminal con prácticas de homicidios, milicia armada, corrupción activa y pasiva, entre otros delitos. Más de 200 policías allanaron la mansión en Ponta Porã y varias propiedades, en su búsqueda.

Tras casi un año de huir de una intensa cacería, tanto por parte de la Policía como de sus rivales del PCC, Jamil finalmente decidió entregarse a las autoridades el pasado lunes 19 de abril, en un aeropuerto cercano a Campo Grande.

Con 79 años de edad y una deteriorada salud, el llamado Vito Corleone fronterizo, se mostró abatido y cansado.

Había asegurado que nunca más pisaría la cárcel. No le fue posible cumplir su promesa.


El padrino de la frontera (a la derecha) con su socio Jamil Name y un hijo de este, ambos ahora bajo la mira de la justicia brasileña


lunes, 19 de abril de 2021

El sillón de la abuela



Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Es un viejo y rústico sillón de mimbre, con más de medio siglo de historia, que hasta hace poco dormía su sueño de olvido en la pieza del fondo, envuelto en telarañas, polvo y soledad, tras la muerte de la abuela.

Ella acostumbraba sentarse en él al atardecer, en el corredor de la casa, a tomar mate con la vista fija en el horizonte que antes mostraba verdes colinas y un pedazo de río, pero que se fue cubriendo de edificios grises.

Contaba historias, cantaba canciones y se levantaba a prepararnos las más sabrosas tortas de banana.

Quisimos mudarla a la terraza para que tenga un mejor panorama, pero se negó.

El corredor era su rincón, aunque el paisaje se le haya ido borrando a golpes de progreso y modernidad. Con el tiempo también sus ojos perdieron brillo y ya no importó lo que pudiera ver, porque todo eran manchas amarillas. El paisaje estaba en su memoria y allí siempre había verdes colinas, sol radiante, azul río.

Desde la sala, donde intentábamos estudiar o jugar al play, la escuchábamos hamacarse en su sillón, con un chirrido molesto que no lográbamos sofocar ni con la música al máximo.

Ante nuestras protestas, mamá nos decía que debíamos agradecer ese chirrido. El día en que ya no lo oigamos, significaría que la abuela se había ido, con su mate, sus relatos, sus canciones y sus tortas de banana.

Un día papá le trajo un moderno y carísimo sillón de cuero, que se reclinaba con botones y hasta hacía masajes. La abuela lo probó y dijo que no. Prefería seguir en su viejo sillón, hamacándose con su mate cada atardecer.

Finalmente, el chirrido calló para siempre. La abuela se nos fue, tranquila y dulce, como quien cierra un ciclo de vida. El sillón se quedó quieto y vacío en el corredor, hasta que papá lo llevó a la pieza del fondo, donde empezó a acumular polvo, soledad y telarañas.

Hace unos días, unos jóvenes pasaron por casa preguntando si acaso no teníamos algún viejo sillón para donar.

En medio de la catastrófica situación de la pandemia del coronavirus, con el sensible aumento de personas contagiadas de Covid-19 en los hospitales colapsados, ya no había camas disponibles de terapia intensiva y los enfermos graves se amontonaban en corredores y pasillos.

Fue cuando se les ocurrió recolectar sillones para ubicar allí a los pacientes que ya no tenían lugar, conectados a tubos de oxígeno y otros equipos médicos. Papá preguntó y todos dijimos que sí. Limpiamos el sillón, lo lustramos y lo llevamos al hospital.

Esta mañana pasé a llevar comida a los familiares que montaron una carpa de la solidaridad. En el corredor, una anciana estaba acomodada en el sillón de mimbre, con suero y mascarilla de oxígeno, mirándonos con sus ojos húmedos e implorantes. Sentí que era la mirada de la abuela que se multiplicaba en tantas otras personas peleando con la muerte.

¡Quién diría que el viejo sillón de la abuela iba a revivir, para sacudirnos de este letargo de impotencia, para despertarnos a la solidaridad, para disponernos a luchar por superar esta pesadilla, para comprometernos a construir un país mejor con menos olvidos y más justicia!


miércoles, 7 de abril de 2021

La historia de Vivian

La niña de remera celeste que aparece en la tapa de Última Hora y en las páginas de un reportaje que hicimos en la Navidad de 2006 (entonces ella tenía solo 11 años de edad), es Vivian Genes Meza, la reconocida dirigente estudiantil, actualmente presa con otros compañeros, acusados de la quema del local del Partido Colorado durante una manifestación de protesta contra el Gobierno, en un cuestionado proceso fiscal y judicial sin evidencias concretas demostradas, en donde al parecer se los ha tomado como chivos expiatorios por aparecer en el lugar en algunos videos y se los ha encarcelado rápidamente, mientras los grandes popes de la corrupción están libres e impunes.

En la Redacción de Última Hora conocemos a Vivi desde chiquita, porque su laboriosa mamá, Vivi Meza empezó a trabajar en el Departamento de Servicios y Limpieza desde abajo, hasta ser recepcionista por muchos años. Fue nuestra gran amiga y compañera, la que nos mimaba con el aromático cocido de las meriendas y resolvía muchos de nuestros reclamos cotidianos. Viajaba todos los días desde su humilde vivienda en Itauguá y muchas veces tenía que llevar a sus tres hijos, Martín, Vivian y Araceli, porque no tenía con quien dejarlos. El padre de los chicos fue a trabajar a España y Vivi tuvo que hacerse cargo. Muchas veces nos pedía prestado para el pasaje, ya que el sueldo no le alcanzaba. Cuando en la navidad de 2006 les propuse hacer este reportaje sobre la migración a España, se prestaron divinamente.

Sacrificadamente, los chicos crecieron con una visión crítica de la realidad y muchas ganas de superación. Araceli hoy estudia en Alemania, gracias al apoyo de la organización Gesellschaft Stauffen-Paraguay. Vivian también es becaria de la misma organización desde la escuela primaria y tuvo la oportunidad de viajar a estudiar en Alemania junto con su hermana, pero prefirió quedarse a estudiar y luchar por un país mejor en su patria.

A pesar de su juventud (tiene 25 años) ya tiene una intensa trayectoria estudiantil y gremial. Estudia Arquitectura en la FADA - UNA, es representante estudiantil de su facu, fue una de las que condujeron la lucha por el Arancel Cero. Quienes la conocemos, sabemos de sus valores solidarios y altruistas, como de su indoblegable espíritu rebelde en favor de un Paraguay sin corrupción y verdadera justicia.

Hoy Vivian está en la cárcel, al igual que otros compañeros, como víctimas propiciatorias de un sistema represivo y viciado, acusados del delito de protestar, con evidencias que no han podido aún ser demostradas. Desde la distancia, admirado de ver en lo que se ha convertido la niña de aquel reportaje ingenuo de la navidad del 2006, le envío un fuerte abrazo y toda la solidaridad.


El reportaje publicado en Última Hora en diciembre de 2006.

Vivian, durante las movilizaciones por el Arancel Cero en la Universidad.


Vivian, presa por disposición judicial y acusación fiscal.


Vivian, con su mamá Vivi, durante una visita en la comisaría.

lunes, 8 de marzo de 2021

El tercer Marzo Paraguayo


Andrés Colmán Gutiérrez — @andrescolman

Bajo la trágica sombra del dictador romano Julio César, acuchillado a traición el 15 de Martius del año 44 a.C., mes consagrado a Marte, dios de la guerra, fecha conocida como “los idus de marzo”, los líderes políticos paraguayos le tienen particular miedo a este mes. Augurio o coincidencia, la historia abunda en ejemplos temibles. Por algo, Shakespeare advierte en su drama teatral: “¡Cuídate de los idus de marzo!”.

El primer Marzo Paraguayo fue el de 1999, cuando el asesinato del vicepresidente de la República, Luis María Argaña, encendió la hoguera de la indignación popular, congregando a miles de personas en las plazas del Congreso hasta provocar la renuncia del presidente Raúl Cubas Grau y la huida de su sombra detrás del trono, el general Lino Oviedo. En el proceso fueron asesinados siete manifestantes por francotiradores y hubo 769 personas heridas. Es considerada la mayor gesta ciudadana en nuestra historia.

El segundo Marzo Paraguayo fue el de 2017, cuando una multitud en las calles enfrentó la represión policial y logró impedir un forzado intento de enmendar la Constitución para lograr la reelección presidencial, impulsado por el entonces presidente Horacio Cartes y secundado por el ex presidente Fernando Lugo. El conflicto derivó en la quema del edificio del Congreso, un joven activista del Partido Liberal asesinado por la Policía, varios heridos y más de 200 detenidos.

El tercer Marzo Paraguayo se desarrolla actualmente, poniendo en jaque al gobierno del presidente Mario Abdo Benítez. Se inició con un creciente malestar ciudadano por las deficiencias en la gestión sanitaria ante la pandemia, subió de tono con las protestas de familiares de víctimas, médicos y trabajadores de salud, debido a la falta de medicamentos esenciales, un gran retraso en la obtención de vacunas y la manifiesta complicidad e impunidad en los escandalosos casos de corrupción detectados en el uso de los fondos de emergencia aprobados para luchar contra el Covid-19.

Ni la obligada renuncia del ministro de Salud, Julio Mazzoleni, pudo detener la mayor manifestación de protesta de la era Marito. En la noche del viernes, el hartazgo ciudadano salió a flote. Miles de personas salieron a las calles a pedir la renuncia del presidente. El desborde violento de un pequeño grupo, probablemente infiltrado con intenciones precisas, junto a la desproporcionada represión policial, convirtieron una movilización pacífica en jornada de violencia, fuego y saqueos, con decenas de heridos y un muerto en circunstancias aún no aclaradas. La crisis de salud se volvió crisis política, con una nueva amenaza de juicio político al primer mandatario e imprevisibles consecuencias.

Corren horas de incertidumbre sobre el futuro del país. La gran pregunta es a qué juega el ex presidente Horacio Cartes, quien por un lado sostiene a Marito con sus votos en el Congreso, pero por otro lado lo ataca sin misericordia desde sus medios de comunicación y sus voceros políticos. La oposición, desacreditada y sin fuerzas, no decide mucho. Si se va Marito, asume el vicepresidente Hugo Velázquez, con su negro historial y sus oscuras alianzas. Sería saltar de la olla al fuego, pero en el Paraguay ya estamos acostumbrados.

Y eso que marzo recién comienza…

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(Artículo publicado en la columna Al otro lado del silencio, diario Última Hora, edición del domingo 7 de marzo de 2021).



jueves, 28 de enero de 2021

Conozcan la ruta “Opa rei”

 


Al gobernador de Cordillera, Hugo Fleitas.

Al intendente de Atyrá, Juan Carlos Matto.

Al intendente de Caacupé, Diego Riveros.

Autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).

Y a quienes más corresponda:

 

Desde hace casi un año, nos hicimos gratamente cordilleranos. Nos mudamos desde Asunción. Compramos un lote a cuotas y construimos una casita en un hermoso valle entre los cerros, en la fracción San Francisco, de Atyrá, límite entre la compañía Candia (Atyrá) y la compañía Cabañas (Caacupé), donde instalamos nuestro Ñe’e Raity – Espacio Creativo, un lugar desde donde trabajamos a distancia y desarrollamos nuevos proyectos periodísticos y culturales, donde próximamente inauguraremos una biblioteca callejera.

El lugar es un paraíso. Aquí se combina un nuevo loteamiento (en lo que fue parte de la estancia del famoso Francisco “Manito” Feliciano Duarte, durante la dictadura. El casco de la estancia, a donde concurría el dictador general Alfredo Stroessner para las famosas juergas entre amigos militares con niñas menores de edad, aún permanece en pie), con las viviendas de antiguos pobladores campesinos, principalmente chacras de agricultura familiar y pequeños tambos, en su mayoría gente muy buena y pacífica, con valores de profunda cultura rural paraguaya, que se han hecho nuestros mejores vecinos.

Aunque vivimos más cerca del centro de Caacupé (a apenas 15 minutos en auto) y pegados a la compañía Cabañas, pertenecemos administrativamente a Atyrá. Somos quizás el ultimo barrio de la ciudad más limpia del país, pero el Municipio casi no nos tenía en cuenta, hasta que hace poco conseguimos que por fin entren a recoger la basura. Un problema más que logramos solucionar.

Ahora solo nos quedan dos inconvenientes graves. Uno es el de la conexión de energía eléctrica muy precaria, que, a cada viento fuerte o lluvia o mucho calor, se corta (como bien saben los que nos siguen en las redes sociales). La potencia de los transformadores es insuficiente, muchos postes del tendido son de troncos de karanday y se están cayendo. Eso nos afecta mucho a quienes dependemos laboralmente de estar permanentemente conectados, ya que hacemos trabajo para medios y agencias internacionales, principalmente con sede en Estados Unidos y Europa. Pero con nuestros constantes reclamos e hinchar mucho desde las redes sociales a la ANDE, estamos logrando que se vaya solucionando (por las dudas, además, nos fuimos equipando con sistemas alternativos de luces y cargadores de baterías con energía solar).

El otro drama, que se ha agravado con las ultimas fuertes lluvias, es el pésimo estado del camino que nos conecta al resto del mundo. Vivimos a solo seis largas cuadras de la nueva ruta Caacupé-Atyrá por Compañía Candia, que se inauguró hace dos años. Una excelente obra del MOPC. Pero nuestra manera de conectar es una ruta vecinal de unos seis kilómetros de extensión, que une a esta nueva ruta con la vieja ruta Caacupé-Cabañas (el célebre Tapé Tuja de las peregrinaciones) y de allí a la Ruta PY2.

Esta ruta vecinal fue empedrada hace más de una década, pero cuando faltaban las seis cuadras para salir a la ruta Caacupé-Candia-Atyrá, aparentemente los fondos se le acabaron y las seis últimas cuadras (que son justamente las que nos conectan) sequedaron sin empedrar. Así que aquella estupenda obra de empedrado se quedó a medio camino en su último tramo, justamente frente al lugar donde vive una comunidad de inmigrantes inversores alemanes y suizos, donde la vía se convierte en un horrible trayecto de tierra, zanjas, piedras, que las últimas lluvias han vuelto mucho más intransitable. Los pobladores le llaman jocosamente a la obra “la Ruta Opa Rei” (se termina de balde).

Además, semanas antes de las últimas elecciones, la gobernación apareció a asfaltar superficialmente y a toda bala cerca de dos kilómetros de esta ruta vecinal, desde Cabañas, pero al parecer también se le acabó el dinero y el aslfalto quedó casi por la mitad. Así que, si hoy ustedes vienen a nuestro paraíso desde la ruta Cabañas Caacupé por la “Ruta Opa Rei”, vendrán por un buen tramo de asfalto, luego un empedrado muy deteriorado y finalmente por las seis cuadras s¿de un camino de tierra que hoy está totalmente intransitable.

Esta penosa situación no solo nos afecta a los pobladores del lugar, que hemos quedados medio aislados territorialmente, sino a numerosos sectores que estaban usando esta vía como un importante atajo para salir directamente desde Candia a la Ruta PY02, a la altura de Curusu Peregrino, sin tener que pasar por el centro de Caacupé. En nuestra zona hay dos fábricas de Yogur (Super Yo y Serranito), numerosos pequeños productores frutihortícolas y de leche, que tienen problemas para sacar sus productos.

Hoy nuestros vecinos acuden a nosoitrois. Me dicen que, como soy un escritor y periodista relativamente conocido, al igual que mi esposa y compañera Desirée, las autoridades nos hacen caso, como pasó con los reclamos por energía eléctrica, ya que ellos siempre habían reclamado pero su voz también se ha perdido en el Opa Rei. Ni creo sea realmente así, todos tenemos derecho a exigir lo que en justicia nos corresponde, pero si podemos colaborar en algo, nos sumamos a este reclamo colectivo.

Señores intendentes de Atyrá y de Caacupé, señor gobernador de Cordillera, señores del MOPC, respetuosamente les reitero el pedido que alguna vez ya les hemos hecho llegar en persona. Ayúdennos a reparar y mantener nuestra “Ruta del Opa Rei”. No será un favor personal, ni siquiera a nuestra comunidad, sino que beneficiarán a mucha gente para quienes esta vía puede dinamizar la comunicación vial para el departamento y otra gente del país.

Atentamente.


Andrés Colmán Gutiérrez

Desirée Esquivel


Ñe’e Raity, Cordillera, 29 de enero de 2021.



viernes, 22 de enero de 2021

El Centro Knight y UNESCO imparten curso de periodismo en guaraní


Por primera vez, el Centro Knight para el Periodismo en las Américas (Knight Center for Journalism in the Americas), vinculado a la Universidad de Texas, con sede en Austin, Estados Unidos, junto con la UNESCO, impartirán un curso de capacitación en periodismo, sobre desinformación y fact-checking (verificación de datos) en lengua guaraní.

La iniciativa forma parte del programa “Desinformación y fact-checking en tiempos de COVID-19 en América Latina y el Caribe”, que se impartirá en la modalidad conocida como MOOC (curso masivo, abierto y en línea – por sus siglas en inglés), en español, portugués y guaraní, del 15 de febrero al 14 de marzo de 2021 en la plataforma de aprendizaje a distancia del Centro Knight. La instructora del curso es la periodista Cristina Tardáguila, fundadora de la iniciativa brasileña de verificación de datos Agência Lupa.

Es la primera vez que se incluye un curso de este tipo en una lengua amerindia, y la elección ha sido justamente el guaraní. El emprendimiento, para la lengua guaraní, es coordinado desde el Paraguay por la periodista paraguaya Desirée Esquivel, con respaldo de las comunicadoras expertas en lengua, Zulma Torres y María Gloria Alarcón-Ortiz.

"Momarundu’ oikóva ha oiko’va jehecha añetépa COVID-19 aja América Latina ha el Caribe-pe" se llama el curso, durará un mes y es asincrónico, dirigido principalmente a periodistas, comunicadores, estudiantes de periodismo y personas interesadas en el tema. Eso significa que no hay eventos en vivo programados en momentos específicos. Los participantes pueden iniciar sesión en el curso y realizar las actividades durante la semana a su propio ritmo, en los horarios y días que resulten más convenientes.

A pesar de su naturaleza asincrónica, existen estructuras durante el desarrollo del curso. Cada semana se abrirá un nuevo módulo. Responder a los cuestionarios semanales y la participación semanal en los foros de discusión son los requisitos básicos para obtener un certificado. En el caso del curso en guaraní, a diferencia de los que se impartirán en español y portugués, no tendrá costo para los participantes.

Este curso del Centro Knight se produce en el marco del proyecto “#CoronavirusFacts, Abordando la ‘Desinfodemia’ de COVID-19”, que es implementado por la UNESCO y financiado por la Unión Europea. El programa es parte de un esfuerzo global para combatir la desinformación, como la #CoronavirusFactsAlliance, liderada por la IFCN del Instituto Poynter, coordinada por la periodista Cristina Tardáguila. La alianza une a 99 organizaciones en 43 países que trabajan en 77 idiomas y 16 zonas horarias diferentes para verificar información sobre la pandemia.

“Estamos orgullosos de ser los primeros en ofrecer un MOOC de este tipo en guaraní, una de las lenguas indígenas más habladas en la región, fomentando la inclusión en este momento crítico”, dijo Sandra Sharman, Asesora del Proyecto para América Latina y el Caribe ‘#CoronavirusFacts – Abordar la desinformación sobre COVID-19’.

Se pueden obtener más datos en este enlace

Acerca del curso en guaraní, la información disponible se encuentra en este enlace, en donde se puede acceder a un video explicativo en la lengua nativa.